Puede definirse funcionalmente como un axioma orientador, un liderazgo escabroso de la confesión hecha secreto. Vapuleado por la viscosa intimidad del momento, me pliego a cualquier ascenso disponible. Los legítimos dueños están por recuperar este lugar de libertad donde me encuentro y necesito huir hacia un refugio social donde hayan mutilado toda capacidad interrogante. Porque ser interrogado es ser aniquilado.
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