El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

junio 06, 2009

Infrapensamientos I


"Recordemos que en el ansia profunda de todo conocimiento científico sobre el entorno está el deseo -no la necesidad- de dominación de ese entorno. La ciencia en su búsqueda de leyes estables y previsibles que todo lo expliquen en fórmulas matemáticas, trata de dominar, que nada quede afuera de la fórmula da la sensación de dominio. Pero es eso, una ilusión, una sensación de tener dominada una realidad cuando tan solo se ha alcanzado apenas a entender algo sobre sus efectos. Las ciencias ideales y naturales son el objeto predilecto de este dominio ya que constituyen objetos de estudio que no pueden defenderse a si mismos. Las ciencias ideales tratan acerca de objetos que no pueden emitir mensajes ya que son una pura creación de la ciencia misma, por lo que es casi una tautología. Las naturales gozan del beneficio de estudiar seres muertos como sujetos generadores de pensamientos, incapaces de refutar conclusiones ante la imposibilidad de pensar. Las ciencias sociales resultan ambiguas y opinables ya que los objetos estudiados son actores sociales creadores de conocimiento y con sus expresiones pueden desmentir y debatir a menudo los intentos de la ciencia positiva por dominarlos bajo fórmulas. Para el científico es muy diferente estudiar una piedra que no se puede defender refutando conclusiones usando un mismo código. No quiere decir que las piedras no emitan mensajes, lo hacen todo el tiempo, solo que no pueden emitirlos en nuestro mismo lenguaje...."

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