En el canto de un género como el rock duro, alcanzar una expresividad que nos remita a una sensación del tipo "te estoy transmitiendo en directo desde mis vísceras" es como alcanzar el ascenso a la cima de un palo enjabonado. La rabia es un ingrediente poderoso cuando se une a la potencia majestuosa de los agudos, los rictus gestuales se vuelven palpables, nos electrizan al compás de las descargas instrumentales que parecieran querer quebrar el aire en pedazos.
Vale la pena recordar este tema "Sleepwalker" de la ya desaparecida banda Ice Age, con la voz de Josh Pincus.
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