Para la tradición liberal, la distinción es la clave de todo discernimiento. ¿Que sería del conocimiento sin jerarquía ni autoridad de clase? Quedaría reducido a una confusa maraña de asociaciones informes sin ninguna esperanza de orientación comprensiva.
En el campo intelectual existen destinos irrevocablemente ligados al linaje, y separar lo accesorio de lo importante equivale a diferenciar lo monárquico de lo plebeyo. Los grandes medios argentinos en guerra santa contra la cultura populista están incrementando las contrataciones, las misiones y las unciones. A Jorge Lanata, apenas vendedor ambulante de módicos idearios de consumo masivo se le reservó una modesta admisión en las filas televisivas de los Marcelo Bonelli y los Santo Biasatti. A Beatriz Sarlo, un escalón más arriba, se la envíó en misión especial a un combate cuerpo a cuerpo contra las mismísimas hordas de 6,7.8. Pero a él, Santiago Kovadloff, verdadero reservista íntegro de la causa, que no ha escatimado dureza ni demostrado la más mínima grieta en su tajante y devastador desprecio por el gobierno, se lo nomina para la "Academia de Ciencias Morales y Políticas", de la mano nada menos que de una emotiva presentación de José Claudio Escribano, el abanderado en ejercicio de la lucha por el condicionamiento político.
Así el poder premia a sus intelectuales fieles, nobles y austeros, que se alejan de cualquier tentación.
En el campo intelectual existen destinos irrevocablemente ligados al linaje, y separar lo accesorio de lo importante equivale a diferenciar lo monárquico de lo plebeyo. Los grandes medios argentinos en guerra santa contra la cultura populista están incrementando las contrataciones, las misiones y las unciones. A Jorge Lanata, apenas vendedor ambulante de módicos idearios de consumo masivo se le reservó una modesta admisión en las filas televisivas de los Marcelo Bonelli y los Santo Biasatti. A Beatriz Sarlo, un escalón más arriba, se la envíó en misión especial a un combate cuerpo a cuerpo contra las mismísimas hordas de 6,7.8. Pero a él, Santiago Kovadloff, verdadero reservista íntegro de la causa, que no ha escatimado dureza ni demostrado la más mínima grieta en su tajante y devastador desprecio por el gobierno, se lo nomina para la "Academia de Ciencias Morales y Políticas", de la mano nada menos que de una emotiva presentación de José Claudio Escribano, el abanderado en ejercicio de la lucha por el condicionamiento político.
Así el poder premia a sus intelectuales fieles, nobles y austeros, que se alejan de cualquier tentación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario