¿Un hecho vale más que mil palabras?
Hay hechos que son palabras, y toda palabra dicha es un hecho.
Pero la palabra no es libre. Es esclava del diálogo y ante su abandono puede perecer de asfixia.
La palabra y el diálogo son inconvocables; porque el diálogo es el único lugar donde no es posible ir de invitado.
Por ejemplo, es muy conocida la convocatoria excesiva a poner en palabra en torno a los sentimientos. Me huele a mala receta psicoterapeútica: "dígale que la quiere", "digámonos que nos queremos". Entonces nos proponemos decírnoslo y nos lo decimos, pero entonces ya no es real, es un ejercicio, un juego, un efecto especial.
4 comentarios:
Sentimiento: que se siente. Y a partir de ahí, sobran las palabras. Todo lo que se pueda decir no tiene comparación con la realidad. Un beso.
Un hecho vale más que mil palabras, y a veces es bueno decirlo...
Un abrazo
Isabel y Jorge: Ahá, entiendo a ambos, comparto en principio la idea, un hecho, un sentimiento vale más que mil palabras, ¿¿pero entonces las palabras son las "sobras"?? ¿¿ los que escribimos nos ocupamos de algo que es "de segunda"???
Mi interpretación, que sólo es un esbozo preliminar, va a que existen palabras que llegan a un punto en que se transforman en hechos, dejan de ser subsidiarias de los hechos, o su material sobrante y subalterno...hmm, no me hagan caso, son sólo palabras que encima necesitan elaboración...de nuevo, un hecho nunca es en borrador, siempre es la versión terminada, las palabras no, a veces aparecen en pañales, son balbuceos incompletos, será cuestión de hacer otro post sobre esto.....
No te hagas mala sangre, mi comentario anterior es solo un juego 'de palabras'.
Algunos hechos también son borradores.
Un abrazo
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