Hay palabras que en determinados intervalos de tiempo suelen entrecruzarse en extrañas coincidencias de protagonismo. La semana pasada el vocablo estrella -valga la redundancia- fue "Sol".
Por un lado la palabra que designa a nuestro astro mayor ocupaba espacio de mil formas en todos los medios y redes sociales globales por los acontecimientos en la plaza madrileña que lleva ese nombre, y por el otro se colaba trágicamente en la vida cotidiana de todos los argentinos por ser el nombre de la empresa aérea a la que pertenecía el avión accidentado donde murieron 22 personas.
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