Ahora que puede pasearse
sin temores por el panteón
de la vanidad
que puede desfilar como si fuera
una estrella admirada
por toda la extensión
de un teatro vacío, helado y desierto
Alguna vez quiso que sus sueños
fueran veloces relámpagos
deslizándose por los intercontinentales
cielos del presente
pero bajo su imperdonable descuido
se volvieron unas duras rocas acumuladas
en el sótano de un pasado abolido
y un futuro imposible.
Toda ruta conduce al fin
la meta es la ficción
de una falsa recompensa.
Todo principio
es el principio del fin...
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