El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

octubre 12, 2007

Observaciones distraídas V

Los escritores ante la marginalidad - Las mutaciones de la conciencia social


Exterior-día:
Un semáforo de una avenida del centro de Buenos Aires.
Un niño harapiento que mendiga.


En los setenta eras un escritor comprometido con la realidad social y el momento histórico. Entonces detenías el auto, te acercabas, le acariciabas la cabeza y le dabas plata suficiente para que se comprara un sánguche al mismo tiempo que le contabas mirándolo a los ojos que estabas luchando para transformar la sociedad en la que estaban viviendo..

En los noventa, mientras te adaptabas al pensamiento único, eras un escritor que trataba por todos los medios de estar actualizado con las nuevas tendencias del lenguaje. Entonces ibas tan preocupado por dilucidar cual era la diferencia entre el primer y el último Foucault que simplemente trababas las puertas y esperabas el verde con ansiedad e indiferencia.

En los dos mil ya no hay problema, por fin la corrección política y el mercado se llevan de la mano; entonces parás, le sonreís apenas, le das una moneda de cincuenta centavos y seguís hasta llegar muy reconfortado a tu casa para seguir escribiendo esa novela en la que es él precisamente el protagonista.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Y, si se llegara a tener demasiado contacto al dar la moneda, nunca debe faltar "Lysoform" en la guantera de la Eco Sport de todo joven narrador argentino.

Tino Hargén dijo...

Benvenido señor negro púa!

Anónimo dijo...

Paso de largo pero sin dejar de saludar.
Besos, Tino.

Tino Hargén dijo...

!Gracias Sandra" Y no importa que pases de largo mientras dejes beso..

Anónimo dijo...

jajaja
besos

Anónimo dijo...

Conciencia social...
¿Dónde está la conciencia?
¿Dónde está la sociedad?
Es para pensarlo.

Anónimo dijo...

Creo que la "conciencia social" hoy pasa por cuidarse del pibe de 10 años que te mata.

Tino Hargén dijo...

Puede ser, la primera regla de supervivencia es evitar ser matado, sea quién sea el matador, eso pone en segundo plano todo lo demás. Lo necesario es hacer algo para dejar atrás el estado de amenaza; y hacerlo en este vida, no en supuestos paraísos futuros y remotos que nos caerán desde el cielo o desde la nada.

Anónimo dijo...

Para dejar atrás el estado de amenaza tenemos que hablar del tema hasta agotarlo, entonces, lamentablemente, necesitamos de esos escritores que lo hagan.
Ese es el actual "estado de situación" que veo.