En estos días es patético ver como desde políticos de la oposición conservadora -incluidos los llamados "socialistas" de la mano del impresentable Fernando Iglesias- y de los exhaltados operadores interesados, se desesperan por embarrar la posibilidad de tener una nueva ley de medios. La estrategia de discurso elegida para venderle a una gente ávida de comprar malo y barato es definirla como "Ley K contra los medios” y ponerle el vestido de un embate contra la libertad de prensa a la manera chavista. Muchos genuinos anti K por otras razones –muchos más valederas en todo caso- compran el discurso oficial del poder mediático con una sumisión intelectual alarmante. Es increíble como la puesta en escena de esta ley ha desenmascarado a alfeñiques, empleados y chupamedias satelitales de los monopolios mediáticos que jugaban de progres e independientes desde medios supuestamente alternativos. A la hora de los bifes inclinan las orejitas para el lado donde suena la melodía del emprendedor clarinete.
Aquí Mempo Giardinelli expone una postura a la que adhiero.
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