Leo Sai siembra palabras de fertilidad política arrastrando las impurezas necesarias y entendibles en una emergencia. Creo que busca detener un instante el colapso político ideológico al que asistimos ya que prima en el éter social argentino una falsa polarización demencial y atroz; alimentada desde ambos bandos ( o bandas ) en pugna. El "campo" logró instalar que es la única opción no-K, y lo peligroso es como ha cooptado representación popular; oleadas de pobres del interior compran el discurso neo-oligárquico como panacea. Del otro lado, los K defienden su cuarto de hora hegemónico en el hangar supremo del pejotismo todopoderoso y arrastran al abismo por asociación ilícitamente implícita a todo un ideario que justamente en el contexto internacional goza de un estado de resucitación súbita. Va a hacer falta mucha lucha para ventilar alguna ínfima verdad.
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