El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

octubre 31, 2005

Repudio a una diosa omnipresente

Se trata de un repudio a una diosa, a una reina, a una monarca absoluta de la arquitectura occidental. Y de la arquitectura argentina, por si quedaban dudas. De ningún modo esto es un homenaje, ni un tributo, ni un reconocimiento a su constante e inexorable presencia. No. Todo lo contrario. Se trata de un enérgico repudio, de un grito desaforado de BASTA! También de un escandaloso pedido de clemencia, de una súplica de graciosa cesación. La forma más fácil de decirlo es simplemente hacerles saber que “No la quiero ver más! “. Es un alarido de hartazgo, es un aullido desesperado que pide un poco de piedad y reclama una necesaria reflexión crítica. Solicitar, al menos, que se nos conceda una breve tregua a su insufrible e insultante unanimidad.

Ya no consigo soportar verla en TODOS los proyectos de vivienda. Oronda, imponente, siempre ocupando un lugar protagónico, central, vital, hegemónico, siempre acaparando el estrellato, siempre previsible, convirtiéndose en espantosa rutina de celebración estandarizada. Sin que nos demos cuenta ella fue matando todo brote de imprevisibilidad en la arquitectura residencial, ese encontrarla brillando en todos los planos y reproducciones, grande o pequeña pero igualmente eufórica e infalible, fueron pequeñas y constantes dosis de arsénico sobre nuestra sensibilidad arquitectónica. Que acabaron por envenenar esa capacidad de asombro que a través de milenios de refulgente historia supo conseguir el noble arte de la arquitectura todo, y la arquitectura de la vivienda en particular. Estoy total y absolutamente harto de su presencia garantizada en cualquier proyecto de casa que haya sido concebido o esté por concebirse aquí o en cualquier lugar de la estratosfera occidental. Y digo occidental porque es el mundo que más conozco pero no me extrañaría que si indagamos la arquitectura oriental, que la muy puerca ande por allí haciendo de las suyas.

Estoy total y absolutamente podrido de su insistente inclusión, de su injusta popularidad, de su insolente soberbia y de su inconmovible caradurismo para invitarse a permanecer en cualquier tipo de proyecto. Aunque en el fondo no puedo negar que la admiro, y que he hecho uso y abuso también yo de sus servicios. Porque tampoco puede negarse su generosidad y su vocación altruista que se demuestra en prestar su prestigio y su efectividad a todos los arquitectos del mundo, sin distinción de credos ni razas estéticas. Ella es generosa y regala incondicionalmente lo mejor de si, pero es de destacar también que TODOS la adoptan y la usan con orgullo y agradecimiento. Ella es una especie de panacea de unidad, un núcleo de consenso y respeto común capaz de unir a los estilos y escuela de diseño más rabiosamente opuestos y antagónicos. Todas las diferencias proyectuales, ideológicas, conceptuales, filosóficas, ambientales, religiosas, políticas, académicas, formales, funcionales y sexuales quedan licuadas a la hora de esta inexplicable coincidencia cósmica. Se extinguen de un suspiro todas las controversias, las irascibles polémicas se transforman en acariciantes mancomuniones, las feroces disputas se desvanecen en el aire ante la ineluctable amiga en común que logra acercar los abismos más distantes. Porque ella está siempre ahí, ubicada como con una invisible autoridad a pesar de su innata timidez. Una autoridad que enhebra bajo un raro ecumenismo todos los signos: es monárquica y es democrática, es nacional y es internacional, es tradición y es moda, es atea y es religiosa. Por momentos nos hace pensarla como un tótem constructivo, un fetiche funcional, un hechizo tridimensional, la encarnación simbólica de un animismo pagano, una ofrenda a la gracia fecundante del hábitat. Su lengua y su mensaje son absolutamente universales, y no necesita de traducciones ni de hermenéuticas.

Ella se yergue de mil formas, se corporiza de mil maneras, con las más variados y disímiles materiales. Ella adopta la forma de su amo, se entrega como esclava, totalmente y sin reservas. La veremos servir a amos racionalistas, orgánicos, formalistas, funcionalistas, maximalistas, minimalistas, semióticos y antisemióticos, modernos y posmodernnos, depredadores y ecologistas. En realidad todos los amos son esclavos de ella. Porque a pesar de discursos, de teorías y de manifiestos, de sintaxis y de semántica, de tratados y de manuales, de ortodoxias y de heterodoxias, todos son débiles a la hora de ceder a la tentación de ponerla en sus proyectos. Pero seguramente algunos de ustedes me dirá, ¨ En los proyectos de Estados Unidos, Europa, Japón, Holanda, Luxemburgo.... no puede ser así ......¨. ¿Que no? Yo los desafío, tomen la revista de arquitectura más refinada y exclusiva que encuentren, la más cara, la que posea las mejores fotos, y hojeen, hurguen entre las imágenes y las reproducciones de planos, vean. Bajo la máscara de algunos infames disfraces constructivos, ocultas tras las configuraciones más rebuscadas que puedan imaginarse, protegida detrás de los más insólitos subterfugios ornamentales, esculpida con los materiales más inverosímiles, sofisticada con las más ultramodernas tecnologías, pero está...impertérrita, inconmovible, tiesa, diabólica, santa.

Creo que ya ha sido suficiente explicación para este verdadero anti-homenaje a esta embustera de la arquitectura. Esta aparentemente simpática, cálida e ingenua señora que se las ha arreglado la muy maldita para hacerse unánime, para hacerse la única estrella indiscutible de cualquier proyecto y amenaza en transformarnos en sus meros administradores. Por eso es que hago un llamamiento a todos los arquitectos del mundo que se encuentren con la posibilidad de proyectar una gran vivienda unifamiliar, y a todos los dichosos clientes que estén por encargarla: por favor, díganle BASTA, stop, out, finish, fuck you, nunca más.....o al menos díganle NO por una sola vez, más que un llamado es una súplica. Extírpenla de sus proyectos, evapórenla de sus cabezas, de sus fantasías, asesínenla, volatilícenla. Si así lo hacen, tengan la plena seguridad que cometerán el acto más revolucionario en la arquitectura de los últimos milenios, inscribirán su nombre en los bronces de la historia como auténticos héroes que han derribado a una gigante, a una Diosa, a una verdadera Deidad hasta ahora invulnerable.


Nota del autor:
Para aquellos que no se hayan dado cuenta de quién se trata, a modo de adivinanza, hagan click en los comments y conocerán la respuesta

octubre 26, 2005

El ensayo como composición ( II )

Segunda y última? parte. Las citas nuevamente remiten al artículo de Margarita Martinez en el número 19 de "El Interpretador"


"El ensayo sería la forma cultural por excelencia del siglo XX; busca traducir en la misma lengua, busca por ende interpretar (hermenéutica)."

Entiendo la ligazón plena de la hermenéutica a la traducción, no así la de ambos al ensayo, que no debiera ser como encarcelado dentro de la estrecha celda de uno de sus usos. Al menos no la esencia del ensayo como género-instrumento de composición de pensamiento. El ensayo busca explicar -antes que los textos o la lengua pre-existentes-, la propia voz, hacer tangible lo que existe y pugna por ser desocultado. Traduce pero partiendo desde lo experiencial alojado en el no-lenguaje hacia el lenguaje. Ligarlo monogámicamente a una nueva hermenéutica de la hermenéutica anterior es clausurarlo como plataforma de la creación de pensamiento. Con el ensayo se puede interpretar lo que no ha sido dicho, lo que no ha sido mediatizado por el lenguaje, y si se puede construir sentido sin interpretar, esa es su más deslumbrante cualidad. No es –necesariamente- una traducción en la propia lengua, es una traducción con la lengua.

Un pensamiento que plantea un conjunto de proposiciones sobre alguna situación no textual está aplicando este principio. El ensayo es domesticador de realidades inaprensibles, hace aprehensible lo inaprensible. Las interpretaciones de la herencia del conocimiento que el sujeto que escribe porta dentro de si, en cada momento histórico en el cual se coloca en la postura de ponerse a ensayar - su presente productivo-, es un dato elemental de la realidad del conocimiento y de toda producción cultural, y no debiera ser esto imputado al ensayo como característica particular.


De la traducción

Se me ocurre que la ignorancia de los lectores de ambas lenguas en disputa es directamente proporcional al grado de potestad manipulatoria del traductor para influir sobre la interpretación. Los viejos hermeneutas y exegetas que emprendían la epopeya de traducir las sagradas escrituras, ¿sabemos cuanto conocían de hebreo, arameo o griego para confiar en sus traducciones? Un entrechocar de idiomas y saberes relativos, el antiguo testamento por ejemplo anduvo como pelota rebotando del hebreo al griego, del griego al latín, del hebreo al latín sin escalas. Cuando Descartes escribió el discurso del método en francés seguramente se la habrá pasado “traduciéndose” del latín, su lengua culta formativa. ¿Quién pudiera definir cuando se ha logrado una traducción eficaz? La solvencia del texto en el idioma de destino no es garantía de representación fiel del original. La traducción es una versión condenada a la falsedad eterna.
Lo único que desde un punto de vista de puro sentido común aumentaría la fiabilidad de una traducción es el mayor nivel de conocimiento experiencial de ambas lenguas. Nunca entendí dentro del mundo de la traducción literaria la prevalencia del idioma de bajada sobre el de origen a la hora de elegir un traductor. Si se trata de traducir una obra inglesa al español (de España), ¿quién es más pertinente o idóneo? ¿Un traductor inglés que aprendió español o un español que aprendió inglés? Es más importante asegurar un conocimiento más profundo y experiencial de la lengua de origen de un texto, con el que fue escrito el texto, o la lengua de destino, con la que será leído? Las traducciones son eso, aproximaciones, versiones, y no hay nada más que hacer.

El uso en muchos ensayos de palabras en la lengua original solo apela a usufructuar algo más de diferenciación específica en los vocablos, para que la polisemia de los términos de uso corriente se achique y se facilite el foco del efecto semántico. Decir aufklarung en vez de iluminismo, racionalismo o ilustración es un ejemplo de obedecer a ese proceso, lo mismo que decir básquet en vez de balonmano, es un código que se supone maneja el lector y le será útil a una comprensión más eficaz.


Esa insoportable obligación docente

La pretensión docente del ensayo es otra de las insufribles características que lo han venido tiñendo del color de las penas y del olvido. Parece que el texto debiera estar diseñado de modo didáctico, para enseñarnos a todos cuanto sabe, mejor dicho para ofrecer un cúmulo pruebas burocráticas y documentales de tal sabiduría. El resultado habitual son esos mamotretos textuales que encima están plagados de citas entrecomilladas, enguionadas y engominadas, llenas de numeritos que llaman a unas y otras interrupciones. Citas que son llevadas al extremo de ocupar el rol de estructura principal, esa desesperación por informar al lector, supuesto investigador y cursante de la carrera de acumulación de bibliografía. Toda una derivación, supongo, de prácticas fraguadas a fuego en los claustros de las llamadas ciencias sociales, que a esta altura atrasan como la televisión blanco y negro. Esta verdadera amonestación del discurso instaló la costumbre -criada probablemente bajo la compulsiva exigencia de una necesidad evaluatoria de los docentes- de la presentación de la referencia bibliográfica como salvoconducto. Se los insta a concebir al ensayo como interpretación de material ajeno, y se termina en la interpretación de las interpretaciones. Hasta el análisis de la obra de cualquier bagallo autoral se justifica a si mismo con un aura de vocación docente, elucidadora, como un aporte al entendimiento que sirva al superior fin de la educación de los lectores analfabetos de toda ciencia literaria. Y se justifica siempre frente al ensayo de pensamiento o producción textual de tipo experimental, que sirve para el afianzamiento de la tarea de convertir a un escritor-intérprete, en escritor-compositor de sus propias obras. No se alienta al uso del ensayo como formato capaz de servir de vehículo a la liberación creativa de las propias ideas. Este modelo nefasto en el que pudo haberse convertido el ensayo dentro de determinados contextos, creo que es el que Martínez escoge como conejillo de indias para despedazarlo y transformarlo en mera versión ulterior, en traducción a la enésima potencia de la misma lengua.

Todo entraña un profundo acto de desconfianza que engendra la disuasión y la represión sobre la posibilidad de cualquier ejercicio desautorizado de la libertad creativa de parte del escritor. Que un texto no pueda fundamentarse a si mismo, no se basta a si mismo para autorizarse a ser leído y juzgado por el entendimiento sin necesidad de presentar documentos fehacientes que atestigüen la ajenidad de su origen. Y que esta ajenidad sea siempre compuesta por una sucesión de afamados autores consagrados de indubitable prestigio. Como si no supieran, quisieran o pudieran evaluar un texto por que en si mismo está diciendo, argumentando o interpretando, si no viene soportado por una decodificación de referencias bibliográficas que prácticamente muestren las huellas exhaustivas de donde fue trascripto. Esos ensayos o “monografías” se convierten en una cadena de transcripciones, donde la creatividad del escritor se restringe a ínfimas esferas colaterales entre los pequeñísimos intersticios que dejan tal operación de sucesivas dependencias. Todo esto supone una falsa “transparencia “ de procedimientos racionales.

"El ensayo bordea hoy un abismo algo peligroso: mientras el objetivo muta de opinar a decir algo significativo acerca de otra cosa –que en gran parte de los casos son discursos, discursos recuperados recurrentemente, mitos o situaciones trágicas, y otros, para señalar inmediatamente su caducidad en tanto mitos, pero su pervivencia en tanto situaciones humanas– su existencia reemplaza el acceso directo a esos discursos que él mismo instituye como fundantes."

Estoy de acuerdo en el sentido de la mirada sobre una deformación del ensayo, de una tendencia adquirida por su práctica, no como caracterización de condiciones del género. Precisamente, si hurgamos en torno a ese saber fundante al que perdemos acceso por leer esta degradada versión del ensayo, encontraremos que estaba construido en muchos casos a través del ensayo como género dominante.

octubre 24, 2005

Un dulzón gustito a carne de cerdo

Mi amigo José Lagente elaboró estas reflexiones a manera de editorial sobre las elecciones de ayer en Hargentina. Cuando me lo encontré, aproveché para hacerle algunas preguntas:

- Me enteré que tenés blog, que bien che, decime, fuiste al Rojas ?
- No Tino, que tengo que hacer entre esa manga de trastornados de la cabeza, el mío es un website, no un blog, lo uso para pasar publicidad…
- Bueno, yo soy blogger también, está bien, es una forma de...




Carrió.

"Más allá de su solvencia intelectual y su habilidad para la retórica, el hecho crucial es que rodea de un insoportable halo apocalíptico a todas sus intervenciones opositoras. Una aureola mesiánica, una visión fatalista del mundo, del país y de los adversarios políticos. Siempre al borde del más inalcanzable de los heroísmos, de la epopeya más brumosa, del puro desgarramiento, de la salvación o la flagelación eternas. Su desesperación por denunciar el diluvio universal de mierda cósmica que ahogará en su pudrición toda reserva moral sobre la faz de la tierra, termina impidiendo la efectividad de poder al menos limpiar el pozo ciego que rebalsa en el patiecito del fondo. Es como esos gurúes que parecieran andar todo el día con una granada atada a su pecho, dispuestos a la ofrenda sacrificial de un harakiri explosivo. La denuncia sobre la cuenta de Olivera, por ejemplo, tuvo doble efecto gracias a la brutal repercusión que ella mismo le dio organizando una batifondística contradenuncia, sobreactuada, estertórea y payasesca –denunciar una operación de prensa en una comisaría!-. Tal desfloramiento de membranas vírgenes terminó provocando un efecto paradojal: muchos más terminaron creyéndola a la existencia de la cuenta de Olivera después de semejante reacción, que si no le hubieran dado bola con un simple rechazo como una mentira más de campaña. La inclusión de un figurón radical como Olivera, que traía recuerdos de nefastos pasados delarruisticos debió ser evaluada antes."

Macri.

“La gente está podrida de tragedias póstumas, de infiernos irrecuperables, de promesas de purificantes purgatorios y de conquistas de insondables paraísos. Existe una necesidad de un descenso a la cotidianeidad, a despertar el entusiasmo mínimo y posible de ver efectivizado algún deseo, aunque sea comprarse un vaquerito nuevo o ir a visitar al tío Pepe a Tandil. Frente a esto el discurso gerenciador de Macri, logra a través de su reiteración obsesiva, resultar hasta más humano y campechano que las demás amonestaciones demiúrgicas . “El ingeniero” aprovechó muy bien un efecto que en política no debe nunca ser subestimado, que es el de la contra-demonización. De tanto que un candidato es demonizado y estigmatizado por sus adversarios como la peor de las pestilencias ideológicas y humanas, y se lo ubica tajantemente en un plano de insalvable condición satánica, también se corre el riesgo de convertirlo en una especie de mártir urbano de la “gente común” que termina apiádanonse de él. Se victimizó hábilmente como blanco furibundo de la izquierdosidad fingida de sus adversarios hambrientos de encontrar en un enemigo, la expiación perfecta a sus obscenas carencias de propuestas. Retiró el discurso de campaña de lo que la gran mayoría de la gente no quería: que se atacara al gobierno. Era previsible una ratificación amplia del oficialismo que sólo en el delirio bíblico de algunos opositores estaba en duda. Macri la leyó y sabía que su estrategia no podía ir por ahí y debía quedarse en el contacto con realidades “de superficie”, adoptando el tono de su gestión boquense, esa que le sirvió de globo de ensayo psicosociológico para tratar de entender las reaciones de eso llamado “la gente. Se mostró comos siempre: hiperpragmático, conciliador, explicador y eficientista. Es que la gente lo que menos quiere en este país es que le rompan las bolas con los “sagrados valores”, así como votó en su momento a mansalva a Menem para conservar la couta de la licuadora, hoy pide que lo dejen al pingüino hacer la suya, que al final se todo se dan cuenta que no es tan mala, y se dejen de joder un poco con el fin del mundo.”

Escribió José en su blog “ Toda elección es una interna peronista”

Cristina y Néstor.
“Algunos hilos del pasado, tensados hasta el máximo de los límites para sacarles el jugo, parecen ya cortarse o no alcanzar para sostener más que pesos menores. Tal es la lección del PJ de la provincia de Buenos Aires: la apelación a la marchita y los símbolos peronistas no alcanza. Desde fuera del poder los aparatos se quedan sin recursos, no se puede pretender seguir ganando al juego clientelista cuando la caja la maneja otro. La ideología es lo que menos le importa a la gente, este es un país donde el tutti frutti es el gusto preferido. Y por algo se consolida este sistema político como la autarquía de un mono-movimiento donde convivieron y convivirán desde el más rabioso mandril neoliberal hasta el más crispado “zurdaje” con aires de correcta socialdemocracia europea en sus acrobacias económicas, y beligerante verborragia revolucionaria en lo retórico. Encima, el argentino, cuando se pone sentimental, se le da por sacar a ventilar el “orgullo nacional”, y el pingüi meta grito y declamación intentó al menos que la relación carnal sea a la antigua, es decir, te digo que no, no, no, por quién me tomaste…..???”


- Che viejo, tenemos que tomar una decisión, un cambio, dicen que si no se termina el mundo…se necesita un nuevo contrato moral…
La pareja actual de José es una mina con inquietudes culturales…

- Dejá de romper las bolas vieja y haceme el bife que tengo hambre…lo que se necesita es renovar el contrato del alquiler del kiosco, eso vieja, hablále vos a la dueña… y este verano por ay nos vamos una semanita a Marpla…

“Las llamas del jubileo menstrual
queman los subsuelos de su ínfima
pronografía doméstica…
Y entonces se declara el verdadero valor
de drogarse con unas salchichas con savora

Carbonizar los miedos bajo
el goce sádico de estrenar un pulovercito
Malversar las frustraciones
dejándole vencer su efecto alucinógeno

La felatio nocturna es una zumbante
ruleta yanqui de glamourosa celulitis
Y un asadito de ternera de feet-lot
eyacula sobre su lengua excitada
un dulzón gustito a carne de cerdo….”

octubre 22, 2005

Microdebates rescatados


Sucede que surgen todo el tiempo textos que se vinculan entre diferentes blogs. Se trata de que, por ejemplo, algún post como éste de Daniel Freidemberg sea el primer copo de nieve que cae desde el cielo, y a través de los comments se van formando bolitas que ruedan de una montaña a la otra, tal como lo atestigua Omar Genovese en su blog. En este caso la clave son algunas palabras -como moral- que sacuden todas las modorras filosóficas que cualquier somnoliento escritor pueda tener. Se advierte que si alguno de ustedes llegara a descubrir por esto que hemos estado filosofando, sepa que somos gente libre y usamos preservativo.


Somos máquinas de construir sentidos morales, heredamos morales y las construimos, las redefinimos todo el tiempo, definimos nuevas, mezclamos, las vamos mutando. No veo un “yo embelesado” nada más, veo también un yo desesperado y desorientado por defecto, que busca el oxígeno de referencias, el alimento de las referencias, los caminos que despejen la maleza. Y toda conclusión sobre el entorno se expresa con algún sentido moral, aún el peor de los relativismos ( concluir que no existe nada que esté bien y nada que esté mal ) es una conclusión moral.

Veo que sigue siendo muy fuerte y dominante la instalación de la concepción de lo moral en su sentido imperativo, es decir, la que se proyecta como disfraz ideológico de la voluntad de poder. Cuando permitirse el "inferior" instinto del poder se justifica por la causa "superior" de imponerles a todos lo que para mi está bien y está mal. Pero existe una naturaleza moral anterior, desde la imposibildiad, desde la debilidad. “Es una primer cárcel sin rejas” dice Omar, bella expresión, y claro, es que de cárceles sin rejas se construye el sentido, la orientación mínima. La brújula es la primera cárcel de 4 direcciones. Abrir un par de caminos en la selva es perderse los otros 1000 millones de caminos posibles. Y viajar por uno de ellos es estar cautivo en la cárcel de sus bordes.

En cuanto a ese referenciarse en la metáfora del “más allá”, en las deidades, en lo inasible, tiene que ver con la incapacidad para la verdad del ser humano, la incapacidad de la razón para sostener conclusiones absolutas que rompan la confusión eterna La falibilidad y relatividad de todo lo humano hace imposible la moral racional absoluta, y los dioses son la ficción fabricada del absoluto negado, la cobertura de esa falta. Tal vez una forma más de mentirse, que es hacer simple uso primario e inmediato del recurso más abundante y renovable del entendimeinto humano.

octubre 21, 2005

Del riesgo de aceptar invitaciones

Todo empieza cuando pasás por ahí, aceptás su invitación y los leés. La invitación ya de por si es medio misteriorsa, aunque muy amable eso si. El tipo –o la tipa- puede ser un narrador, un contador de fantasías, un personaje medio raro, de apariencia voladora, con aspecto de sátrapa, mago o hechicero, son como esos curanderos que con sus artilugios y ungüentos te envuelven, que te curan de palabra. Uno se resiste pero te arrullan, leerlos es ya condenarse al riesgo de salir salpicado, de transpirarse sin trabajar, de quedar metido donde nadie nos llamó, sin comerla ni beberla. No es un predicador de ideas, no, nada que ver, ése te intenta convencer, pero con ése siempre te queda el recurso de no creerle que es lo más fácil del mundo. No, éste te invita a que te pongas cerca de sus palabras, te dice vení, acercáte, tomá, te las entrega como ofreciéndote un mate, en la mano, como convidándote un pedecito de pan casero, como la silla que te ofrece para que te sientes. Te invita a sentarte en su texto y uno confiado se sienta, como en esos silloncitos medio raros, de mimbre o de terciopelo, que hacen raros crujidos, uno tarda en acomodarse. Y de estar asi tan cerca, de sentirte tan bien recibido, es como que te dejás manosear por las palabras, les das una confianza excesiva, y llega un momento en que te manchan, terminás de leer y te sentís salpicado, te mirás la ropa, y seguro te han quedado olores impregnados en la cara o en el pelo. Después, a veces conviene ir a lavarse bien la cara y las manos, es que llega el momento de quitártelos y volver a andar limpito y correcto, lejos de las huellas de estos prestidigitadores de las nubes y los suelos, no sea cosa que andes por allí entre la gente y todo el mundo se de cuenta de que anduviste revolcándote leyendo poesía.

octubre 20, 2005

El ensayo como composición ( I )

Atractivas disquisiciones sobre la traducción, la interpretación y el ensayo, encontré en el interesante ensayo – valga la homofónica redundancia – de Margarita Martinez colgado en el número 19 de “El interpretador”. Aprovecho la oportunidad de esta cita colateral para revelar que lo primero que me extrañó de esta publicación fue, extrañamente, algo que no sucedía con ella: que no se llamara “El hermeneuta” como indicarían los usos y costumbres del lenguaje imperantes en el ámbito de las ciencia sociales, o tal vez “El hermenauta” si quisiéramos dotarlo de un cariz cercano a la historieta o comics , que entrara en sintonía con algunas de las asociaciones visuales que me produce el apabullantemente bonito arte gráfico que ilustra la página. No voy a intentar cerrar el círculo de una nueva vuelta de tuerca al problema planteado que -usando uno de los lugares comunes más terroríficos que pueda usarse- “excede el marco de este post”. En realidad todo este tipo de insufribles discursos preventivos son disculpas anticipadas por lo que uno va a escribir, no sea cosa que se nos pidan rendir cuentas más allá de estas horas de diversión que nos hemos tomado. Lo que sucede es que estoy repitiendo una operación que me auto instituí como moda dentro del ámbito de mi corta vida bloguera: usar textos ajenos de disparadores. Claro que como toda moda en algún momento será abandonada sin previo aviso, y justo cuando empiece a resultarme fácil prenderme de todo texto que se mueva por allí.


Según el Diccionario de la Real Academia Española, una de las acepciones de ensayo es: “Escrito en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito” ¡?. Por asociación libre se me ocurre de inmediato hallar una definición para la seducción romántica: “Conquista amorosa en el cual el autor desarrolla su seducción sin necesidad de mostrar el aparato erecto”.

Dice Martinez
“........Si la traducción es interpretación, si el ensayo busca interpretar, puesto que este "dar la propia opinión sobre un asunto" se ha ido convirtiendo en enlazar discursos a fines interpretativos, se puede, quizás, adherir a la idea de que el ensayo es una traducción desde la propia lengua a la propia lengua, incluyendo, como observa Steiner, la dimensión temporal como diferenciadora de la traducción entre lenguas......."

Dar la propia opinión no es necesariamente interpretar escrituras o interpretaciones escritas anteriormente, tampoco significa interpretar hechos, fenómenos o sensaciones; el ensayo puede escapar de la supuesta trampera donde la hermeneútica parece tenerlo cautivo para viajar al espacio abierto de la construcción de pensamiento y sentido con el lenguaje. Hay un despeje, o un despegue, el pensamiento no es su explicación ni su interpretación. Las cadenas hermeneúticas necesitan de un primer acto de identidad del texto, de una manifestación del pensamiento como proceso hecho con el lenguaje. No todo acto hecho con el lenguaje es interpretación, por más que nos podamos excusar en que cada palabra en su origen remoto fue sucesivamente reinterpretada. El proceso de generación sígnica es la fase genética del lenguaje, establecer un significado para un determinado significante es un acto de "asignación" de sentido a una realidad fenomenológica y no un acto de interpretación. Antes que toda interpretación de sentidos -una decodificación- existe una generación de sentidos -una codificación-.

El ensayista es un compositor y no un intérprete, o en todo caso es intérprete de sus propios textos, traductor de sus propias e incomunicables sensaciones, pensamientos y relaciones. Nunca desde sus orígenes el ensayo estuvo concebido como un género basado en la interpretación de textos, ideas o producciones creativas ajenas, más bien su proverbial ductilidad formal para contener la exposición de la pura sucesión de ideas originales lo constituyó en instrumento útil para dar a conocer la composición intelectual. Nacido bajo banderas de “Libertad, Espontaneidad, Naturalidad”, supo después ser cooptado por la ciencia social y dotarse de todo tipo de estructuras lógicas de demostración racional. Se podría decir que las obras típicas de los pensadores filosóficos, sociales, políticos y hasta econónicos admiten generalmente una ubicación dentro del campo del ensayo.

Que yo haya elegido la palabra “composición” se debe a una búsqueda deliberada de una analogía con la música, dentro de este arte se hace muy clara, corriente y sonante la distinción entre el intérprete de obras ajenas, el recreador o versionador de temas ajenos, y el compositor de obras propias, y también intérprete de las suyas propias.

Repasando algunas de las lecciones de Michel de Montaigne, semental del género del ensayo en el siglo XVI, en sus años formativos su relación con Etienne De La Boetie, muestran que Montaigne la necesidad de contar, el ensayo es dialógico, siempre supone un interlocutor determinado, alguien o todos, nunca prescinde de esa consideración en el acto mismo de ser escrito. Una narración de pensamientos, una novela que da cuenta de las andanzas de una ideas, unas palabras y unos juicios.. El ensayo es siempre primera persona, aunque no la use gramaticalmente y apele a menudo a la voz pasiva a las aseveraciones impersonales para ayudar a construir una epidermis pontificadora y sentenciante. El ensayo necesita confianza en si mismo, es una escritura que necesita darse confianza a si misma de si misma. Todo juicio o proposición adquiere de pronto la aspiración de ser prueba, de estar fundando, de ejercer el rol de argumento, de rendir cuentas. Cuando Montaigne se pregunta “¿ Que es mas atroz; comerte el cuerpo de un hombre muerto, como es costumbre de los caníbales.? O atormentar a un hombre, y quemarlo vivo, como lo hace la iglesia católica ? Y lo que es peor, haciéndolo en el nombre de la fe, y de la piedad”, no hay traducción de texto alguno a no ser la de sus sentimientos encontrados.

octubre 19, 2005

Apta

Apta (1990)


En que línea viajará tu mano
tan trasnochada que le duelen
sus arrugas prematuras..
Gobernará las pampas holgadas
donde yacen distribuidas al amor
las curvas accidentales del espacio…
En que canal navegarán tus barcos
si entre las aguas que han nacido
supieron inundarse
tantas flotantes fortalezas….

Lubricarán tus anclajes
los rústicos devenires
empapados en miserias del Interés…
Hidratarán las almas púgiles
otrora hervorescentes
y por las ratas exterminadas…
En que medio propagará contagios personales
el crudo ejemplo de tu paz cuerda y meritoria…

De parte de la luna
y de parte de las pequeñas astillas
deberán proclamar al oído
de todos los comandantes de la serenidad
la nueva Oración Proporcional…
La vieja preferencial frustración
que derramó su solidez
por la ventana de un beso final..

En que bodega poner a enfriar
a los añejos opresores de tu lujo
Colocarte en el reverso de monedas
liquidando la ansiedad
de los sudores comerciales
Serán muy gruesas y prudentes alegorías
de implementación pacífica
aunque letales en su sentencia…

En que idioma traducir la idea celebrada
sin decorarla de justiciera venganza
La despedida semántica
se hace alocución culminante
incapaz ya de ocultarse
en el más puro escondite polar…

Y así
en hebras de tu incomprensible
amor desbordado
abroquelado entre mantas soporíferas
y tentaciones declinantes
soy testigo capaz de declararte
la más Apta para consumar el Absoluto…

octubre 15, 2005

De religión borgista

Este post es producto del crecimiento y la malformación de un originario comment a un artículo de werte en Las Piernas de Marlene


El borgismo se ha convertido es una omnipresente religión cultural argentina, y no deja de sorprender el altísimo nivel de acatamiento litúrgico que provoca en la blogósfera, en la librósfera, en la revistósfera y en toda otra “ósfera” de la que se tengan noticias. Aparte de volverse indiscutible se está tornando imprescindible como verbo, una cita de él cualquiera tiene a mano, como un carnet de la verdad en el bolsillo para sacarlo a relucir con la cuotita bien al día. Y ya las venden hasta en el subte, para la billeteeeera del hombreeeee y la carteeeera de la damaaaaaa. Su entronización no es nueva, pero si lo es su beatificación politeísta.

Como bien señala werte en el campo político por ejemplo, su ductilidad es pasmosa, parece de cerámica, es un fluido que adquiere la forma de su continente: hay un Borges de derecha y otro de izquierda, uno nacional y otro liberal. Y hasta hay un Borges peronista. En el campo cultural-literario ya se llega a los niveles del abuso, es un oasis de sangre universal: ¿quién no cita a Borges cada 200 palabras? Adquiere todos los usos, representa todas las banderas estéticas, allana todos los caminos expresivos. Puede actuar tanto de pasaporte a la condescendencia con el lector - una especie de bandera blanca o una cruz roja imposible de no respetar-, como de arma honorable de ataque, una filosa espada que se usa para agredir bien profundo en los tejidos, pero que a la vez obliga al agredido a recibirla con el más prístino de los honores.

Borges es el oráculo, hoy se lo cita para ilustrar ensayos de temas tan disímiles como la hipoacusia, la horticultura o la estrategia militar. Adquiere esa connotación de “totum opinológicum” solo reservada a casos como Maradona. Recordamos seguramente todos su popularizada ignorancia sobre el astro futbolero César Luis Menotti, ahora bien, ¿que nos hace suponer que no fuera igual respecto del mundo político? Algunas de sus citas, cuando los periodistas le rompían mucho las pelotas para que se "definiera" ideológicamente, recordaba alguna conexión con el pensamiento de Herbert Spencer, que algunos llegan a definir de anarco liberal o “anarco de mercado”.

Pero quiero marcar una diferencia: una cosa son las citas de las opiniones de un escritor sobre una materia determinada, y otra muy diferente es el emprendimiento intelectual del rescate del conocimiento y la sabiduría encerrada en sus obras. En la probable inconsistencia de las primeras estoy de acuerdo, pero respecto de las riquezas reveladoras que se pueden hallar en su obra mi visión es totalmente diferente. Sencillamente, está muy bien que nos apropiemos de la obra borgiana para extraer de ella sabiduría, la debe haber seguramente puesto que creo que la literatura es una de las formas del conocimiento, y la obra de Borges es arte literario en estado de brillo incandescente. Y la sabiduría rescatada es aplicable tanto en el orden de lo existencial, lo político o de la mecánica de calefones.

Borges aparte de portar un intelecto de probado brillo, era un personaje, no es un dato menor. Sus obras están unidas al recuerdo de su personalidad puesta de manifiesto en sus encuentros personales y en sus intervenciones mediáticas. No olvidemos que fue probablemente el primer prócer de la literatura apuntalado por la masividad de la televisión. Es demasiado en un solo tipo, gozar de semejante reputación de parte de la crítica especializada y de las minorías intelectuales de medio mundo, y además ser tan popular.

Es que el viejo está muy cerca de alcanzar la concreción de un sustantivo que él precisamente usaba mucho en su versión adjetiva: la unanimidad.

Ha cometido después de muerto la mejor virtud que puede cometer un hombre: ser unánime.

octubre 13, 2005

La bondad láctea

Después de un post de temática algo sombría, que mejor, me dije, que practicar unos 40 minutos de ese deporte tan terapeútico que es la boludez. Y asi nació esta cuasi-parodia con la mejor buena leche, asi que a no enojarse nadie pues que hasta a mi me tocó...! Y ojalá que no sea la única ni la última edición..



LOS BLOGS QUE MAS LEO


Hafganistan
De Nistano Hafga , en sayos que le caben a casi nadie, “Desde la Nada” I-II-III- IV-V-VI-VII … zzzzzzzzzzz…


Al Dope Libertario
De Luis Bardeamuch, el anarco bueno…


Póst Humos

De Daniel Ma Sei Tu - Sei Tu!, periodista, escabiador y blogger, después que los humos que bajan ¿qué? Un hombre del prosecco…


Existir al pedo alegremente
De Seña Nortongo, featuring “Literadura de izquierda” de Damián Tamagotchi, blog encuardenado con tapas duras y cosido con hilo…


Costeleta con puré
De Gustavo Nielseng y Santiago Hunjuicio, próximo a pagarse un masivo asado blogeril y editar cuentos anónimos.


Espantos y de moños
De Edgardo Balde Ucho, blog mixto, “Don Floro Edgardo y sus dos maridos”, Vadiño y Verte ( que te quiero ver ) Palabras, palabras y mucho chaz.


Tiempo de Desnovela
De Omán Gencalabrese, cuidate que se le sube la mostaza!


Durax
De Hernión Acteán, un aeroplano irrompible carreteando por las nubes de Ubeda…


La Bali hiberna
Blog de Maritxza Bali y Jimena Lopez…


Sofrosine 30 mg inyectable
Por Daniela Goot & R’s…


Et si me da arcadas tu ego
De Jorge Fandermole y Adrián Abonizio, el cordero de Dios patagónico…


Dopingdon
De Guillermo (se) Piró, pirotecnia blogera y armado de mesas redondas y cuadradas.


Goma de Engomar
De Vivi Pansowy, estrella invitada doña Emperatriz Viñolix, textos, pretextos y contextos…


La pulpa es mía
De Paula Pam Pin Pum!......y a la lona…! Asumí tu pulpa…


El interpenetrador
Blog colectivo, cualquier parada le viene bien…


Las piernas de Gardel
Un blog para verte y olerte mejor…….


El vientrículo
De Jorge Bautista Alberdi, las bases del blog de cúbito ventral…


Fusión de blogs:
Kaputto y aparte
Dante Caputo-Kaputt-Puto y aparte

Nuevo blog:

No me hagan juicio, soy Pifia
Blog de Roberto Giordano y Ricardo Pifia

octubre 11, 2005

Agamben: ¿la excepción confirma la regla?

La visita de intelectual italiano Giorgio Agamben hizo que me pusiera a mascar reflexivamente por un rato el chicle de algunas cuestiones oscilantes entre lo apocalíptico y lo cotidiano. Así, con esa extraña polaridad de escalas, donde imaginarse la puesta en escena de la voladura del mundo entero convive con la visión del aplastamiento de una cucaracha en nuestro baño. Y comenzó a rondarme cierta cuestión urticante en mis zonas de gatillo interpretativo, esos lugares que tenemos en algún lugar del cerebro –supongo- donde caen cada tanto las fichas de algo que parecieran ser conclusiones, aunque nada concluya y todo apenas comience.


Literaturización

Me ronda la idea de que en los planteamientos de muchos pensadores contemporáneos existe una especie de marcada literaturización de sus teorías, donde las personas y seres involucrados en los hechos políticos que se analizan adquieren demasiadas dimensiones de personajes, tienden a caricaturizarse con rasgos literarios como si necesitaran calificar de algún modo dentro de unas exigencias estéticas propias más de la historia de la novela o la poesía, que de la filosofía o de la ciencia social. Lejos de ser una crítica es tan sólo una observación. Es evidente que es el pensamiento Foucaultiano, aquel discurrir deambulante y tan difícil de clasificar, uno de puntos referentes donde se hace muy espesa la mezcolanza entre símbolos y realidades, entre los seres concretos y dolientes de carne y hueso, y las metáforas construidas a partir de esos seres. Un acto de corporización artística de la obra filosófica, que más que convencer como escrudiñamiento científico-lógico, debía provocar la revelación a través de un procedimiento de goce simbólico como cualquier obra de arte. Esa aparente trampa bastante difícil de desenmarañar que armaba Foucault –al que Gilles Deleuze llamó “cartógrafo” - nos revelaba por ejemplo la realidad certificada, pero a la vez novelesca e ilusoria de los hospitales psiquiátricos como referentes del disciplinamiento de una sociedad. Convertir en icono de la biopolítica hoy a la cárcel de Guantánamo gira tal vez en el mismo sentido, y sabemos que la literatura es otra de las formas de la verdad, y tal vez con mayor capacidad de conmover conciencias y sensibilidades que la historiografía.


Gimnasias del poder

Una de las ideas fuertes de la obra de Agamben, a grandes rasgos, es señalar que en el mundo occidental la política ha logrado montar la operación de un estado de no-derecho dentro del estado de derecho, el estado de excepción, donde se suspenden los derechos a los ciudadanos para poder aplicar las medidas que habrán de protegerlos. En nombre de la libertad se viola la libertad, en nombre de impostergables tareas del mantenimiento del suministro del precioso fluido de los derechos civiles, se despoja a parte de la población de ese suministro. Los defensores de la libertad se disponen a usar la esclavitud precisamente para salvaguardarla – a la libertad-. El campo de concentración pasa ser el teatro de operaciones modelo de esta biopolítica.

Más allá de lo planteado por el escritor italiano, el poder occidental ve en las “concesiones” de la democracia liberal a la vez que una herramienta de dominación conceptual y propagandística colosal, una molesta limitación. Los principios occidentales acerca de los derechos humanos y “civiles” son una mochila pesada a la hora de imaginar las posibilidades de expansión gimnástica de un poder, que si no se ejerce se supone que se marchita. La arquitectura y la bioquímica del poder, monstruosas por cierto, determinan esa lógica perversa que es la que en definitiva se esparce como rayo de rigor sobre las sociedades. El poder debe encontrar resquicios donde ejercerse sobre el entorno en una medida proporcional a su potencia, a las relaciones de fuerzas que ha conseguido. Es como un músculo del cuerpo humano que ha sido mutado genéticamente y entrenado para ser capaz de levantar naturalmente pesas de 50 kilos en cada movimiento de rutina; es imposible que acepte mantenerse en forma haciendo gimnasia con mancuernas de 500 gramos. Y el poder no puede parar de crecer, esa es el automatismo que lo alimenta. Pareciera Niestcheana esta peligrosa máxima: privarse de su ejercicio es renunciar a si mismo, es devaluar su propia vocación y voluntad de ser uno. De que sirve poseer un bagaje material de poder tan abismal capaz de aplastar en relación de 100 a 1 a toda oposición posible si no se ejercen actos que lo pongan en práctica y lo efectivicen. El poder es esclavo de la efectividad para definirse y darse vida a si mismo, y para seguir justificando su monstruosa necesidad de reproducción aumentativa.

Occidente liberado de las obligaciones de la competencia bifronte de la opción soviética - o el modelo alternativo posible - que tanto trastornó su andar desde la posguerra hasta el famoso 1989, y que lo obligaba a “competir”, ve que su único enemigo para el despliegue liberado de la máxima potencia de su poder es él mismo, son sus principios lo único que limitan más allá de las nuevas amenazas como el terrorismo internacional. Por eso, una de las hipótesis de trabajo que se plantea el poder a si mismo es cómo occidente puede deshacerse de occidente, de las reglas que lo privan de su acción. Cuando no hay lucha en el sentido de competencia contra un modelo alternativo, la única lucha posible es contra si mismo. El “estado de excepción” parece ser una forma de prometedora –y aterradora- eficacia.



Reacciones tardías, indiferencia o "prevención"

Cuantas calamidades humanas derivadas del crecimiento hipertrofiado de procesos políticos pudieron haberse evitado –o al menos ser contrarrestados antes de sus peores consecuencias- si las reacciones a los peligros por parte de las potencias en condiciones de evitarlo, hubieran sido rápidas y pensadas con alguna visión solidaria universal. En el caso del nazismo, las potencias occidentales tomaron cartas en el asunto cuando ya las consecuencias eran extremas, y se amenazaba directamente los propios intereses, y no cuando cualquier buen juicio con proyección indicaba hacerlo, en salvaguarda de principios asesinados que tarde o temprano terminarían extendiéndose a todos como la peste.

Se esgrimió aquel entonces y se esgrime siempre hoy día, que es muy difícil establecer cuando, en función de prevenir peligros a la humanidad derivados de sus acciones políticas, se quiebra el derecho de autodeterminación de cada nación sobre sus asuntos internos. Tal vez la respuesta más simple sea la más contundente: pues cuando esas acciones abandonan la propia incumbencia y operan agresivamente sobre la realidad de otras naciones. Esta teoría es un espejo de dos caras, las reacciones a intervenciones externas de unos promueven reacciones de los otros para evitarlas o prevenir su expansión, pero determinan a su vez otras intervenciones externas. Lamentablemente para la humanidad, la naturaleza de un poder que por ser poder nunca es creíble cuando dice no mirar más allá de su hambre enfermiza de expansión, hace casi imposible cualquier gesto que pueda confortar la confianza de estar basado en algún principio de sensatez humana. El péndulo viaja entre dos oscuras estaciones: la reacción tardía, la ceguera y la indiferencia al daño ajeno de los que pueden y debieran evitarlo, o la masacre preventiva y la intervención desproporcionada y desviada de su supuesto objetivo.

De todos modos creo que hay un mensaje en la obra de Agarben que tiene todo el valor de una advertencia, cuya mayor virtud es ser temprana aparte de ser advertencia. Por ello cualquier exceso o deformación en su planteo quizá sea preferible y perdonable respecto de su ausencia. La experiencia del holocausto marca que entre otras cosas fue esa reacción tardía de todos los sectores que podían alzar su voz, la que permitió la consolidación del régimen nazi y la concreción de sus más atroces calamidades. La eugenesia era un hecho que muchos se negaban a ver hasta que la sangre anónima se transformó en un liquido que mojaba el suelo donde se pisaba.

octubre 05, 2005

El malestar de la casta librera

*Este post está escrito fundamentalmente a partir del artículo del escritor Gonzalo Garcés reproducido en el blog de Beatriz Vignoli. Las citas entre comillas pertenecen a dicho artículo


El viejo arte de la refutación está en desuso, por lo que no pretendo demostrar lo contrario a lo expuesto. Hoy día, lo que se acostumbra hacer con el discurso del Otro es reputearlo más que refutarlo, y no voy a ser la excepción. Si esperan el hilvanado de un sesudo análisis los voy a defraudar, se trata más bien de algunas ligeras y vocingleras contrastaciones. Creo que todo es válido en pos de arrancar las propias ideas, así nos tengamos que comer un Garcés en el desayuno, lo importante es que salgan. Lo más raro –weird diría un inglés- de todo esto es que comienzo con un acuerdo puntual respecto de uno de los conceptos vertidos en el citado artículo. Por fin leo que alguien dice sin media boca que el blog no es un género y que es un medio. Pero es sólo un buen comienzo para un tenebroso final.

La blogósfera está plagada de basura banal, de jueguitos de palabras, de aburrimiento y trivialidades. Al igual que en la literatura de cartón-papel y en todas partes. ¿Por qué, respecto del blog, se insiste en usar lo peor que se encuentra en él –más allá de que muchas de las cosas que se establecen como malas no lo son tanto a mi entender- para definirlo y caracterizarlo como género? Operación que luego se niega y se auto-refuta. La contradicción comienza cuando se procede a realizar un recatado rescate de algunas excepciones a la regla, a las que se acude por la necesidad de barnizar el discurso con un mínimo sesgo de corrección política, de supuesta ecuanimidad analítica desprovista de animadversión alguna. Si se reconoce que en el blog se publican cosas “excelentes”, que es en definitiva un medio, cual sería el empeño en encasillarlo en la peor de sus versiones?


"No tengo nada contra los blogs. Ciertas bitácoras periodísticas, las que reúnen material sobre un tema o cuelgan artículos que nadie más se atreve a publicar, me parecen necesarias
y para ellas no tengo sino gratitud”. Más allá de que adhiero a la idea de que el periodismo internético –incluyendo a los blogs como una más de sus expresiones-, independiente de las grandes corporaciones multimediáticas, pueda ser una esperanza cierta de contar a corto plazo con una prensa alternativa capaz de formar opinión, mi pregunta es: ¿Por qué el blog se justifica sólo porque publica lo que no puede, no quiere o no le conviene publicar la prensa oficial?. Por qué su valor siempre se lo considera ad referéndum subalterno de lo oficial? Las hegemonías pueden acabarse y las jerarquías pueden estar en crisis. Si la estética de la clase alta literaria ensombrece y su abismal vacío de nuevos mensajes y formas obliga a fabricar estrellas con cada vez menos luz, es otro problema. Y desde internet tal vez venga la solución y no la complicación.


“Basta perder un par de tardes en la red para comprobarlo: el blog tiene una sola virtud, es barato.” Las carreras literarias de varias estrellitas de editorial tienen una única virtud, son caras. El blog es barato, y no es su única virtud, pero si la que más molesta y taladra los muros. El blog amenaza precisamente por su bajo costo, por la real y palpable democratización de la expresión que produce, intolerable para muchos acostumbrados a la discreción elitista de las palaciegas monarquías culturales. Si cualquiera va a convertirse en escritor haciéndose leer desde un blog, resulta que hay inversiones que dejan de ser rentables. Como es posible que aspiren a establecer voces autorizadas blogers que viven en un departamento de un ambiente en pleno centro de Villa Adelina, o en un barrio de Tijuana, que no cuentan siquiera con la parafernalia logística que habitualmente disponen los “meteoritos”: desde un corrector de estilo particular, que a modo de personal trainer lo visita cada mañana para mejorar la figura de su prosa, o un taller de poetas a sueldo emebelleciendo párrafos. Hay que ver con que obstinación algunas editoriales insisten en seguir fabricando aquel “modelo de escritor latinoamericano”, el que se iba a hacer hombrecito intelectualmente a París, con sus benditas estadías de perfeccionamiento imperfecto en las Sorbonas y su paradigma de bon vivant, niño listo y rebelde. Todo para construir una firma que justifique la lectura acobardada y amedrentada de críticos y lectores.


-“...Lo que me subleva es el aire santurrón con que tantos bloggers hablan de sus devaneos. El pomposo dislate de prestarle virtudes intelectuales o estéticas a una herramienta...” De acuerdo, si, yo ya me harté de dar serenatas cantando que el blog no es un género, pero también Garcés comete lo mismo que denuncia, hace un género de una herramienta y para bastardearla la instala como sinónimo de sus peores y más banales contenidos. Se podrá objetar que dentro de los blogs la hojarasca es la regla y la calidad la excepción, no lo niego ni afirmo, pero ¿no sucede en todo caso lo mismo en el mundo editorial? Hecho que “casualmente” el mismo Garcés menciona -haciendo abuso de la auto-refutación-. Como si el fárrago de bazofias aburridas, previsibles e infladas que abarrotan las librerías y bibliotecas no fuera suficiente ejemplo.


“No quieren abolir la jerarquía literaria: quieren ocupar, a fuerza de mesas redondas, el tope de esa jerarquía.” Obviamente, ¿y qué? Cual sería el problema. Las jerarquías nacieron para ser desafiadas, y no sólo desde internet.


“Que excelentes escritores tienen blog. Beatriz Vignoli cuelga en el suyo algunos de los mejores poemas que se escriben hoy en español. El mexicano Tryno Maldonado era conocido por su blog antes de serlo, con justicia, por su novela Viena Roja.” Lo que confirma las bondades del blog como medio y su nulidad como género en sí. Pero algo huele mal después: “Todos producen textos redondos, precisos, que bien pudieron escribirse en una Underwood antes de pasarse al blog”. Si el blog ha de ser medio, no juzguemos sus contenidos de forma clasista y elitista. ¿De donde viene esta especie de “discriminación racial” a la hora de evaluar artísticamente una pieza según el color de la piel del soporte que la hace legible? Le faltaría decir, ‘es tan bueno que hasta pudiera publicarse en un libro!’ A quitarse ese aura de superioridad intolerable que si existe una crisis de validación del libro es a causa de lo que en ellos está escrito, y no por alguna que otra rebeldía que se haya planteado desde el blog.

10 excelentes cuentos colgados en un blog ¿Son género menor? Los mismos 10 excelentes cuentos editados en un libro ¿Son género mayor?


-"....Uno pensaba que el anonimato, la falta de censura, propiciarían relatos de salvaje sinceridad, un modo nuevo de desnudarse, noticias inauditas sobre la conciencia humana. Pero no. Las amas de casa dicen que los niños por suerte bien, los estudiantes de letras que Bush es malo, los escritores de fin de semana que como Bukowsky no hay. El blog, por ahora, no trae diversidad al mundo: lo aplana...” El colmo , claro, le pedimos al blog que haga todas las hazañas que la literatura oficial no puede hacer porque pobrecita, como nace esclava hay que perdonarla. Como si para ser admitido en el club no le quedara otra que reflejar hallazgos geniales todos los días.