Como últimamente se observa una curiosa disfunción digestiva en algunos intelectuales argentinos que dicen desayunarse todos los días con Marx, Benjamin, Freud, Niesztche, Heidegger, Deleuze o Foucault, pero a la hora de vomitar largan sin digerir la comida chatarra de nuestros patéticos Perfil, Clarín y La Nación, vale la pena, si te interesa la economía y la política, acercarse una vez más al guiso ensayístico salvaje de Leo Sai que se mete con Obama, la economía mundial y la piedad.
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