Los últimos serán los primeros

Son días que ya están canalizados para que eliminen mediante ventilación forzada el aire vencido. No hay empacho de la conciencia subjetiva que aguante, el año a esta altura funciona con la borra, el remanente del fondo del tanque. El tiempo, tan macho siempre él, se vuelve hermafrodita, ni puto de mierda ni galán maduro, solo una luna que sale vulgar en las noches a mostrar sus pelos en el pecho; una oxidada joya que ya no puede tintinear en manos arrugadas por una caducidad incontenible. Todos estamos condenados a vivir en un campo de trabajos forzados, y en pleno reino de la aceleración de las partículas fatales donde la esperanza es lo primero que se pierde.