El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

julio 30, 2009

Neocartesianismo 2.0


Pienso, luego desisto.

Golpeando las puertas de las estancias


Antes se golpeaba las puertas de los cuarteles. Ahora pareciera que se golpea las puertas de las estancias.

En los golpes de estado que sufrió la Argentina siempre el antecedente fue un creciente proceso de estímulo de una parte importante de la sociedad hacia los depositarios de la misión destituyente. Se les alimentaba el ego regresivo con tanta intensidad que se termimaban animando a creerse hacia afuera lo que ya se creían para adentro: salvadores de la patria. Y eso los imbuía de una energía tan estimulante como legitimadora. Actualmente, la disconformidad respecto de un gobierno -sobrealimentada por una campaña de intereses muy poderosos- hizo caer a muchos en la tentacion de alimentar el ego de sectores retrógrados. Un fascista es malo, pero un fascista creyendo que tiene un mandato popular es peor.


julio 28, 2009

Pasados de revoluciones




El sueño del país como estancia los enfervoriza hasta hacerlos perder cualquier registro de moderación. Los agrofachos entribunados se creen con derecho de pasar por encima de todo y de todos. Muchos distraídos y confundidos ciudadanos que les sobaron la soberbia, desgraciadamente, se darán cuenta de su error cuando tengan una bota pisándoles la cabeza.

julio 26, 2009

Escenas latinoamericanas


Desde las huestes de la derecha latinoamericana comienza a hacerse más intensa la operación de legitimación del golpe de estado de Honduras. Así vemos como de a poco, los diarios, la TV y los foros de internet se llenan de justificaciones al procedimiento; el modelo de esta operación son los comentarios del bebote peruano Jaime Baily. Se pretende sentar un precedente que por carácter transitivo permita llegar a Chávez, el objetivo central de esta etapa. Porque suponen que volteando a Chávez desarticularía un movimiento que se manifiesta en un cuarteto de gobiernos considerados peligrosos que conforman obviamente Venezuela como cabeza junto a Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

Se ha arriesgado varias hipótesis sobre el nivel de ingerencia del gobierno de Estados Unidos en esto. Que si Obama es o no partícipe de la movida, tanto por acción u omisión, por delante o por detrás. Por lo que he leído me inclino por una aproximación diferente: tal vez estemos en un escenario parecido al del gobierno de Kennedy, y puede que sea más un movimiento que se agita desde las cuevas del poder real de los Estados Unidos que desde a políticas del gobierno de Obama. Y es que la historia demuestra que cuando estos grupos de intereses más desconfían de su propio gobierno por verlo demasiado “blando”, suelen tomar medidas actuando por si mismos apelando al uso de su enorme poder. No sería extraño que esto sucediera.

En Argentina, mientras tanto, el soy power -como le llama Edgardo Mocca en Página 12- se acomoda en su sillón con total soberbia y desparpajo dispuesto a ejecutar su poder recuperado y rozagante, con una penetración en el imaginario popular jamás vista desde aquellas épocas post Isabelita.


julio 25, 2009

Nada de lo que sueñas brilla


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Una rana vestida de gala por la luz clandestina de una columna vecina, saltaba sobre los escombros de una piscina derruida, con restos de festicholas azuladas, bajo banderas de remate resante y felices consortes en erección perpetua. El señor Gholz cobraba importancia en la medida que sus acreedores soñaban con poder cobrarle todo lo que fue capaz de deber en más de treinta años de labor develadora. Aseverar sobre terreno firme, enclavar la propia manta conceptual como protectora de los secretos populares bien guardados, era su magnético pasatiempo en continuado. "La libertad está bien guardada" solía decir en esas seniles olimpíadas de la nocturnidad, hastiadas de bostezos mentales insomnes y unas famélicas sesiones de sexo patrullado.


-Mientras los infelices estén entretenidos, toda aceleración está condenada a perecer...

Gholz se dedicaba relacionar las palabras que no tenían remedio ni porvenir, a financiar las asociaciones semánticas que jamás iban a prosperar. Venía una palabra harapienta a su hoja y él la aceptaba, la protegía buscandole trabajo en el mejor de sus tambos literarios. Se movilizaba en bicicleta, una de esas parecidas a las de carrera, de hierros filosos, asientos puntiagudos que parece diseñados para perforar los anos, con cambios y accesorios ostentosos.

En un claro de la confusa calle, un barbudito guitarra en mano elegía el relato antes que las canciones:

-Represento a los pueblos a los que se les negó el derecho a formar parte del tiempo.

Gholz era ácido cuando se decidía a secarse al sol con la sola compañía de ginebras y aceitunas.

-El discurso indigenista me tiene delicadamente podrido –afirmaba desde su manta terrenal con voz encarrilada- Cada tanto aparece algún figurón, algún actor de moda, de esos que facturan fortunas haciendo el papel de buenos, que se pliega a alguna causa de este tipo. Que a los mapuches les construyen una represa en sus tierras milenarias, que le talan el monte a un grupúsculo de coyas que criaban ovejas y cultivaban mugre en algunas pocilgas precolombinas. En fin, la compasión adolescente nunca mi fuente de placer justiciero, más bien una debilidad superada…

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Carne de cerda al horno



Con los años se ha ido consolidando un fenómeno irreversible: Elisa Carrió se vuelve la más intolerable de las abyecciones políticas argentinas.

Este reciente desplante dialoguista por suerte le está espantando algunos de sus aliados


De la morte macabre II


El asesinato como entretenimiento universal

Matar para algunos es un arte. Hay miles de historias se han tejido sobre la urdimbre de los crímenes. Sofisticación, estratagemas matemáticas, inspiraciones místicas o literarias. No por hacerse de modo artísticamente sublime se podría quitar la condena a la tragedia del asesinato, pero convengamos que matar con cierta calidad estética al menos lo hace más digerible para quiénes no se relacionan con la víctima. El 90% de los argumentos de ficción de la industria del entretenimiento occidental – y el de oriente occidentalizado- se basa en la atracción lúdica del asesinato, en el impacto psicofísico de la chorreadura de la sangre. Las dosis de sangre en pantallas, letras y dibujos son catárticas, ayudan a expiar un poco toda la sed caníbal que esta civilización ha sublimado en una disciplinada competencia por la subsistencia económica.



El placer militar

El asesinato se busca con un gesto deforme y brutal para afirmar el propio placer a costa del horror que insume la tragedia de la destrucción del otro. Los genocidas del proceso mataban a escondidas para liberarse de la represión religiosa, como decía el monstruo Díaz Bessone al defender las masacres clandestinas porque si fusilaban legalmente se exponían a la condena del Papa. En cada justificación del acto de matar, en cada impunidad aprobada hay una pena de la muerte encubierta, hay un asesinato simbólico. El militar se reserva ese placer mayor, los sufrimientos de su ruda formación, carente de gestos afectivos y cargada de dureza, soportando un régimen árido de obediencias y humillaciones, será compensado con la posibilidad de gozar el oscuro placer de matar en la guerra. Las guerras se sostienen en el imaginario de sus hacedores porque son orgías de pasión destructiva y los riesgos de perder la propia vida rivalizan contra la promesa de una estadía en el paraíso pulsional de la muerte. Los soldados y civiles enemigos constituyen un alimento apetitoso, el premio mayor que los militares se reservan; la autorización para gozar del placer de matar sin control; la suprema orgía de destrucción vengadora que justifica todos los sacrificios.



julio 19, 2009

Obsesividades I


(Sección donde repetiré cosas que ya he escrito; porque las releo y me vuelven a gustar)


En Argentina el delito es la primera causa de movilidad social ascendente.

Bananas y soja



La pesadilla del granero globalizado

El siglo XXI es un mundo contradictorio; hiperconectados a la mágica tecnología del facebook nuestro de cada día asistimos a una convulsión que nos azota por el terror de unas pandemias típicas de la vida del siglo XIX. Y en nuestro granero hargentino de pesadilla, resuena el eco de golpe hondureño para cantarnos la canción del pasado que vuelve.

Bananas y soja, que buena combinación.

El escenario después de las elecciones del 28 de junio se va tornando atroz. Un kirchnerismo ahogado en su propia mezquindad política se inmoló a pura soberbia de pacotilla cantando la balada del conurbano, que atrasó como nunca. Se cayó dándose el penoso lujo de despreciar la posible contribución de los potenciales aliados ideológicos que al menos le reconocían algo salvable a su gestión. Las huestes de la derecha Aurora tomaron el mando conceptual del país, imponiendo la fábula de un retorno al granero del mundo, versión 2.0 neoliberal globalizada. El converso retardatario Aguinis dirige el coro variopinto de voces encumbradas a la luz de treintaycuatro por ciento del Colorado, que fue eficiente en su tarea. La impúdica oposición se somete al gobierno de la Junta Nacional de Granujas: Llambías-Biolcatti-De Angeli, el nuevo triunvirato regresivo de la Patria, autoridad moral que nos encaminará de regreso a la gloria de 1920, cuando de veras eramos un país de los grandes.


-Es increíble la guita que gastó el gobierno en la campaña...

Me decía el taxista de provincia manejando un Corsa bastante destruido. De inmediato, no por contradecirlo sino por puro reflejo complementario, se me ocurrió replicarle:

-¿Y lo que gastó de Narvaez?

Su respuesta indignada por haberle tocado a su salvador fue:

-Pero es plata de él.

Frente a semejante trabajo de adoctrinamiento visceral ¿Es posible hacer algo?


julio 16, 2009

Testeo



¿Alguna ve te hiciste un test de Coeficiente Emocional?

julio 11, 2009

Alegría y revolución


Entre agrios agoreros y tontos cultores de la resignación, si estas palabras hubieran sido unidas alguna vez, que distinto hubiera sido todo...



julio 09, 2009

In memoriam





Hasta siempre....

"El humor es un recurso de la desesperación"

Gabriel Báñez ( 1951-2009 )


El menor de los análisis XIV


La mutación de los íconos literarios de lo políticamente correcto - De la empleada doméstica y el obrero de la construcción a la puta y el cartonero.


La puta es artista, es revolucionaria, es portadora del sagrado grito de la marginalidad, es militante del gremio de las putas sin estar afiliada. La cocinera, la obrera o la limpia culos ajenos que trabaja en una casa, en una fábrica o en un hospital cumple políticamente peores condiciones pero ya nadie la toma como heroína social, al contrario, se la ningunea con cierto desprecio como amonestándola por no rebelarse, por asumir su condición de modo resignado, por ser obediente a las reglas laborales y encima que su mayor aspiración es que la pongan en blanco, que la legalicen como engranaje de la marmórea institucionalidad burguesa. A la puta en cambio se la pone como ejemplo de mina que se rebeló, no sabemos contra quién, pero así la han montado. La puta hace carne el deseo oculto de las masas de entregarse al hedonismo, por eso en las votaciones que miden el aprecio popular respecto de diversas tipologías de mujeres -tipo Gran Hermano u otros reality shows- gana siempre la más puta, y por supuesto las putas han demostrado ser en los últimos tiempos unos referentes esenciales a la hora de asegurar rating televisivo.

La puta es la nueva heroína marginal aunque los fríos números digan que generalmente ganan más que el resto de las obreras y marginales, y que de pronto se vuelvan empresarias de si mismas; con un polvo de tres minutos ganan más de lo que saca en una semana una costurera que se desoja quince horas diarias en una máquina de coser dentro de un “taller” que no es otra cosa la mayoría de las veces que una minúscula bóveda explotadora ruidosa e irrespirable.

Las putas, por lo general, están buenas; ni el más desafortunado de los hombres imposibilitado de obtener en el mercado de las relaciones de pareja una extracción de sus reservas seminales pagaría un peso por un bagallo atroz. Es un hecho que no todas pueden elegir ser putas; es una profesión que discrimina penalizando a las más gorditas, flaquitas, feas, desdentadas o con pechos caídos. Las putas venden un producto de alto valor de mercado y en general alcanzan ingresos astronómicamente superiores que una planchadora o una costurera, por lo tanto su cacareado proletarismo es una farsa como así su rebelión ante las leyes del mercado. La puta es un ejemplo del más puro individualismo capitalista ya que un buen culo y unas buenas tetas equivalen a la posesión de un muy rentable medio de producción.

Pero cierto es que no todas las putas pueden trabajar en forma independiente. Muchas son explotadas por crueles proxenetas que llegan a constituir verdaderas organizaciones delictivas donde se las somete a coacción y malos tratos. Aún las que pueden trabajar por su cuenta padecen los riesgos del oficio: no todos los clientes son jóvenes apetitosos, hay que ir con viejos, feos y enfermos incapaces de calentar a nadie, borrachos que se ponen violentos y exigen cualquier cosa porque pagaron unos pesos, tipos con pésimo aliento. Es cierto pero ¿por qué las putas son el nuevo emblema de lo políticamente correcto? Nadie puede saberlo, los escritores progres las adoptan día a día, se escriben ensayos, novelas y tratados para rendirle homenaje y el mercado las acepta. Me olvidaba, existe una máxima posmoderna no declarada pero que se garantiza tanto su cumplimiento como su inconcienia; que dice que lo políticamente correcto debe al mismo tiempo ser buena pieza de mercado, y esa regla sin que nadie se atreve o violarla en el reino del progresismo populista y regresista, idiota útil del poder de turno.

Por el lado de los hombres no se observa una obsesión literaria tan marcada en posicionar alguna profesión como emblema, si bien los travestis ha ganado espacio así como también los cartoneros que van reemplazando en el paradigma posmoderno a los ya recontra pasados de moda mineros y obreros industriales. El traba que lucha para que lo dejen tener sexo en la vía pública reemplaza al minero que lucha por el salario y las condiciones de salubridad de su trabajo. ¿Por qué chupar pijas en la calle es más heroico que palear hormigón doce horas diarias al rayo del sol o soldar hierros colgado de un mísero arnés a 20 metros de altura? Lo que se califica en estos casos el grado de desaprobación social que cada actividad obtiene y su estrella mediática; el traba realizando una actividad que una mayoría repudiará escandalizada tanto como su curiosidad morbosa resulte excitada. En cambio, el sufrido obrero establecido en actividades "serias" obtendrá un mayoritario consenso aprobatorio de la heroicidad de su práctica pero envuelto en la punumbra gélida del más cruel anonimato. Aprobación que no se traslada a un lógico aumento de su remuneración sino a un acto de compasión legitimador de su condena. Diez horas por día en el socavón de una mina es sin duda más dañino para la salud y aterrador que caminar las calles juntando cartón en las noches, pero ambas tareas resultan abismalmente desiguales en su posmoderna capacidad simbólica; hoy día aquello que no escandaliza no alcanza a sensibilizar a las masas mediatizadas.


julio 03, 2009

El argentino como factor de riesgo II


No me gusta la idea de despreciar la prevención respecto de la gripe A aduciendo que también se mueren chicos de desnutrición , mujeres por abortos clandestinos y otros flagelos que afectan a los más desfavorecidos en el derrame del mercado. No es siendo indiferentes a un riesgo que vamos a solucionar otros. Como todo virus, este expone más a los que ya tienen enfermedades, a los tienen el sistema inmunológico deprimido, a las embarazadas, a los que están sobrellevando recuperaciones de otros cuadros; es decir a los más débiles. Me parece que no tiene sentido negarle atención a estos débiles para salir a cantar el sempiterno lamento por los otros débiles, que aparte y obviamente, forman el segmento más vulnerable también por la desnutrición que disminuye sus defensas y su desprotección médica general. No es una debilidad contra otra, no mezclemos la frivolidad paranoide que muestran las clases acomodadas cuando sienten tambalear su brillante castillito de plástico con los riesgos a los que se expone a la población en general. Aquí estamos frente a hechos bien concretos; se trata de la hijoputez negligente de las autoridades responsables a las que no les calienta jugar con la vida de los otros. Sea para no dar solución a los padecimientos habituales o para no tomar las acciones debidas frente a estas nuevas amenazas.

El bendito barbijo. Debemos exigir que se nos explique si su uso es una boludez o está avalado científicamente. ¿Por qué no se entrega una información médica sólida sobre la verdadera utilidad del mismo bajo qué circunstancias? ¿Por qué tanto galeno incoherente apareciendo por los medios sin poder fundamentar una respuesta concreta y sólo escupiendo ambigüedades que nada explican? ¿Cuándo, cómo, para qué y por qué es útil? Pero del otro lado, ridiculizar el barbijo sin fundamento científico ante una enfermedad infecciosa es como ridiculizar el preservativo con el sida; ¡no se ponga nada, dele, coja sin forro que si contagia al otro total es joda! ¡Usar forro es cosa de tilingos burgueses asustados!

La misma cultura que desprecia las medidas de seguridad y se caga de risa para hacer negocio y mete una bengala en un lugar cerrado, es la que puede caer en la estupidez de tomar esto a la ligera. Obviamente que estas cosas despiertan paranoias extremas y todo tipo de miserias y medianías humanas, pero tampoco vayamos a creer que es broma; se trata probablemente de resultados de manipulaciones de laboratorio que practican estas siniestras joditas como la de dejar escapar virus mutados de animales a humanos, como para asegurarse más dependencia, control y negocio por un buen tiempo.


El argentino como factor de riesgo


Una pandemia para una larva antropológica como el Sujeto Hargentino es algo explosivo. No existe a la vez entidad psicofísica tan paranoide para abrazar terrores apocalípticos a la menor escaldadura de su pielcita perfumada, como tan rebosante de omnipotente necedad para minimizarlo todo y renegar de cualquier medida de prevención. Aceptar que atarse dentro de un automóvil es algo racional llevó años de psicoanálisis y desmembramiento de teorías conspirativas; digerir esta espantosa confusión de negligencia con ignorancia oficial promete ser aún más ardua.

Cunden los regueros de terror ciudadano al oler que estamos en manos de puercos mercaderes. Los barbijos a 15 pesos, la reventa de alcohol en gel a 40, que se viene el tráfico de Tamiflú y Oseltamivir, que no te dicen la verdad y hay cadáveres amontonados en los hospitales. ¿Y si nos inoculamos el virus y vamos todos a Plaza de Mayo a tosernos encima?