"El 21 de enero de 2010 quedará registrado como un día oscuro en la historia de la democracia de Estados Unidos y su declive. Ese día, la Corte Suprema dictaminó que el Gobierno no puede prohibir que las compañías hagan aportaciones económicas en las elecciones"
Noam Chomsky da cuenta de un hecho que a esta altura parece poco escandaloso pero que apunta a consolidar la tendencia. La proyección es más injerencia en la formación de opinión de parte de las grandes corporaciones para conquistar definitivamente el sueño de una política a medida; la ruptura de la brecha entre el campo político y el económico, la fusión de una identidad en la entidad totalizadora del poder. Está claramente planteado que la futura lucha de supervivencia del ciudadano no sólo será enfrentar la amenaza de la exclusión física; en caso de que logre sortearla transitoriamente, deberá encontrar el modo de preservar alguna zona de su voluntad exenta a la intoxicación de los discursos manipuladores.
Noam Chomsky da cuenta de un hecho que a esta altura parece poco escandaloso pero que apunta a consolidar la tendencia. La proyección es más injerencia en la formación de opinión de parte de las grandes corporaciones para conquistar definitivamente el sueño de una política a medida; la ruptura de la brecha entre el campo político y el económico, la fusión de una identidad en la entidad totalizadora del poder. Está claramente planteado que la futura lucha de supervivencia del ciudadano no sólo será enfrentar la amenaza de la exclusión física; en caso de que logre sortearla transitoriamente, deberá encontrar el modo de preservar alguna zona de su voluntad exenta a la intoxicación de los discursos manipuladores.
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