Se ha decidido que en algunos lugares del mundo siempre deben existir unos horrores extremos de turno, para que actúen de ejemplo por contraste y hagan posible en el resto de su vastedad experimentar la sensación de una mejor situación comparativa. Si en alguna parte precisa de ese mundo los cuerpos se despedazan y el sufrimiento humano asciende a niveles que hacen estallar los instrumentos normales de medición, todos sus restantes lugares adquieren automáticamente el status de paraísos, con la sola condición de que en ellos se pueda salvar el pellejo por algún tiempo regularmente previsible.
La esperanza, como la deformación más corriente de la inteligencia emocional, se funda antes que nada en la posibilidad de peores infiernos.
3 comentarios:
No sé si allá en Argentina usen el refrán que dice "Mal de muchos, consuelo de tontos", refiriéndose precisamente a lo mucho que se pueden relativizar las cosas. Me gustó mucho la última frase... nunca hay más infierno que el que nos tocará vivir. Mientras tanto, imaginemos que esto es un paraíso. Un beso.
La esperanza es una mentira impotente. El lado vacío de la acción. La esperanza se ejerce cuando ningún resultado depende de uno.
Isabel: si, el refrán es el mismo aquí..
lunanueva: me encanta leerte por aquí de nuevo ! Para pensar la definiciones de esperanza que has escrito..creo que apuntas a una de sus vertientes: una esperanza identificada con algo totalmente ajeno a nuestra voluntad , con lo mágico, con las fuerzas que nos gobiernas y que obrarían a nuestro favor. Pero creo que existe una esperanza de sentido casi contario aunque tal vez igualmente engañosa e irreal que se cimienta en la sobre valoración de la propia capacidad de modificar las cosas..en la confianza desmedida en la propia acción...
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