Normalmente las bases se asientan, son depositadas en el plano más estable para usufructuar el sostén que aporta su letargo. Son los sólidos estáticos que se disponen para el evento del permanecer. Pero aquí transformo el concepto porque se trata de ideas, y la mejor base de sustentación de una idea es su voladura, la parábola elevadora capaz de esparcirla en el entorno para que en su mismo trayecto pueda madurar alimentándose del aire que roza. La partida de una idea necesita una breve ceremonia, un rito iniciático silencioso colgado apenas con hilos de la cuerda imperante.
“Todos los juegos son juegos de guerra”
“Todos los juegos son juegos de guerra”
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