En tiempos donde nuestra selección de fútbol parece no poder salir de una verdadera Era del Hielo, infectada de figuritas indolentes, nimias, de espítitu aplastado, emociona ver a los muchachos de nuestro básquet derrochar destreza deportiva y calor en el pecho para quemar las instancias decisivas de una competencia deportiva, esas donde la sangre se licúa por una extrema tensión que parece sólo quebrantable por la potencia obstinada de los sueños desmedidos.
El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...
septiembre 03, 2007
Los huevos en la canasta
En tiempos donde nuestra selección de fútbol parece no poder salir de una verdadera Era del Hielo, infectada de figuritas indolentes, nimias, de espítitu aplastado, emociona ver a los muchachos de nuestro básquet derrochar destreza deportiva y calor en el pecho para quemar las instancias decisivas de una competencia deportiva, esas donde la sangre se licúa por una extrema tensión que parece sólo quebrantable por la potencia obstinada de los sueños desmedidos.
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