El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

julio 30, 2007

El pecado de publicar opiniones

Un comentario dejado por Hernán Anganuzzi, autor del blog Zona Tomada, al pie de mi última colaboración en Nación Apache acerca de los humoristas y otras yerbas no deja de sorprenderme desde hace unos días. Lejos de aportar alguna idea con relación a los temas tratados, el comentario era algo así como un ataque personal hacia mí. Pero más allá de ignorar las razones de la irritación que le provocaron a Anganuzzi las intenciones que él me adjudica –algo así como que sólo busco hacerme notar a través de textos de opinión renegados, incordiosos o deliberadamente “polémicos”-, me preocupa el trasfondo de la situación ya que esta reacción viene de un blogger, alguien que comparte de alguna manera esta vocación por la escritura y la intención de comunicar un mensaje o una idea.

Cuestionar al autor acerca de por qué escribe o por qué no escribe esconde actitudes de censura, intolerancia o envidia, que muchos bloggers acostumbran generalmente a recibir de gente alejada de este medio. Desde muchos lugares se establecía la condición impuesta a los que tenían un blog o irrumpían en la publicación bloguera sin tener muchos antecedentes públicos en el ámbito cultural ni curriculum publicador; debían “demostrar” por qué escribían, so pena de ser pasibles de acusaciones de “egolatría” o “vedettismo”, o de “querer hacerse notar”, como si esto no fuera aplicable a todo aquel que escribe y publica. Pero claro, el resentimiento personal era la motivación de tales absurdas acusaciones, ya que no se acusaba de lo mismo a los publicadores consagrados o autorizados sino a quiénes desde el llano “se las querían dar” de escritores. Típico resentimiento mediocre de barrio de aquel que idolatra a las estrellas de la TV pero al pibe vecino que sueña y la pelea porque quiere ser actor y se anota en un casting en vez de apoyarlo lo acusa con un “este pendejo que vive acá al lado de mi casa ahora quiere que todo el mundo lo vea”.
Por otra parte puede que la gente que no lo practica –aunque sean escritores- no comprenda bien las características de un género como es el ensayo o texto de opinión. Si las ideas expuestas en un escrito de estas características resultan contrarias a las creencias o convicciones de un lector y por añadidura polémicas, no debiera ser eso argumento para descalificar al autor como “provocador”, máxime cuando ese autor no es el único que aborda ese género. Todo texto de opinión puede estar sujeto a generar polémica, es una huella posible inherente al género mismo, bastaría con hallar alguien que piense distinto y eso sabemos que puede ocurrir todo el tiempo y en cualquier lugar.

Por otra parte, ¿para qué quisiera un autor ganar enemigos? Los enemigos pueden tener alguna utilidad como una vez escribí en mi blog pero no enriquecen el espíritu precisamente ni agregan nada a nuestros créditos. ¿Buscar lectores? Los enemigos “ganados” pueden que nos lean una vez pero seguramente dejarán de leernos, si alguien especulara con ese tipo de resultados trataría por el contrario de ganar amigos con su escritura más que enemigos ya que el amigo si es una promesa concreta de futuras lecturas fieles y consecuentes. Nada parece atenuar lo absurdo de esta acusación.

El ensayo de opinión -o mejor digamos los intentos que se asemejan a él- es un género muy ingrato porque expone permanentemente al autor a los riesgos de asumir posturas: aumenta exponencialmente gente que se puede ponerse de nuestro lado tanto como la que puede ponerse en nuestra contra, despierta sentimientos de identificación positiva y negativa muy marcados, antipatías y simpatías. En ningún otro género ocurre de este modo; la exposición de textos narrativos, poesías, comentarios de libros o ensayos literarios actúan en un nivel de mayor neutralidad en las reacciones; puedo sentir simpatía hacia un autor cuyo poema me ha conmovido, pero no me irritáre con aquel cuyo poema me resulta pobre o indiferente. En el ensayo a menudo esta neutralidad es imposible, aparece una fuerza que tiende a que el lector se embandere a favor o en contra, que experimente sentimientos de palmearte la espalda o de pegarte con un palo por la espalda. Si las opiniones abordan campos temáticos como lo filosófico, lo religioso, lo ideológico y lo estético, los riesgos aumentan exponencialmente. De ahí que aquellos que buscan antes que nada mantener y aumentar lectores o cuidan de proteger una imagen “always friendly” –porque ese es su objetivo- tratan de evitar definirse en temas de este tipo, su estrategia es mantenerse en una neutralidad a través de exponer a trazos gruesos alguna que otra opinión difusa que lo inscriba dentro de lo políticamente correcto cuando es necesario o inevitable tomar partido. Algo que los mantenga en un lugar seguro y evite riesgos.

Acusar de “buscar notoriedad a través de la polémica” a un ensayista de opinión es tan absurdo como acusar de “buscar notoriedad a través de provocar emociones” a un poeta que expone sus poemas, o acusar de “buscar notoriedad a través de ventilar sus vivencias personales” a un narrador autobiográfico que hace literatura a partir de sus experiencias o de “buscar notoriedad a través de enrostrarnos como sea sus lecturas” al que aborda el texto de análisis literario. En ese caso todo escritor sería pasible de ser acusado de buscar notoriedad a través de algo. Por otro lado determinar que algunas ideas son necesariamente polémicas como si uno pudiera manipular esa condición a voluntad es una soberana ingenuidad, siempre alguien puede pensar lo contrario, esa es la clave de todo debate que se establezca en un marco de pluralismo, nadie puede asegurar que una opinión encienda polémica salvo casos extremos como por ejemplo si salgo a opinar a favor de Boca en un foro donde son todos identificados hinchas de River. En mi caso desconozco cual es la opinión mayoritaria de los lectores de NA -y no creo que absolutamente nadie pueda conocerla-en temas tan diversos como para manipular esto de “buscar polémica” a mi antojo.

Ahora si se supone que en materias como literatura y arte exponer ideas que van en contra de una corriente de pensamiento –que alguien se supone mayoritaria- en algún tema es en si condenable, el asunto es más grave, porque ¿cual sería la actitud correcta? ¿Solamente expresar opiniones si coinciden con la de esa supuesta mayoría, y si son deferentes o contrarias directamente auto amordarzarse? Curiosa forma de entender un debate pluralista de ideas, “si tenés ideas diferentes a la de una supuesta tribu no las publiques ya que serás acusado de polemista que busca enemigos como sea”. Quién lea el archivo de mi blog verá que en estos dos años predomina el ensayo y el texto de opinión, con los que me identifico mayormente, mezclado con algunas mis inquietudes en materia de poesía, ficción o textos diversos. Uno no elige ser polémico en el caso que lo sea, es más bien una consecuencia y una condena de su propia naturaleza, de sus gustos, de su temperamento y de sus pasiones, y no un sucedáneo de “querer hacerse oír a como de”.

Lo peor que le pueden hacer a un ensayista de opinión es decirle que su propia pasión es inmoral. Si se tiene disensos con lo que emana de su pluma, que mejor que debatir, en público o en privado, pero aquellos que no comprenden el sentido esencial del género o no lo toleran, mejor sería que nos beneficien con su más respetuosa indiferencia y se dediquen a cultivar una rosa blanca.

julio 28, 2007

Conservadurismo de la indiferencia

Este Tribunal declara que habiendo considerado los fundamentos de los miles de pedidos de Socorro recibidos, no encuentra en ellos elementos suficientes como para dar por probada la necesidad de su atención, por lo que dispone en este mismo acto se haga efectiva la medida de no innovar.



Música: Loreena Mc Kennitt "Penelope´s song"

julio 24, 2007

Por amor al humor


"...Mientras un artista cualquiera en el mejor de los casos conmueve, el humorista causa estragos silenciosos; tras la risa o la mueca risueña que nos provoca no está el estertor pasajero de la carcajada sino la risita profunda de un discreto recocijo interior, tal vez la risa del alma.."

Lo ecos de la muerte del Negro Fontanarrosa me motivaron algunas reflexiones que desarrollé en esta colaboración para Nación Apache

The sun never shines on Entrered



La máquina de desordenar tinieblas

La máquina de desteñir primaveras

La máquina de derretir algodón

La máquina de congelar saliva

La mancomunión que negocia su secreto

La máquina es una fiera

En la sombra del olmedo
puros se afiebran los mancebos de la luna
leen encíclicas los marginales
y los coyotes descarados dictan la homilía forense
desde un parnaso gubernamental
Tu aliento alud de flemas
derrite todas mis barritas de tolerancia
!el arroz hervido es de nosotros
y las frambuesas son ajenas!




Soñaba con volver a los setentas y ver brillar las llantas deportivas de tu nombre en una tarde tan gruesa que durara para siempre. Se sentía como el cenicero de tu moto de agua, pidiendo todos los colores para pintarse de esperanza como la infamia descremada de un Dieguito Torres. Ponía al palo a Deep Purple, se retorcía en los olores hippones de Jethro Tull. Y hacer molinos de lluvia que rocíen las calles resecas, dardos de papel picado, barquitos de papel prensa, tortas de mandarina robadas en los fondos de los vecinos.

Aromas electrónicos de los dos mil, el aliento transnacional de todos los transgresores, teorías de nemes, mensajes en clave en los tatuajes bíblicos, el piercing que se oxida en las axilas, hurgo entre los millones de discos mp3 para encontrar algo para detenerme a escuchar y jamás podré, chapaleo entre nicknames para saciar la ansiosa versión de una soledad eviscerada. La máquina de vaciar contenidos, un reality clown que actúa en la trastienda aguardentosa de esa tragedia permanente.



“El evenenamiento con vidrio molido como referente paradigmático de la crueldad deseante sublimada"



Música: KBB - Backside Edge

julio 20, 2007

El imprescindible encanto de la amistad




¿Amigo? Conocido y gracias

¿Amigo? ¡A mi gorila!

¡Fiate de los amigos!

Es un amigo…

¿Somos amigos o no somos amigos?

Soy tu amigo

Sos mi amigo

Te cuento lo que le pasó a un amigo

Me lo prestó un amigo

Mi amigo del alma

Un íntimo amigo mío

¡Decí que me salvó un amigo!

Paré en casa de un amigo

Lo consulté con un amigo

No te hagas problema, el tipo es amigo mío…

Podemos salir como amigos

Ni un amigo para tomar un café

Total estamos entre amigos

Los amigos del poder

Amigo por interés

Lo hago entre amigos nomás

Los amigos de la infancia

Los amigos de la noche

Para siempre, amigos!

Más que amigo, hermano...…

julio 16, 2007

A sangre fría



El 28 de junio, antes que Argentina iniciara su primer partido escribí un post que hoy día podría tener valor profético, sin embargo no me atribuyo mérito clarividente alguno ya que no hice más que dar simple lectura a una realidad que aparecía estampada a fuego delante de los ojos por una abrumadora cantidad de pruebas físicas:

“Para ello el singular técnico, que hace todo un culto del trato prepotente y despectivo hacia la prensa, propone una alquimia peligrosa. En su afán de obtener efectividad instantánea ha decidido mezclar juventud y veteranía, pasado, presente y futuro. Pero entre sus convocados me provoca cierta mueca de inquietud que no falten perdedores irrefutables, mufas, soberbios, camarilleros y pechos fríos que uno suponía estaban en hora de jubilarse de la selección.” “Veamos. Insistir con Ayala y Zanetti, veteranos sin proyección de futuro y mariscales de una de las dinastías más perdedoras que haya vestido la celeste y blanca da más que rabia y fastidio, una especie muy singular de resignación”



Pero siempre los sentimientos que despierta un deporte apasionante como el fútbol habilitan esperanzas de reversión; uno imagina que se establecerá una lucha entre esos designios de la fatalidad y las voluntades generosas que tratan de combatirla, ya que en definitiva si no creyésemos que toda maldición deportiva puede revertirse ni siquiera tendría lugar el hecho de inmiscuirse emocionalmente en los vericuetos lúdicos de su disputa. Tal era mi mal presagio acerca del ineluctable y temido final que me abstuve de publicar comentario alguno en el transcurso del torneo, a pesar de varias veces sentir deseos de hacerlo. Así fue que me rondaron algunas conclusiones entusiastas y otras críticas que se me antojaron pasajeras y fútiles. No se trataba de una cuestión de rendimiento promedio, se trataba de esas fuerzas insondables que habitan en el aura de estos deportistas; con Ayala y Zanetti en cancha era imposible ganar una final y lo fue, asi de simple. La actuación en la final fue una defección absoluta en el sentido técnico y anímico. Una falta total de fuerza mental y espiritual para imponer algún carácter. Argentina fue mayormente en equipo impresentable, liviano y flojo en todas su líneas, sin presión en el medio, permisivo en defensa y obnubilado en ataque, sin juego por los laterales y sin variantes en el medio. El único momento favorable fue en el primer tiempo tras el gol de Brasil, con Messi por izquierda se generaron situaciones y la más clara fue el disparo de Riquelme en el palo. Luego antes del gol en contra de Ayala hubo momentos de merodeo en el área verde amarilla y un disparo de Riquelme que tapó brillantemente Doni. El tan cacareado “segundo tiempo” de los argentinos no existió esta vez, el equipo fue una expresión más pobre y más pálida aún que en el primero y de a poco se volvió por completo impotente, sin mostrar nunca tener potencia anímica y técnica para generar alguna esperanza de darlo vuelta, y logrando a duras penas evitar que de contragolpe Brasil hiciera más que 3.

¿Alguien puede explicar como es posible que a los 3 minutos de juego una Argentina dormida que ni siquiera estaba en posición de ataque para poner la excusa de ”nos agarraron de contragolpe” permita que frente a un pelotazo anunciado hacia el flanco izquierdo quede Giulio Baptista mano a mano en el área con Ayala con el resto de los defensores y volantes a una distancia enorme e inexplicable? ¿Adónde etaba Zanetti, marcador de punta? ¿Adónde estaba Verón, volante por derecha? ¿Adónde estaba el otro central, Milito? Luego, soy piadoso con Ayala en la pérdida absoluta del mano a mano debido al mencionado atenuante. Por otra parte desde aquella vez ante el holandés Berkamp en el mundial 98 todo parecía señalar que el destino del zaguero estaba marcado, volvería a perder un mano a mano crucial en el momento que no lo tenía que perder. A eso se sumó la inexistente alta prestación que se hubiera esperado de un Abbondancieri que para colmo tuvo su contracara en el arco de enfrente. Pero precisamente creo que es Roberto Ayala el emblema mayor de la derrota, capitán del equipo y símbolo de toda una estirpe perdedora. Dada su edad y las enésimas pruebas que la vida deportiva le ha dado respecto de ser un perdedor de finales que flaquea en las intancias límites, es de esperar que reflexione y se retire por su propia voluntad de la selección antes de que el empecinamiento ciego de los entrenadores insista con él.


Verón, como era previsible, deambuló todo el torneo entre un caminar y trotar la cancha imcompatible con el alto rendimiento. Promediando todas actuaciones mediocres sumó algún breve destello de estusiasmo en contados momentos como el segundo tiempo contra México. Lo suyo en esta final fue la comprobación de la lógica, sin alma ni juego, sin corazón ni entrega, trotando la cancha totalmente perdido y absorbido por la escena que lo superaba, un aporte nulo tanto en defensa como en ataque. Pero su presencia era mediáticamente necesaria para dotar a este equipo de la unanimidad todopederosa; una cruz fue soportar en la previa periodística la justificación de su inclusión por “lo importante que era para el grupo fuera de la cancha” o “por su experiencia”.


Se vio la indolencia de Riquelme, como era previsible. Tuvo muy buenos momentos en los partidos frente a rivales poco exigentes y defeccionó totalmente en la final mostrando su peor versión cuando más se necesitaba la mejor; carcomido por la marca, impávido y con ese intolerable fastidio ceremonioso ante cada tiro libre perdiendo todo el tiempo posible como si fuera en ventaja cuando lo que estaba era perdiendo y necesitando descontar.

A la gran mayoría del periodismo deportivo se le caían las babas por este equipo ya que se colmaron sus gustos. En primer lugar influyó el hecho que los jugadores se prestaban con inusual amabilidad a todo tipo de notas y reportajes. Los cronistas podían acceder libremente en el hotel casi hasta el cuarto de baño de los seleccionados y compartir intimidades como la piscina. No faltaron los jugadores que jugaban bromas como tirar al agua a un periodista de Fox Sports o llenarle la cabeza de yerba a otro de T y C. Los Bilardistas y Bielsitas tuvieron a Verón, Zanetti y Heinze, los fundamentalistas Riquelmianos como Horacio Pagani a su adorado Román con la 10, los que nos inclinamos por Messi vimos cumplido el sueño de verlo titular que nos privó el chacal Pekerman, los admiradores de la guapeza de Tévez fueron también finalmente recompensados. En lo futbolístico se llegó a elogiar la lentitud y abulia del equipo en los primeros tiempos con el San Benito de “la paciencia” para “mantener la pelota y buscar los huecos”. En realidad esto era un simple eufemisno para llamar a la falta alarmante de cambio de ritmo y justificar un patrón de juego que puede servir para neutralizar en algún mometo el juego pero que tiene más consecuencias peligrosas y negativas que positivas. En primer lugar, el toque lateral recarga el juego sobre los defensores y los obliga siempre a resolver cuando son obviamente los menos capaces para ello. Así fue que se vio por doquier en la Copa esas descargas de responsabilidad de Riquelme, Verón y Cambiasso hacia Heinze, Ayala, Zanetti o Milito que terminaban en pelotazos sin destino. Por otro lado se olvida que al fútbol se juega por tiempo, no es como el tenis donde el final arriba cuando se alcanzan determinados puntos en el marcador.. Perder oportunidades de juego ralentizando los movimientos puede que evite algún riesgo de pérdidas de balón pero disminuye también las chances de obtener situaciones de gol en un tiempo fijo de juego. Se necesita un determinado volumen de juego en relación al tiempo para generar un cierto número de ataques. Por otra parte los huecos no aparecen sólos por el simple hecho de que se rote el balón hacia los costados y hacia atrás, se necesita tomar algún tipo de riesgo vertical en velocidad. Messi y Mascherano creo que cumplieron un papel aceptable y si bien en la final no pudieron sustraerse a las debilidades generales siempre inspiraron alguna esperanza de reacción. De todos modos era obvio que Messi sólo no podía ganar la Copa, y parece demasiado que se espere de él una genialidad por partido para terminar de reconocer sus cualidades individuales de jugador excepcional que todo el mundo del fútbol le reconoce. La idea de acoplar talentos y pensar en un fútbol consustanciado con la manera de jugar argentina creo que sigue siendo sana, pero algo debiera reelaborarse respecto de las caracterísicas de los jugadores elegidos para a que a esa calidad técnica se agreguen otros atributos necesarios para enfrentar con reales posibilidades a rivales exigentes y que definitivamente no posee esta generación perdida.

Muchos no creo que puedan resistir nuevas convocatorias de cara al 2010, Abbondanzieri, Verón, Zanetti, Ayala, Cambiasso son ejemplos cantados de desaparición en las instancias decisivas, habrá que trabajar en el encuentro de nuevas combinaciones en las que pueden incluirse Messi y nuevas figuras emergentes. A Riquelme se lo podría seguir teniendo en cuenta como un jugador más en el medio pero jamás como líder ni menos que menos con la 10 en la espalda. Siempre y cuando se convenza que no alcanza con "ser feliz" para triunfar en la selección y hay que entregar algo más podría ser un buen aporte a un plantel. Ahora si no lo entiende así y sigue en la postura que declara en todos las entrevistas con su insoportable cassette, mejor que se quede en su casa.

“La pelota comenzará a rodar y las especulaciones pueden ser acribilladas por los resultados. Ojalá se produzca el milagro y se tuerzan todas las fuerzas que acechan en el sentido previsible”

Los milagros no nos esperan a la vuelta de la esquina, pero al menos debemos dar el primer paso; que desaparezca una generación de jugadores que ha hecho que siempre Argentina en las finales se muera a sangre fría.

julio 11, 2007

¿Has visto alguna vez la nieve?

“….
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas eran rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba…”


Rafael Alberti “Se equivocó la paloma”


(Un post sobre la nieve parenteral)

De pronto y porrazo, la pampa húmeda se convirtió en un frosty freezer sin descongelar y muchos argentinos renovaron por varias décadas las reservas profundas de su relación con lo excepcional. Esta excepción secular se sintió como un privilegio de glamouroso valor agregado a la rutinaria escenografía de la cotidianeidad y también como una amenaza más de devastación dado nuestro bajo umbral apocalíptico. Pero lo que me provocó las secuelas más profundas fue registrar con qué mágica potencia la nieve nos ultrajó toda posible indiferencia, aún aquella que se resiste desde la más renegada evolución; porque fuimos expedidos a punta de pistola a atesorar de todos los modos posibles su inexplicable decisión de visitarnos. El singular evento climático en definitiva, por su digna totalidad estética ajena a los intereses en pugna, fue recibido como un huésped al que le debemos un favor por venir de parte de una naturaleza que esta civilización ha relegado al mero rol esclavo de Gran Proveedora, y a la que se le niega a menudo la cortesía de prestarle un poco de atención a su espectacular personalidad. Me fue imposible impedir que ingresara en primer lugar a la lista de espera de mi lunes, que se impusiera absorbente en su afán de hacerse recordar todo el tiempo vulnerando cualquier descuido en su contra. En “lenguaje posmoderno” -como diría el sociólogo canadiense Stephen Katz- creo que la nevada fue la gran celebración acontecimental del hecho atípico que cierra la puntada de nuestra condición de no-lugar; la precipitación hiper-social del poder norhemisférico como género de cargas. En el Nombre-Del-Padre se halla ese país indeterminado de Europa donde la nieve decora postales soberanas y ayuda a ostentar un rango de implacable superioridad. Se nos cuelan también las alegorías paisanas de barilochenses adolescencias y vacacionales elitismos esquiadores. Embestirla en auto y a pie tanto tiempo en su vuelo hizo que en la noche al cerrar los ojos volaran cristalitos frontales sobre mi. Como los copos, también cayeron durante el día en ingrávida filigrana términos como aguanieve, nevisca, aguahielo, aguarrás atmosférico, espuma destilada, cambio climático y calentamiento global. Además, cundió el chiste fácil; que Macri cumplió su promesa de hacer de Buenos Aires un lugar del primer mundo. Ya trajo la nieve. Y vaya si va estar bueno, si era blanca, blanca, y blanca de la buena.

julio 10, 2007

Toma de posición adelantada

Este blog está a favor de la despenalización del off-side.

Observaciones distraídas III

La familia es la base de la saciedad.

julio 04, 2007

Blog-ontologías

Omar Genovese conjugó en Nación Apache el verbo Desblogar. Me produjo un efecto de aceleración de la descomposición natural de algunos deseos. Es habitual que durante la práctica prolongada de este hábito de bloguear nos ataquen ciertas anoxias repentinas que vuelven morada la piel que hasta hace instantes sangraba púrpura de vida. Lo siguiente lo dejé como comentario:


Pareciera que el blog tiene ese destino en sus genes; crecer hasta demostrar que sólo puede desvanecerse y dejarnos a oscuras sin explicaciones, tal vez por su mismo exceso, por su gratuidad cómplice de la confusión. Nos obliga a una exposición demasiado directa a los rayos del vacío, nos pone demasiado cerca y lejos de todos los reflejos, no se puede todos los días sostener la escena de la propia dignidad. Demasiada luz para para poder sentarse a esperar los ecos.

Por otra parte, cuesta mucho acostumbrarse a un formato que se emancipa de modo tal que no podemos controlar su definición; pagamos caro su falla genética: el blog es una especie que no sabe volverse objeto. Juega a ser proceso, evento, continuidad, ilusión, corte, rayo, todo menos objeto.
Nota: Blogger me impide acceder al código para poner links. Help!!!

julio 03, 2007

El secreto de los libros

Meses atrás recorría el centro de una ciudad argentina y tuve la idea justa para la solución de un problema doméstico: se me ocurrió que el regalo más apropiado para un amigo que cumplía años era un libro. Con la confianza a mi favor entré en una librería pequeña y me ubiqué para mirar el material distribuido en las mesas. Pasaron diez segundos y ya tuve la asistencia espontánea del vendedor con un puedo ayudarlo?, ah, para regalar a un amigo, ¿de qué edad? Ah, bien, de su edad y profesional, si. No hubiera esperado que sus palabras fueran tan previsibles y confirmaran las sensaciones que venía adjudicando más a mi intuición que a mis conclusiones racionales; de inmediato me fue ofrecido a modo de orientación todo el arsenal bien vendedor del momento. Primero la historia directa, el boom de la historia “diferente”: Pigna, O´Donnel, Hamilton, Lanata y otros. Luego una serie de novelas “históricas”, de esas que prometen revelaciones, intrigas, acertijos, secretos, enigmas, conjuras y ocultismos varios. Tiene Los Conjurados de Roma de no sé quién. Venía en una caja como de lata. No gracias, muy amable, más tarde paso…

El único atractivo sobreviviente que le queda al libro como producto de masas es la promesa de revelación, que le haga enterarse a su comprador-lector de algo que no sepa. En los 70 y 80 los libros de ficción eran la válvula de escape para el sexo, mientras no se podía mostrar ni una teta en TV y en el cine para entrar a ver el culo de Susana Gimenez pedían certificado de servicio militar cumplido, se leían un libro de Asís, Medina, Robbins o algún otro chanchito local o extranjero y se podían regodear en secreto con polvos y fellatios profusamente narrados. Hoy el sexo está hasta en la sopa, por lo que el objeto libidinal ha mutado; lo que atrae son los grandes secretos ocultos de la historia. Porque en definitiva todo libro para ser apetecible debe mostrar sutilmente que guarda un secreto o simplemente no existe. Que digan algo que no sepa; que Jesús era gay, que todo el universo está regido por el Número Secreto de los Templarios De La Quinta Conflagración, que Colón no descubrió América, o que el Sargento Cabral era el amante secreto de Remedios de Escalada. Entonces tienen algo que contarle a algún amigo y sacar chapa de correctamente cultos che, leí en un libro que… Nadie resiste la tentación de enterarse que hay una teoría que dice que Adán era hijo de madre soltera o que los papas hicieron un pacto secreto en el siglo XI y la clave está guardada debajo de la estación Gerli del Ferrocarril General Roca. En este instante que usted acaba de leer este artículo habrá cientos o miles de escritores en el mundo masacrando letras para inventar acertijos descubiertos en los lugares más inverosímiles y en las épocas más exóticas.


Los secretos de la historia estuvieron siempre tan bien guardados que es ya una tradición popular tener que leer libros para develarlos. Y a diferencia del cine, en literatura armar historias de época no implica gastos de producción, salvo revolver un poco los archivos y las bibliotecas, cuesta lo mismo una historia del futuro inmediato, del presente o del pasado remoto, tan misterioso y enigmático.