El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

junio 29, 2010

Primer lustro



Hargentina postea en el día de su quinto cumpleaños. Gracias a todos los que contribuyeron con su desinterés a su inconmovible mantenimiento.

junio 27, 2010

La fértil virginidad de Messi


Este mundial es el mundial de la espera del gol de Messi. Pero Lionel ha dado muestra de una extraña virginidad luego de cuatro partidos. Se trata de un sacrificio de si mismo para que mojen los demás, para que en cada partido otro jugador sea beneficiado por las voluptuosidades de la Diosa del Sexo Futbolístico.

Contra Nigeria esperábamos el gol de Messi, que desflorara el himen de las redes, pero nada de eso pasó y las piernas del arco se le abrieron al Gringo Heinze. Triunfo.

Contra Corea del Sur dijimos "ahora llega el gol de Messi, ahora si debuta", pero no pudo consumar y en cambio fue San Higuaín con un tres al hilo. Triunfo.

Contra Grecia pensamos, "ahora si se le abren las gambas del arco a Lionel y todos felices", pero no se le abrieron y en cambio fue San Palermo de los Milagros que mostró sus dotes de eyaculador precoz en cinco minutos de juego. Triunfo.

Hoy contra México todos confiamos que era la vencida, pero Messi tampoco pudo copular en la valla enemiga y en cambio fue el turno de San Carlitos Apache Tévez que acribilló los orificios rivales. Triunfo.

¿Si en vez de meterle presión al Lío para que la emboque seguimos así? Capaz que en las próximas instancias le toca enterrarla hasta al Jonás Gutierrez!!!!!!!!



junio 26, 2010

Once ataúdes azules


Así graficó Il Giornale de Italia la actuación del equipo nacional italiano en el mundial. Mirando a las desafortunados -esta vez- azzurri y al resto de las selecciones europeas, ahora me explico por qué desde ese lugar del mundo importan tanta carne futbolística de cualquier origen, aún los cortes de medio pelo. Los atraviesa la imposibilidad de criar genética y culturalmente musculatura con ojos de prestaciones presentables. Me pregunto; en vez de tirar dinero importando sudamericanos y africanos, ¿nunca probaron a cambiar sus métodos de formación de jugadores? Algo deben estar haciendo mal, o habrá que creer que existe un factor cultural. Tal vez sean chicos que no se desesperan por salvarse económicamente pateando una pelota porque tienen otras opciones, o que no desarrollen ese brutal hambre de éxito que macera al jugador argentino y lo forma en una lucha febril por sobresalir desde los campeonatos infantiles. O quizá la clave sea la alimentación, pero algo hay que les impide que cualquiera de sus adolescentes adquiera una mínima habilidad con la redonda, porque ....¿cómo es posible que un país de sesenta millones de habitantes que dispone de recursos e infraestructura deportiva no pueda criar un delantero mejor que Iaquinta?


El flagelo de las vuvuzelas




Miguel Soler indaga el lado evocativo de las vuvuzelas. No puedo evitar dejar constancia de mi no-indiferencia:


Revoloteo de moscas, sobrevuelo de alimañas, sonata de danzas caníbales, rodeo de enjambres, protesta de coleópteros en celo, corporación de zumbidos. Tronar atronador que crispa los nervios, embrutece la naturalidad y azota el confort emocional. Las vuvuzelas ininterrumpidas te indican que has caído en territorio extraño, ajeno, que eres objeto de una celebración desconocida pero amenazante. No dejan de hacértela sentir un segundo para que no olvides que estás bajo su captura y que en cualquier momento pueden comerte crudo con papas. Lo que tortura es la infinitud de su ulular, esa vocación por asesinar cualquier pausa o matiz que trata de demoler la posibilidad de un escape. De a poco te convencen que es peor intentar resistirse a sufrirlas, que no hay más remedio que incorporarlas como un dolor decorativo a la respiración del ambiente. Ellos conocen el efecto acosador que tiene para los americo-europeos la disolución de la alternancia, la aniquilación de la combinatoria, la pura mónada de la continuidad infinita sin atisbos de articulación alguna.


junio 25, 2010

Sobre el fútbol


Fútbol, una representación de la guerra con unas condiciones tan parecidas y diferentes a la realidad que lo hacen irresistible. En Nación Apache


El dilema del intelectual crítico


Revisemos las opciones disponibles con las que un intelectual crítico cuenta a la hora de insertarse en una sociedad dada.

Si no se compromete en lo mmás mínimo y preserva toda contaminación es un intelectual light, un pusilánime que se adormece en la mullida colchoneta del confort crítico sin arriesgarse al compromiso social, que elude las definiciones para permanecer protegido por las mieles del sistema dentro de las cavernas del campo académico o literario. Es un intelectual cooptado por la seducción del sistema estelar, por la banalidad de rol, que juega la neutralidad y la distancia como una aburguesada atalaya de prestigio desde donde mirar las cosas, para ahorrarse los riesgos de la acción y el compromiso.

Ahora si se compromete, es un intelectual cooptado por la política, y el campo intelectual nunca se llevó bien con el campo político. Si se vuelve opositor partidario también está mal porque se identifica con un partido y pierde independencia crítica, abdica su rol histórico de escrutador implacable de la realidad desde el campo del pensamiento para convertirse casi siempre en salvoconducto de los errores de los políticos, y a la vez encubridor de sus corruptelas. Y pierde su irreemplazable rol histórico de custodio de la verdad, cuya utilidad está siempre en cuestionar hasta sus propias convicciones. Si se compromete a apoyar un gobierno se vuelve un oficialista, y un intelectual puede ser cualquier cosa menos un oficialista; no hay peor pérdida de distancia crítica que apoyar un gobierno en ejercicio que convierte al intelectual en burócrata..

¿En qué quedamos? ¿Qué tiene que hacer un intelectual crítico? De seguir todos estos consejos de sus observadores, debiera considerar la posibilidad de no existir, digamos metiéndose en una cuba de ácido sulfúrico.

junio 21, 2010

Chomsky y los intelectuales franceses


"Mientras que los intelectuales norteamericanos del poder tienden a ser nacionalistas pronorteamericanos, los intelectuales del poder franceses son esencialmente antifranceses"

Diana Johnstone defiende a Chomsky. Parece que los intelectuales franceses en el fondo son todos unos norteamericanistas.


La eterna lucha entre la forma y la función


Muy antigua es en el arte la tensión entre la forma y la función. Expresada de mil maneras, con miles de máscaras, en definitiva reconocible e irreductible. En la literatura argentina me divierte mucho seguir los diferentes eventos que van caracterizando la polémica entre "los trabajadores del lenguaje" versus "los contadores de historias". El lenguaje versus la trama. Es el turno de reproducir en base a mi memorias y algunas anotaciones estas declaraciones de Alan Pauls en un programa de TV de Osvaldo Quiroga:

"Lo importante para mi es inventar territorio idiomático que admita cualquier experiencia, cualquier registro. Desmontar el dogma de la obligacion de entender. Mientras uno no entiende pueden pasar cosas más interesantes. El desencadenamiento de fuerzas que surgen del no entender son mas ricas, el entender clausura muchas instancias..."

"Se pide muchas veces que el escritor debe ponerse a la altura del lector, pero nunca se pide a los lectores que se pongan a la altura de los artistas, que se preparen para poder disfrutar de otras experiencias"

"A veces te dicen por qué no escribís algo que todo el mundo entienda, creo que hay algo clientelar ahí, el autor debiera satisfacer al cliente que exige satisfacción..."


Menuda reivindicación creativa de la oscuridad pero montada sobre una blasfemia intolerable hacia la claridad a la que se termina acusando de estéril. Después, lo de siempre; literatura para entendidos versus literatura para todos, de nuevo el riesgo del precipicio de la endogamia contra la sustentabilidad de la chatura.

junio 19, 2010

¿Podrá ser progresista el populismo? I


SOBRE EL POPULISMO PROGRESISTA, LA COMPRENSIÓN DEL PERONISMO Y OTRAS ACHURAS A LA PARRILLA

0 – Prepucio textual

A este blog le llegó la hora de embutir. Por eso su autor ha decidido juntar carnes sueltas de diversas fuentes –borradores personales, textos de unos comentarios dejados en el Facebook, comentarios enviados a la sección carta de lectores del “Laferrere´s Times”, picarlas y fabricar estos chorizos que se exhiben a continuación.

I - Perplejidad deductiva

A pesar que creo que los troskos lo que han conseguido es trabajar mucho más para consolidar “el capitalismo permanente” más que acercarse a “la revolución permanente”, confieso que me atormentaba la conclusión de este silogismo trosko-clarinetista: “las multinacionales, el FMI, el Banco Mundial y el G5, que consideran que sus enemigos a destruir son Chávez, Correa, Morales y todo rebrote social populista que pretenda resucitar la idea de que el estado bienestar pueda existir, en realidad están trabajando en contra del fascismo y a favor de la revolución permanente”

II - De la todavía orgullosa autoridad moral de la utopía

Por indicación del artículo primero bis de mi propia Constitución Existencial de Bien Nacido, en principio respeto y siento afecto por todas las utopías y a los que se apasionan por alguna de ellas. Las utopías socialistas libertarias nunca dejaron de seducirme como punto máximo del campo social artístico; la sociedad como obra de arte como decía Herbert Marcuse. Es obvio que ácratas, autonomistas y socialistas libertarios varios cuando escuchan palabras como "estado" y "nación" desenfundan la pistola, o lo que tengan a mano. ¡No os desespereis respetados libertarios que no todos los penes erectos significan violación! Al menos en algunos escenarios relativos. Las utopías por un lado, y la evaluación del estado de la realidad por el otro -el "estado" de estar, no el "estado político"- .


III - Cuando encontré la sociedad, ya tenía dueños

La relatividad y la proporcionalidad son las madres de la cordura, dos categorías básicas para que una proposición cualquiera se vuelva un juicio racional, si me disculpan el aristotelo-kantianismo de barrio. Da la casualidad que el mundo tiene unos determinados dueños que imponen por la fuerza unos modos de vivir destinados a seguir siendo cada vez más dueños, utilizando armas materiales y conceptuales de todo tipo. Si la utopía se basa en una sociedad sin poder, antes de que discutamos si sería viable o inviable el funcionamiento de una sociedad así, habría que empezar por entender que dado que el poder ya existe, para que una sociedad sin poder pueda ser posible, de movida en algún punto habría que quitarle el poder al que lo tiene, salvo que el que lo tiene se decida a entregarlo. Lo segundo parece que no ocurrirá ni en un millón de años, ya que de poder nadie se harta, y los enfermos de poder suelen curarse con más poder. Si esperamos de ellos que algún día digan "basta, me asquié" y lo entreguen -al poder- estamos jodidos, así que no queda otra que pensar en la primera alternativa, y ahí si que se pone complicado.


Nos queda apostar a diversas fábulas que basan su esperanza en el génesis espontáneo de la transformación. Podemos preferir fábulas marxistas literarias disfrazadas de "ciencia predictiva" tipo que un buen día "los últimos serán los primeros" o "los Perdedores Unidos le ganarán los Ganadores Unidos" cosa que es tan ilusa y tan contraria al mínimo análisis de sentido común como que River vaya a traer los refuerzos que pidió Cappa para el Apertura 2010, ó bien simplemente esperar un deux ex machina que resuelva la situación de un plumazo cósmico y por arte de un big bang de origen desconocido se organice de pronto la humanidad en comunas autónomas de hermanos civilizados y solidarios.

El escenario real es peor aún que la sonada fórmula que cité anteriormente, porque lo que se ve es como los Perdedores Divididos pierden por estruendosa goleada contra los Ganadores Unidos. Porque estos soretes, me refiero a los Ganadores, tienen una puta costumbre: en épocas tranquilas se pelean como locos entre ellos por comerse la torta más grande, pero cuando la cosa se pone espesa no dudan en cerrar filas y unirse para combatir al enemigo de su
sistema de rapiña. En cambio, de otro lado, cuando la cosa se pone espesa y la oportunidad de lograr algún cambio aparece cercana, se les da por dividirse para seguir perdiendo como siempre, pero eso si, cada uno con su librito utópico bien limpito.


IV – Los utopistas también se asustan

Los burgueses asustados se unen porque temen perder sus fortunas, los utopistas asustados pareciera que se desunen porque temen perder su ¿infortunio?


V – Los interrogantes, esos crueles curiosos que acosan

Me interesa en estos tiempos indagar y evaluar si los populismos de estado -como puede ser el ejemplo de algunos en Latinoamérica- son capaces de introducir algún contenido de tipo social que lo acerque más – aunque sea poco- a esa utopía ideal que podemos tener como meta final. Laclau y Mouffal, y varios más han tirado por ejemplo al ruedo unos planteos interesantes como para intentar pensar un poco más allá.

¿La derecha cree que acabada la rabia progresista de los populismos “estatistas” vuelve a reinar sin fisuras el pensamiento único?

¿La izquierda cree que acabada la rabia progresista de los populismos “estatistas” desaparece el capitalismo global y se instauran las condiciones objetivas para la revolución obrera permanente o la dulce utopía libertaria?


VI – Los liberales hoy día saben bien donde ponen el grito, y no es en el cielo socialdemócrata precisamente

Los neoliberales dan cuenta del cambio de escenario; porque en efecto reaccionan agresivamente frente al populismo y no frente a la socialdemocracia. Obviamente que la reacción liberal nos muestra el grado de progresismo real de cada vertiente: la socialdemocracia se ha vuelto inocua, y se ha asimilado totalmente al neoliberalismo por lo que ya requiere oposición, más bien es una preferencia como segunda opción; si no es posible en liberalismo pleno que lo sustituya la socialdemocracia, pero son los populismos heterodoxos el gran foco a desactivar, el objeto donde concentrar el rechazo y el combate político.


VII – Primer intento de explicación: el peronismo es un sistema político en si mismo

La lucha siempre es derecha contra izquierda, así se realice dentro de una estructura como el peronismo o fuera de ella según una estructura de partidos a la europea. Se haga según un modelo de movimiento poli-ideológico o un modelo de "partidos" (justamente la semántica no podría ser más elocuente, un partido es una partición, una separación) separados. En el caso del primer modelo, con un movimiento poli-ideológico de masas contenedor las luchas se dan en forma interna a hace estructura, pero son luchas iguales entre intereses de poder del arco ideológico, cada uno pugnando por hacer prevalecer su influencia en la estructura.


Lo que no entra en la cabeza de muchos es concebir un modelo político más allá del partido identificado con una solo ideología, del escenario que se basa en la contienda de partidos mono-ideológicos como es el modelo de origen europeo. Es como si por habernos criado en una lógica de religiones monoteístas no comprendiésemos que existen sociedades con otros
tipos de concebir los sentimientos religiosos, otro tipo de estructura referente y existen credos politeístas con tensiones internas.

En algo tiene razón el sociólogo-politicólogo Marcos Novaro cuando afirma que, el peronismo es asimilable funcionalmente a un sistema político en si mismo, con oficialismo y oposición, con derecha, centro e izquierda, como si dentro de su seno operara una especie de sistema de partidos mono-ideológicos. Por eso el peronismo contenía a Walsh y a Osinde, a Menem y a Cooke. Por eso el peronismo, "contiene" tanto el indulto como el juicio a los genocidas, tal como los contiene el sistema de partidos. Pero que contenga esos tópicos políticos tan opositivos y contradictorios no quiere decir que necesariamente el resultado debería ser una síntesis integradora de ambos, porque no se puede integrar de un proyecto de gobierno tendencias que son decididamente antagónicas, sino que la lucha interna dirime la inclinación hacia una u otra tendencia antagónica tal como sucede en el sistema político de partidos. Lo que desconcierta es que esa lucha en vez de hacerse en la arena del sistema de partidos separados, se haga dentro de un sello común, dentro de un marco común de estructuración. Se me dirá que para esas diferencias convivan dentro de una estructura común deben tener algo en común, obvio que si, tienen en sus fases menos extremas cosas en común y en el caso del peronismo eso común es el populismo como instrumento de adhesión popular, que implica un cierto grado de intervención "social" desde el estado, aunque esta núcleo común se relativiza respecto de las diferencias al punto que tuvimos un peronismo menemista que fue la cuasi abolición del rol interventor en lo social del estado. Pero también tienen cosas en común los partidos más diferentes dentro del sistema tradicional porque es por eso que conviven dentro de ese sistema. De hecho por más extrema que sea la diferencia, dentro del sistema europeo tradicional republicano conviven el socialismo con las derechas liberales, y hasta izquierdas y derechas extremas, y deben montar sus proyectos dentro del marco constitucional de las instituciones republicanas, que es a la vez un límite y un marco de contenidos muy preciso.

El sistema de partidos no es de derecha porque existan partidos de derecha ni de izquierda porque existan partidos de izquierda, sino que dependerá de la tendencia prevaleciente en cada momento histórico, y obviamente será un predominio con las limitaciones citadas. Es necesario señalar que en caso de triunfar alguna de las expresiones extremas, éstas tenderían a romper el sistema de contenidos en común que marca el límite del republicanismo para introducir cambios sustanciales, pero siempre en principio deberán respetar la normativa establecida para hacerlo y es evidente que para alcanzar dichos cambios muy fuertes deberían darse mayorías muy abrumadoras a favor de una tendencia cosa que en la práctica de los sistemas republicanos no suele suceder.

Hay que empezar a ver este dato de la realidad argentina no necesariamente como una señal de barbarie sino como una forma de organizar la política diferente propia de realidades históricas y sociales diferentes. Entonces, no tiene sentido invalidar a todo el peronismo por identificarlo como un partido o movimiento de derecha o de izquierda tan sólo por una presencia ideológica que lo define.


VIII – El tradicional rechazo al peronismo por izquierda

La tesis de identificar en forma lineal al peronismo con el fascismo tiene una larga tradición en la izquierda argentina. Todo lo que provenga del peronismo, sea como experiencia pasada o como posibilidad futura, es descalificado por esa mandante homologación que en principio me parece harto simplista y llena de inconsistencias. La discusión por el carácter del peronismo no puede reducirse a esa fórmula, es bastante más compleja.
Los intelectuales europeos, desde los muy liberales hasta marxistas ellos pero muy ignorantes de la realidad latinoamericana, suelen identificar casi miméticamente al peronismo con el fascismo-nazismo europeo. Esa mirada fue revisionada por varios intelectuales latinoamericanos. Mario Bunge quién recientemente ha dicho: “Eramos tan apasionadamente antiperonistas que no fuimos capaces de hacer un análisis objetivo del peronismo. Más aún, usábamos categorías políticas europeas. Creíamos que el peronismo era una forma de fascismo. Y no lo es: es original, es un tipo de populismo. Creíamos también que Perón era bruto. Es falso. Era inteligente, no sólo habilidoso, y tenía cultura histórica, al fin y al cabo era profesor de historia militar en el Colegio Militar. Lo menospreciamos y por eso no lo entendemos. Gino Germani, que fue el fundador de la sociología moderna en la Argentina, se fue del país en 1966 y al año siguiente me visitó en Montreal. Le pregunté: "¿Por qué te fuiste de la Argentina? ¿Por la persecución? No -me dijo-, me fui porque fui incapaz de entender al peronismo. Todavía hoy no lo entiendo". Y es así: quien no entiende al peronismo no entiende el país.”

Las medidas sociales que usaron los fascismos europeos representaban la condensación de décadas de lucha marxista y socialista dentro del salvaje capitalismo decimonónico. Se partió de un capitalismo donde el trabajador era un esclavo sin ningún tipo de derechos y con el correr del tiempo se avanzó en el sentido de conquistar derechos civiles y económicos para la clase trabajadora. Los fascismos de masas usaron estas medidas para ganar popularidad, porque aprovecharon precisamente el gran salvajismo de la explotación de los regímenes conservadores anteriores que se resistían a las demandas socialistas, y es un error muy grave descreditar las medidas en si mismas tan solo porque el fascismo en su faz populista haya escogido aplicar algunas. Una línea argumental que nos llevaría a creer que limitar la jornada de trabajo es una medida indicadora de fascismo.

Homologar las medidas de tipo socialistas-populistas hacia la clase trabajadora dentro del fascismo-nazismo, en nombre supuestamente de una muy extraña e indeterminada “utopía de izquierda libertaria”, tiene un efecto regresivo feroz. Su sofisma básico es: porque el nazismo y el fascismo incluyeron leyes o medidas sociales entonces toda medida social de intervención del estado es nazifascista. ¿Se pretende demostrar a toda costa que cualquier política que implique la concreción de avances socialistas dentro de un marco todavía capitalista es nazi? Si fuera así se desprendería que la única política no nazi posible es la profundización del ultraliberalismo capitalista. ¿?!!

Los elementos en común entre el populismo peronista y el fascismo-nazismo existen obviamente, sólo que en mi caso percibo diferencias sustanciales que impiden resolverlo todo con una lectura tan plana de mera identificación. Los intentos por dilucidarlos están todavía en construcción dentro del campo intelectual a pesar de que se viene discutiendo el tema desde la época de Unión Democrática del 46. En medio siglo el tema estuvo siempre vigente, reapareciendo en la pluma de muchos intelectuales de tanto en tanto y constituyendo un tema central de cualquier agenda de indagación política y sociológica de la Argentina. Desde la izquierda orgánica, desde el PC y desde el pensamiento más influido por la tradición intelectual de la izquierda europea se condenó al peronismo entendiéndolo como un fascismo. Desde otras izquierdas un tanto más “heterodoxas” se reconoció su base popular y obrera, y la necesidad de no analizarlo con las categorías válidas para aquella realidad histórica europea; de allí derivaron las voces de Juan José Hernández Arregui, Rodolfo Puiggrós y Abelardo Ramos. Hoy día que ha pasado tanta tinta bajo el puente tenemos corrientes como el posmarxismo de Chantal Mouffe y Ernesto Laclau con su revalorización progresista del populismo. La constante es que los intelectuales de izquierda que rescatan al peronismo coinciden en señalar que los que lo entienden como simple fascismo son presas de las categorías europeas y no han sabido establecer la influencia de los diferentes contextos espacio-temporales en la caracterización final de ambos procesos. Hay un elemento central que siempre el historiador argentino Norberto Galasso ha enfatizado en sus textos y que hace poco lei expresado en una breve fórmula en un artículo de Jorge Coscia: “No es lo mismo el nacionalismo de un país oprimido que el de un país opresor”. El fascismo europeo era una expresión de nacionalismo expansivo destinado a mantener el poder dentro de las clases dominantes con un sentido eminentemente imperial, porque en dichas naciones la idea de nacionalismo estaba ya construida y consolidada, y estos regímenes sólo lo tomaron y exaltaron mediante una particular receta que lo ponía en el centro del ideario colectivo. En cambio en las sociedades de latinoamérica primaba una concepción colonial que hacía que la idea de lo nacional estuviese pendiente de construcción, reprimida y sofocada, porque la dominación de las clases altas siempre fue referenciada a algún modelo dependiente, mental y funcionalmente colonial respecto de las potencias dominantes. Fue desde ese lugar que se hizo posible aquella lectura que sustituía la tensión clase dominante-clase dominada típicamente de los países desarrollados europeos consolidados en su articulación nacional con la tensión dialéctica norte-sur.


IX-Populismo progresista, un modelo en evaluación

Que repase estos datos no significa que adhiera hoy a aquellas teorías que conformaron el núcleo de “la vía nacional al socialismo”, lo hago a solo efecto de entender evolutivamente algunos conceptos de cara a la actual coyuntura mundial, habiendo acontecido una caída del Muro, un sucedáneo apogeo del pensamiento único neoliberal que fue concebido como clausura, con una reciente -y esperanzadora- recuperación del trascurso de la historia que había sido dado por concluido. No creo que el “peronismo progre” sea el fin último, la meta final, el objetivo de máxima, el techo ni el referente utópico de la conquista de una verdadera revolución de izquierdas, pero en Latinoamérica y en en la segunda década del siglo XXI no hay duda de que puede ser un buen comienzo preferible a una regresión resignada al liberalismo eterno. A pesar de esas diferencias señaladas con respecto a los modelos europeos que considero imprescindible consignar para su apropiada comprensión, el peronismo aún reconocido como fenómeno particular, como populismo de masas producto genuino de una particular realidad latinoamericana, contiene en su seno unas serie de contradicciones ideológicas que son siempre difíciles de resolver en la implementación política, y el análisis debiera concentrarse en cuáles son sus posibilidades de evolución de cara a contener transformaciones estructurales.


X- ¿Soldados del fin de la historia?

No entiendo a los que critican a los populismos por ser insuficientemente revolucionarios en nombre de la utopía socialista, pero lo hacen babeándose por las libertades democráticas burguesas como el fin de todos los caminos. No son otra cosa que lo que siempre han sido los intelectuales de izquierda en Europa; idiotas útiles a la causa conservadora de la eternización del poder liberal capitalista. Operadores a sueldo de sus formaciones cooptadas, vasallos mentales de los mecanismos de dominación, en definitiva soldados de contrainteligencia que combaten por el fin de la historia. Mientras los pueblos depositen la utopía en ellos, la utopía estará tan pero tan lejos que el capitalismo liberal estará eternamente preservado de todo peligro.







junio 15, 2010

Pretoria, tenemos un problema...




Argentina a tiro de mundial


Faltando todavía la presentación de algunos candidatos, lo que abunda en este mundial –con la excepción de Alemania y un buen trabajo- son intolerables partidos cuyo protagonismo excluyente pasa por el combo de las taladrantes vuvuzelas y las descontroladas trayectorias de la Jabulani. En ese contexto el partido del sábado que Argentina le ganó a Nigeria fue raro pero alentador. Lo positivo fue que aparte de haberse creado nueve situaciones de gol, se despejó la gran incógnita del mundial que era comprobar con qué Messi nos íbamos a encontrar. Y pese a agoreros pronósticos nos encontramos con un Messi que estuvo de puta madre; tan o más participativo que en sus mejores jornadas del Barcelona, más decisivo, con más responsabilidad de resolver las jugadas de ataque de su equipo. Decidido, concentrado, mostró que no le pesó la parada, que su talento está ahí, le sale incontenible por las piernas, y piensa exponerlo sin tapujos ni timideces. Lo negativo fue haber batido casi en record en mundiales de situaciones de gol erradas, y la zozobra final por lo exiguo del marcador y la falta de solidez defensiva que transmitió el equipo por el sector derecho.

Con Messi de 10, no se necesita “enganche”

Se comprobó en este partido que Messi juega mejor de “10”, es decir de media punta, jugador desequilibrante que arranca en tres cuartos de cancha a partir de la asistencia de los medios, y que luego se enfoca hacia el arco rival interactuando sus dos delanteros. Algunos periodistas demasiado riquelmianos opinan que el equipo necesita un enganche aparte de Messi y dos delanteros, para mi un verdadero despropósito. En esto concuerdo con el pocas pulgas Ricardo Lavolpe cuando afirma que el tradicional “10” del fútbol argentino de los setenta a los noventa, tiene poco que ver con la función de lo que actualmente sólo en el fútbol argentino se llama “enganche”, término que parece haberse inventado pura y exclusivamente a partir de la forma de jugar de Riquelme. De “10” jugaba Pelé, y en nuestro país jugadores como Alonso, Babington, Bochini, y luego el mejor de todos; Maradona. La hegemonía de Riquelme en los últimos años llevó a confundir al “enganche” con el “10”. El enganche o enlace es un volante que se mueve por todo el ancho de la cancha, que arma juego, que recibe de los defensores, hace circular la pelota y en segunda fase puede avanzar hacia el área dando pases gol o llegando esporádicamente al arco. Pero su posición es más retrasada que el “10” y carece de su cambio de ritmo en velocidad. Los equipos que juegan con enganche completan su esquema con tres volantes alineados por detrás, uno central más retrasado y dos laterales que suben. En algunos equipos se puede jugar con un jugador de esas características, como es el caso de Riquelme o de Gracián, pero ese rol no es necesario cuando la función de transición la hace un “10” explosivo como Messi. En este caso la función de armado cambia ya que los comienzos de las maniobras pasan por los volantes, con especial acción de alguno de ellos de mejor panorama y manejo -en la selección esa característica corresponde a Verón- hasta entregarle la pelota al “10” que “enlaza” con los delanteros en un forma vertiginosa, donde puede dar peses gol o generar espacio para su propia definición.


Los mitos contradictorios

Lo de Maradona como técnico es una mezcla de tres elementos: el primero es pensamiento místico; la cuestión motivacional, el afecto, el espíritu de grupo, el amor por la camiseta. El segundo es la picardía futbolera cimentada en su rica trayectoria, que incluye el manejo de determinados códigos muy argentinos, y por último el trabajo táctico. No podemos decir que reniegue de alguno de estos tres aspectos, los incluye a todos y los mezcla en sus decisiones, por lo que clave está a veces en como asigne las prioridades a alguno de estos tres factores. A pesar de que muchos creían que sólo trabajaba sobre los primeros dos aspectos, el gol de Heinze demostró que también usa el trabajo táctico, que arma jugadas preparadas, que estudia a los rivales y piensa en sacar ventaja de alguna ingeniosa maniobra. Vale un matiz: Maradona como futbolista tenía incorporado a su astucia natural aspectos ligados a la táctica futbolera, ya que jugaba por instinto siempre muy atento a donde estaban las flaquezas del rival para sacarle ventaja, teniendo presente sus características. Lo que sucede que eso que Diego tenía naturalmente, no todos lo poseen y entonces en necesario enseñarlo en forma de consejos tácticos-estratégicos, practicando situaciones de juego.


Pero en esos códigos futboleros que Maradona toma como reglas de oro de su proceder existen una serie de mitos y muchos de ellos resultan contradictorios. Digamos que el primer mito dice que hay que conformar un grupo de veintitrés jugadores, una mística donde todos se sientan parte del objetivo, donde nadie se considere menos ni más que nadie y no haya titulares ni suplentes asegurados. Los once que salen a la cancha son tan importantes como los doce que quedan afuera, que deben tirar para el mismo lado y estar listos porque les puede tocar entrar en cualquier momento. Este mito es muy útil para cohesionar los grupos y mantenerlos unidos, minimizando los sentimientos negativos que pueden generarse en una convivencia extensa con un alto grado de competencia interna. Pero todo lo positivo del desarrollo de este mito se complica cuando choca con otro. El caso es que por más que se insista siempre hay un equipo titular, siempre hay jugadores a los que se les ha hecho creer que son titulares, y cuando el técnico decide la primera formación se produce como una especie de consagración diferenciadora: eran todos iguales pero ahora los once elegidos ya sienten que pasan a otra dimensión, que son más los doce restantes y fueron ungidos con una elección que los hará acreedores al beneficio de otro mito futbolero, totalmente contradictorio con el primero: se supone que si los eligió, el técnico los tendrá que “bancar” más de un partido; no los podrá “incendiar” sacándonos del equipo a la primera floja perfomance o porque ha decidido aplicar otra táctica diferente que requiere otros jugadores. Pretoria, tenemos un problema. Expuesto el antagonismo de dos “códigos” el técnico deberá resolver. En el caso de la formación del equipo contra Nigeria el hecho de incluir a Tévez, determinado por un imperativo del orden místico –un jugador que no puede faltar por lo que entrega y transmite en el campo- hizo que dejara en segundo plano lo táctico e improvisara un armado del sector derecho del equipo que lo perjudicó, ya que fue el punto más flojo en defensa y expuso al equipo con una deficiente cobertura -Jonás Gutierrez como marcador lateral improvisado, sin volante con marca por ese lado-. La espléndida actuación de Messi alcanzó esta vez, pero de cara al match con Corea del Sur se presenta de nuevo el dilema. ¿Primará el mito de que “hay que bancar a los que ingresaron”, y en ese caso cabe insistir aún corriendo serios riesgos con el esquema que incluye a Gutiérrez en una posición desfavorable? ¿O se impondrá el primer mito que dice que lo primero es el interés del equipo donde no todos pueden entrar y salir? En este caso sería normal que por ejemplo ingrese Burdisso o Clemente Rodriguez, y que Maxi Rodriguez ingrese de volante por derecha por Verón, para protegerlo de su lesión y para compensar más eficazmente el sector derecho del medio hacia atrás.

De cara al próximo partido esta mezcla a veces explosiva de fuentes contradictorias puede hacer trastabillar la toma de la decisión correcta. Ojalá impere cierta crueldad que todo técnico debe tener la hora de decidir, y que prevalezca el mandamiento que pone prioridad en el interés del equipo por sobre cualquier jugador que tenga que ser “bancado”.


junio 14, 2010

Lanzamiento de la Jabulani






Que la pelota del mundial es un asco, no hay duda. Más apta para el vóleibol que para el fútbol, se parece a aquellas viejas pelotas playeras anaranjadas con falsos gajos pintados de negro, que se usaban en la década del 80, como dice Juan Sasturain.

Con una pobreza neuronal atroz, sus creadores pensaron que diseñando un balón superveloz e indomable para los arqueros se lograría marcar más goles, pero se olvidaron que lo indomable también juega para los que patean y el resultado es que los rematadores no pueden embocar el arco ni por casualidad. Además de levantar vuelo como un cohete pareciera tener un material hiperelástico ya que al picar se eleva desmesuradamente con respecto al standard de los balones conocidos.

De todos modos, es evidente que es un desafío para la habilidad de los pateadores; y ojalá favorezca a los más talentosos a la hora de poder dominarla. Para ello basta el ejemplo del video.

junio 07, 2010

Perpetrar y perpetuar



Sobrevivir es negociar, punto de partida necesario para taparle la boca a cualquier héroe.

Arde, como arde, quiero quitarme lo ardiente del corazón que no me deja vegetar tranquilo en mi tristeza. Nunca pude luchar contra esto de ser un moderado, un mordido por la confusa dentellada de la indefinición. Nunca hay que dejar de buscar el fruto que el intelectual menesteroso suele dar cada nueva temporada. La inteligencia anda abollada por ahí como un pañuelo enmocado en el bolsillo. El inventario de ideas deja un puñado de monumentos-palabras como referencia: Libertad pero igualdad. Libertad pero justicia. Libertad pero paz. Libertad pero moral. Los herederos de la pobreza se acogen al derecho de existir con una consumición gratis por siglo.

-…Te digo la que hacen…Tratan de no ser el tonto que da pelea y pierde. Mejor es olvidarse y no pelear, construir el refugio de la indiferencia, una finca donde cultivar la negación y pasear perritos que se autogestionan el alimento...


Veo tan claro el recinto emancipatorio, las gruesas columnas parenterales que atraviesan la misericordia del llanto como tañido, la galería con vista al fuego eterno del mal. Antes de volverse Omnipotente y Ausente, dejó dos palabras a modo de manifiesto: perpetrar y perpetuar.


Sudáfrica 2010 en el horizonte II


A cuatro días de hundirme en la más inútil de las pasiones, me convenzo que la gran popularidad del fútbol por sobre los demás deportes se debe a que resulta el más parecido de todos a la vida real, y el menos parecido a las fábulas de la literatura épica popular. En fútbol casi nunca gana el que supone que debe ganar, ni el mejor, ni el más honesto, ni el que tiene más coraje. Y además, si algo tiene de particular el fútbol respecto de sus hermanos deportes es un reglamento concebido para premiar la defensa preventiva sobre el ataque temerario, la especulación sobre el ímpetu, la destrucción sobre la construcción, la fealdad sobre la belleza, la cautela sobre el atrevimiento; casi como si hubiera copiado los códigos de una realidad donde las epopeyas de los héroes son escasas y abunda la fortuna de los especuladores y el beneficio de los oportunistas. Unas historias donde los generosos líricos son derrotados y deben soportar la soberbia exhibicionista de los avaros triunfadores.

¿Pero sería así nomás el fútbol un espejo de una inexorable realidad, tan sórdida y desilusionante? Eso no explicaría suficientemente su irresistible atracción. Hay una falla, un desliz, una excepción que confirma su regla. Precisamente la pasión del fútbol es la búsqueda esperanzada de que esa excepción aparezca. Una excepción justiciera o injusta que por un día cambie el orden todopoderoso de las cosas. En el fútbol, muy de tanto en tanto, los buenos les ganas a los malos, los pobres les ganan a los ricos y los valientes les ganas a los cobardes.


La trascendencia extradeportiva del evento devora cualquier permanencia dentro de su ámbito específico natural. Deja de ser un gran espectáculo y un gran negocio del fútbol, para ser un gran espectáculo y un gran negocio de toda la realidad, un magno evento a secas, trascendente de toda frontera o apartado. Si bien ya el fútbol es en si mismo un ámbito que puja por uno de los lugares de más trascendencia popular, el mundial liquida cualquier indiferencia general y lo proyecta a una universalidad apabullante. Los mundiales han ganado dimensión de hitos sociales, y el capital simbólico potenciado que se pone en juego a partir del resultado futbolístico de un breve torneo es de una arrasadora magnitud cósmica. El triunfalismo o el derrotismo derivados de un resultado puede trocar ánimos sociales de extremos depresivos a eufóricos, ayudar a sostener o voltear gobiernos y hasta puede transformar económicamente la suerte de un país.

Ese aura de estar ante unas consecuencias demasiado trascendentes por unos actos tan azarosos y sencillos como el rodar reglado de una pelota en un campo, barniza a todos los protagonistas de unas pulsiones psicológicas tremendas que se traducen tanto en impulsos épicos a la epopeya muscular como nervios y pánico. Esa brutal asimetría entre los anecdóticos, aleatorios y lúdicos límites de lo que sucede en el campo, y la explosiva trascendencia que se disparará a partir de ellos, condiciona el desarrollo normal de unos partidos de fútbol decisivos. Y así los bordes aleatorios ya implícitos en el juego se potencian aún más por el sistema de competencia que resulta ultra comprimido en su desarrollo por la obligación formal de contener en apenas un mes la participación de treinta y dos equipos.


junio 04, 2010

El día del editor: el caso Carver


Al final se ha editado “Principiantes” de Raymond Carver, volumen que contiene los textos completos originalmente escritos por el autor sin las modificaciones que hiciera su editor Gordon Lish cuando fuera presentado en los ochenta con el título de “Qué hablamos cuando hablamos de amor”.

Desde que se descubrió la maniobra editora que la mano de Lisn impuso a la obra cuentística de Carver (para muchos una maniobra mutiladora) pasó a ser este caso una de las asombrosas paradojas del mundo literario. Tantas cosas se escribieron sobre este autor estadounidense desde mediados de los ochenta cuando su obra alcanzó difusión; desde críticos de formación académica hasta reseñadores radiofónicos aparecían fascinados por el increíble talento para manejar esos cortes abruptos de las escenas, para dotar a los personajes de una impronta fugaz pero palpable sin aportar detalles de su pasado, y aportando muy pocos de su presente. Hasta se le dio nombre a un nuevo estilo a partir de ello: "realismo sucio".

Gran parte de lo que definía aquella singularidad de estilo era producto de los tijeratazos de Lish, por lo que debemos a su instinto interventor aquel Carver que conocimos.

Un escritor es capaz de construir un personaje de ficción, pero un hábil editor entrometido es capaz de construir un personaje de la literatura.


El tesoro embalsamado


"Un buen libro es la preciada sangre que palpita de un espíritu maestro, embalsamada y cuidada a propósito para tener una vida más allá de la vida"

John Milton (1608-1674)