El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

marzo 30, 2007

Esa bendita costumbre

Como si las lluvias que azotan las pampas húmedas de este lugar del mundo hubieran elevado las napas subterráneas, una nueva inundación enloda el piso de la farándula literaria. Ahora le tocó el turno al exitoso escritor argentino Federico Andahazi que es acusado de plagiar una obra teatral de Agustín Cuzzani. Pero esta vez he aprendido la lección, nada de escribir críticas sinceras y exponerme a que los gurúes de la Santa Contra-Inquisición me manden a la hoguera acusado de ser un militante jesuítico en campaña misionera a favor de la propiedad privada. Este blogger es honesto intelectualmente pero también tiene instinto de conservación, así que procederá a anotarse esta vez en el bando correcto y desde ya comienza por organizar un concurso de argumentos y consignas sostenibles para defender a Andahazi y ponerlo en el lugar que merece; el de verdadero héroe ético y estético. Aqui vamos:


Argumentos


Cuzzani es de derecha y sólo le importa la propiedad horizontal, que mierda reclama. Además es un envidioso.


Si Marx refutó a Ricardo quiere decir que le robó la teoría, je, je, flor de chorro ese Marx. Si Einstein lo refutó a Newton quiere decir que en el fondo lo plagió. Si Platón le robó las enseñanzas a Sócrates y Aristóteles se las robó a Platón, entonces dejen en paz a Andahazi que al menos hizo algo original por la patria: descubrir el clítoris.


Consignas y cánticos alusivos:


“Vamos Andahazi todavía, bien robado, bien robado Maestro, ¡asi se combate a la moral burguesa!

“Con el copypaste en la mano y Panesi en el corazón, Andahazi, plagio o muerte, para la liberación”

“Con Andahazi en Capital y Di Nucci en la provincia, vote Piglia-Schavelzón para salvar a la nación”


“Con Caparrós conducción ganaremos el Planeta, el Clarin y el La Nación”

“No seas facho, no ves que Andahazi roba para la Corona”

“El que no plagia es un burgués, el que no plagia es un burgués “

“Las letras plagiadas serán bien negociadas”

“Andahazi cumple, Puán dignifica”

marzo 26, 2007

Apuntes reciclados I - Derecho de impropiedad

Introducción

Los ecos del debate sobre el caso Di Nucci me habían motivado desde hace varios días el esbozo de una serie de reflexiones conexas. Ciertas cuestiones actuales han hecho que decida apresurar su publicación, como un modo de exponer lo pensado sin dilaciones. La mayoría de las partes aguardaban mayor desarrollo de forma y de fondo, y quizá cuando acabaran como texto terminado iban a ser diferentes a lo que son hoy , pero he decidido honrar una convicción íntima: creo que el blog es un medio ideal para superar la obsesión por el Producto Textual Terminado, dar espacio a las construcciones abiertas, experimentales, donde el sabor de la artesanía aún crujiente y no la maquinada prolijidad sea el parámetro soberano. En el blog hay escrituras que si permanecen demasiado tiempo en la mesa de elaboración acaban marchitándose.



Derecho de impropiedad



I
Algunos de los que muy irritados han repudiado la actitud de los que asumimos posiciones críticas en el caso Di Nucci se definen como libertarios, pero por las ideas que dejan traslucir no sabemos a que tendencia libertaria se acercan. Podríamos decir que en general el pensamiento libertario desde su nacimiento buscaba hallar la respuesta de una organización social donde el individuo fuese capaz de alcanzar el mayor grado de libertad posible, a diferencia del capitalismo imperante y de las nuevas teorías del marxismo con su autoritarismo de estado. Algunas concepciones ponían el acento en el individuo y su necesidad filosófica de reapropiar su libertad perdida, otras en cambio que podríamos llamar socialistas se preocupaban ya del diseño necesario concreto de la organización social que condujera a alcanzar esos fines.

Volviendo a los irritados, por momentos pareciera que se hallan más cerca de algún tipo de anarco-comunismo cuya referencia histórica general podría ser aquel comunismo libertario nacido en la Primera Internacional pero no es mi intención aquí buscar encasillamientos ni desempolvar conocimientos de estudiante y volver a referirme a temas como la diferencia entre Proudhon, Bakunin y Kropotkin. Lo único que resulta evidente es que su nerviosa postura se sostienen sobre un anatema; una extraña suerte de “guerra santa” contra la propiedad privada, un rechazo por la misma se hace fóbico y les impide analizar con penetración las situaciones que se tejen a su alrededor ponderando su real trama de causalidades. En función de esta cruzada que los absorbe, ensordece y enceguece, se permiten un nivel análisis en extremo lineal y primario que parece estar limitado por estrechas anteojeras. Y no es sino sobre sus particulares formas de ver la propiedad privada que la sostienen, cualquier idea que no adhiera a los parámetros asfixiantes de sus cruzadas es automáticamente posicionado como adhesión malsana al propietarismo burgués, y por lo tanto execrado negándose a cualquier vía de planteamientos conexos o imbricaciones. Sus discursos se plantean con polaridades excluyentes, o se es aliado en esa guerra “privada” suscribiendo todos sus obtusos términos y todas sus distorsivas y cuadradas interpretaciones, o se está en su contra y por añadidura, a favor del Mal.



II
Permanecen en el error aquellos que creen que la mayoría de las opiniones críticas respecto del caso Di Nucci se hicieron desde la defensa de la propiedad privada burguesa manifestada en una de sus partes, la propiedad intelectual. Muy poco que ver tiene con esto, y este es el principal nudo del disenso con los que asumieron este tipo de posturas. El debate sobre la propiedad intelectual dentro del orden capitalista no veo que tenga que relacionarse con este caso, a no ser porque Di Nucci si quería esos derechos de propiedad intelectual y seguramente esperaría hacerse acreedor a las regalías. No consta que haya decidido hacer circular libremente su libro, que planeara liberar sus derechos de copiado –valga la ironía- o ponerlo a disposición de todos gratuitamente, sino que firmó un vulgar y usual contrato comercial con una empresa editora.


III
La cuestión de la autoría y sus alcances es bien diferente del problema de las leyes de propiedad intelectual y no se por qué se han empeñado en ligarlos.
Se trata de un tópico que atañe a los derechos al reconocimiento por la pertenencia de las obras o producto creativos del trabajo individual en una sociedad dada. Estarán los que creemos que esos derechos humanos básicos indican que las obras no pueden ser usadas sin consentimiento de su autor, que es su poseedor natural, para cualquier fin, y menos para uno tan ruin como plagiarla, y estarán quienes crean que la autoría individual no debe ser siquiera reconocida como tal y menos aún otorgar derecho alguno de pertenencia. Explorar las diferentes visiones y versiones de esa relación en la historia del pensamiento y las que se podrían construir todavía hubiera sido el gran tema de debate, el más interesante. Pero lamentablemente esa posibilidad quedó ahogada en la miopía de los petardistas fóbicos que salieron a la caza de brujas e imaginaron inexistentes panegíricos de la propiedad privada por todas partes.


IV
Creo que es un nivel de razonamiento plano y pobre el que los hace adherir al robo en tanto realizan un silogismo de conclusión falaz: que el robo es una acción contestataria y de oposición político-filosófica a la propiedad privada. Enorme desatino; la apropiación de una riqueza de parte de un individuo por sobre los derechos de otro o por los de la colectividad, es un acto inscripto dentro de la estructura de la propiedad privada, una celebración del orden burgués y no un gesto opositor, ni siquiera una cosquilla en su contra. El robo – tomando la enorme generalidad y descartando un par de locos que decían robar para repartir entre los pobres- carece de intenciones sociales redistributivas ni subversivas del orden económico establecido, es tan sólo un acto de individualismo burgués que plantea experimentar la apropiación de la riqueza individual para su disfrute mediante el uso de una metodología marginal y antisocial que a menudo apela a la violencia física o la traición, el fraude y la estafa. Me parece una contradicción insalvable que alguien que se opone a la existencia del orden social en el cual se inscribe el concepto de propiedad privada liberal celebre el robo. Obviamente descarto de este análisis ejemplos que pueden traer confusión como el estereotipo del robo por necesidad con el trillado ejemplo del que roba un pedazo de pan porque tiene hambre. En ese caso podemos discutir la significación del acto pero lo que es seguro es que no se trata de un acto de contestación al orden social sino una mera reacción primaria ante un estado de necesidad humana padecido por una persona que es víctima de un sistema que no es capaz de satisfacer su básica necesidad de alimentación. Es hora dejar las moralejas adolescentes de lado y los cuentos de hadas de los “ladrones justicieros”, estoy planteando el robo como género de comportamiento antisocial instituido donde el peso mayor del análisis se enfoca al robo como apropiación sucia de riqueza. Desde el anarquismo fue precisamente Pierre-Joseph Proudhon quién señaló que la propiedad era el robo, para definir que en su entender el derecho de propiedad que permite enajenar los medios de producción es la base jurídica que habilita el robo del excedente productivo aportado por los asalariados.


V
En términos muy llanos, la moral es el conjunto de normas y principios que definen como una sociedad asigna lo que está bien y lo que está mal. Toda sociedad tiene moral, porque en toda sociedad existen valores asignados que definen lo que está bien y lo que está mal. En sociedades pluralistas no existe una sola fuente u origen de la moral, sino un conjunto amalgamado de influencias más y menos determinantes que no son estables en el tiempo sino que se transforman. Por eso es un error grave creer que la moral dominante por ejemplo hoy en la sociedad argentina responde sólo a la moral católica en lo religioso y al orden liberal burgués en lo filosófico, sino que es la suma de muchas más influencias axiológicas, las religiones, las leyes, las costumbres urbanas y rurales, los principios políticos y filosóficos que se divulgan desde las diferentes ideologías, son algunas de los restantes elementos que conforman la moral. Por eso parece ya una irritante falencia de formación ese automatismo de escuela primaria que determina cuando se menciona el término “moral” o “moralidad” alguien se está refiriendo puntualmente a la doctrina católica y al liberalismo burgués, o a la “moral de la propiedad privada” (sic). Aún una sociedad que fuera producto de la influencia de idearios nudistas, ateos y colectivistas poseería una moral.


VI
El principal embrollo teórico que he notado tiene que ver con el manoseo del concepto de propiedad privada a partir de su mención ligera por parte de algunos de los neomenemistas. Como bien explica Elsa Ducraroff hablar de propiedad privada en términos marxistas es referirse a la propiedad de los medios de producción en relación a como esta condición permite la explotación y enajenación del trabajo ajeno, y no una referencia a la posesión de bienes de uso personal o a los derechos sobre esos bienes personales o el cualquier otro fruto de la libre creatividad y productividad de la persona, en este caso enfocado sobre el trabajador. Podríamos decir que el marxismo fue un ideario creado para propiciar que al trabajador no le roben lo que le pertenece por ser fruto de contribución al producto social, no a facilitar las condiciones para que lo despojen y justificar ese despojo. Liberar el mercado a la rapiña generalizada de la supervivencia del más hijo de puta no está dentro de sus ideales. ¿Existe algún ideal de producción colectiva serio que diga que cada trabajador entrega su producto social dentro de una gran pila que queda a la merced de quién quiera o pueda tomarlo, lo que quiere decir ponerlo a expensas de la depredación de los cuervos y carroñeros?


VII
Se confunde la enajenación de un bien que se separa de su origen para su explotación comercial con el derecho natural sobre los bienes y obras producto del trabajo del ser humano. “Propiedad” en términos liberales implica un alto grado de abstracción, es una relación de derechos sobre los bienes destinada a operar en un sistema de intercambio. “Posesión” es una idea que no admite abstracción alguna, sólo está ligada a lo real de la relación íntima de uso, goce o apropiación de un bien con su poseedor natural sin que esa posesión implique otra cosa que la satisfacción de una necesidad o un derecho natural de pertenencia.


VIII
La autoría desde una concepción humanista es un derecho totalmente diferente al de propiedad y al de posesión, si bien puede estar ligado a ellos. Es el reconocimiento de pertenencia entre el fruto del trabajo de un individuo y el reconocimiento a que esa obra es auténtica expresión de su singularidad humana, de su punto de vista único. Todas las obras auténticas son originales, aún las que expresen ideas o se apoyen en marcos ya dichos, la cultura es el resultado acumulado de esa acción básica. Algunos exagerados han dicho que “toda es una nueva versión de algo preexistente” pero soslayan el hecho que cada nuevo acto creativo –aunque lo llamemos “versión”- aporta precisamente la originalidad de su interpretación y creación que son de hecho únicas e irrepetibles. De la suma de “versiones” se hace la cultura, las ideas nuevas nacen de las viejas, así como los nuevos seres humanos ( o los perros o los conejos ) nacen de sus progenitores, pero no son sus progenitores, adquieren la originalidad que les concede su emergencia como individualidad irremediablemente diferente. La creación no debe limitarse a un concepto de originalidad como sinónimo de acto primigenio, original es aquello que cobra vida, identidad y personalidad propias a pesar de estar hecho a partir de materiales preexistentes. La clonación deliberada de textos o productos rompe está condición esencial de la creatividad humana, anula la originalidad basada en la autenticidad de la expresión de un individuo o de un grupo, nos priva de su “versión” que es la única que garantiza la posibilidad de la aparición de nuevas ideas. La visión conservadora del poder mediante su actual expresión de moda contradictoria pero efectiva que es el “posmodernismo progresista”, está empeñada en demostrar la cancelación de toda creatividad y por añadidura de toda utopía debido a esa aparente “demostración” de la imposibilidad de gestación de ideas superadoras. Gracias a la contribución de cacareantes intelectuales -superficialmente contestatarios pero profundamente reaccionarios- se ha instituido la idea de que el mundo se haya condenado a la repetición por lo que el mantenimiento del orden establecido es la consecuencia irreversible.


IX
Aún aceptando que se parta de una posición extrema que negara cualquier concepto que propiedad individual, no he encontrado antecedentes que hayan resuelto este tema –no quiere decir que no existan porque lo que estoy realizando es un repaso ligero y no una investigación-. Una obra en condición de producto puede que no sea reconocido como propiedad individual y que ingrese a un sistema de colectivización en tanto producto, pero eso no implica cancelar el reconocimiento de la relación de pertenencia intelectual-autoral que liga la obra a su creador. Supongamos que un cuadro -por tomar un ejemplo cualquiera- debe ser entregado a un conjunto colectivo mediante el cual se distribuirá racionalmente para su disfrute social, pero eso implica que esa obra pierda el reconocimiento que la liga al autor. Si algo se le criticó al capitalismo y al comunismo de estado era la alienación del trabajo respecto del trabajador, el trabajo enajenado. Como diría John Halloway se trata de la separación del hacer con lo hecho donde el trabajador pierde el vínculo afectivo que da sentido al producto más allá de su uso, de lo hecho –el fruto de su trabajo- que se escinde para ser entregado a la bolsa indiferenciada del capitalista o a la centralización comunista.


X
Supongamos de todos modos que se parte de un marco teórico del más extremo concepto de colectivización que llegue a considerar que un individuo no existe como tal, que la persona humana no existe sino que se diluye su identidad en la colectividad al colmo de que una persona en tanto individuo no tuviera derecho a la posesión individual ni del pedazo de pan que se lleva a la boca aunque fuera el horneado por él mismo del trigo por él cultivado o bien recibido mediante una distribución colectiva en virtud de su mera necesidad. Si la licuación del reconocimiento de pertenencia es total las cosas marchan hacia el desastre; si antes de que el pan pueda ser consumido y satisfacer la necesidad del individuo puede venir por la espalda otro miembro de esta extraña colectividad, darle un garrotazo y quitarle el pan, el orden de supervivencia colectiva se transforma en una ley de la selva. ¿Se está tratando de defender el derecho al garrotazo, a la traición, a apropiarse del trabajo y la posesión ajena por el sólo imperio de la fuerza?

El sentido verdadero de todo colectivismo –más allá de estar de acuerdo o no con él como propuesta de organización social- es poder alcanzar una distribución racional del producto social de acuerdo a la necesidad de cada uno de sus miembros, no la abolición fetichista de toda instancia de pertenencia individual, sino la abolición de los derechos propietarios que permiten enajenar un bien y acumularlo en función de especular con su valor de cambio. Lograr que cada miembro de la sociedad no sea privado del beneficio de la producción colectiva en nombre de un sistema de producción cuya única premisa absoluta es garantizar la acumulación de poder. ¿Que tendría que ver eso con un supuesto derecho al robo como apropiación traidora, individualista y burguesa con el fin de hacer negocios que se reivindica en un tono tan desgarrado, casi apologético?

Sigamos especulando aún desde un lugar teórico que pretenda establecer la cancelación de todo derecho humano de posesión y el reconocimiento de pertenencia sobre bienes y trabajos personales, aunque supongo que ninguna dejaría de reconocer por lo menos el derecho a la posesión de los bienes asignados mediante la distribución colectiva. Una de las corrientes más radicalizadas en torno a la tensión de convivencia entre cualquier tipo de propiedad individual y colectiva sería la de algún tipo de anarco-comunismo extremo. Se dirá que a cada uno le será asignado los productos según su necesidad y no según su aporte laboral al producto social o a la riqueza colectiva como podría establecer un enfoque compatible con un anarquismo socialista de corte colectivista o cooperativo más compatible con las ideas de Proudhon o Bakunin. ¿Como satisfará su necesidad si no posee ningún bien? Si le es asignado mediante una distribución colectiva –después veríamos quién es quién se lo asigna y cómo- entonces deberá poder poseerlo para comerlo en paz. Si hay 5 personas y puesto que todos necesitan y hemos producido 5 panes le damos 1 pan a cada uno, no importa cuanto hayan trabajado en obtenerlo cada uno de ellos. Pero que sucede si uno de los 5 decide que su necesidad son 3 panes y les roba el pan a dos de ellos dándoles un garrotazo en la cabeza. Si no hay estado ni ley no instancia de organización que garantice el derecho de posesión individual sobre el pan repartido en relación al accionar de los depredadores el sistema fracasa absolutamente. Los despojados se deben condenar al hambre y no tienen a quién recurrir para cancelar esa injusticia. Este extraño tipo de anarco comunismo habrá devenido en la ley de la selva para darse la mano con el anarquismo ultraliberal parecida que proponen los individualistas de ultraderecha llamados “libertarianos”: cancelar toda autoridad social a favor del libre juego que permita a los muy poderosos oprimir y avasallar a los menos poderosos con el único límite de sus ganas. Sin limitaciones éticas ni organizativas, el avasallamiento de sus pertenencias y la violación de los derechos humanos es el único destino posible.

¿Por qué abundo en esta elemental cuestión? Por la manera en la que han confundido el caso Di Nucci como resistencia a la propiedad privada, han visto en un acto burgués una intencionalidad contestataria que no es tal.

Aún así no existe ningún rechazo expreso que implique el desconocimiento a la autoría, sino que se trata de rechazar la propiedad privada liberal del conocimiento hecho producto como noción crítica de que los bienes del conocimiento no pueden estar sujetos a la restricción y a la escasez que los obliga el capitalismo al tomarlos como meros bienes-productos de mercado por su valor material de intercambio, y deben ser distribuidos sin restricciones para su goce por toda la sociedad. Esto es muy diferente a reivindicar el robo burgués con fines de regodeo burgués como operación contestataria.


XII
Aún aceptando que se parta de una posición que negara cualquier concepto que propiedad individual, no he encontrado antecedentes que hayan resuelto este tema –no quiere decir que no existan porque lo que estoy realizando es un repaso ligero y no una investigación -. El producto obra en tal producto puede que no sea reconocido como propiedad individual y que ingrese a un sistema de colectivización en tanto producto, pero eso no implica cancelar el reconocimiento de la relación de pertenencia intelectual-autoral que lo liga a la obra. Supongamos que una -un cuadro por tomar un ejemplo cualquiera- debe ser entregada a un conjunto colectivo mediante el cual se distribuirá racionalmente para su disfrute social, pero eso implica que esa obra pierda el reconocimiento que la liga al autor. Si algo se le criticó al capitalismo y al comunismo era la alienación del trabajo respecto del trabajador, el trabajo enajenado. Como diría John Holloway, se trata de la separación del hacer con lo hecho donde el trabajador pierde el vínculo afectivo que da sentido al producto más allá de su uso, de lo hecho –el fruto de su trabajo- que se escinde para ser entregado a la bolsa indiferenciada del capitalista o a la centralización estatal comunista.


XIII
¿Existe tal colectivismo extremo que acaso rechace los deseos del individuo de mantener un reconocimiento de pertenencia con los frutos de su labor o que lo considere una actitud antisocial? Una cosa es si desde la libertad y el libre albedrío alguien produce una obra de la cual decide cancelar cualquier instancia de reconocimiento personal hacia ella, donándola por así decirlo a una totalidad colectiva anónima se trata de una situación válida, pero no así desde la postura represiva donde esta actitud deviniera impuesta desde una instancia externa de autoridad o poder. Como señalaba Max Stirner, una cosa es la “sociedad” como socialización compulsiva y otra la “asociación” donde cada individuo libre decide si se integra a la socialización. De este modo, tanto la posesión como el reconocimiento a la pertenencia se hacen necesarios para la satisfacción de las necesidades y la efectivización del sentido natural de pertenencia sobre el entorno inmediato y el fruto de la producción creadora.

marzo 25, 2007

Sin título

Un “libertario” sin escrúpulos ha decidido multiplicarme insultos y descalificaciones públicas a cual más descolocada, arbitraria, impertinente y dislocada respecto de toda la sustancia evidente del debate que pudo haber existido, sin siquiera dar una mímina respuesta a la comunicación personal. Esto le permitiría, entre otras cosas, informarse mejor antes de calumniar vilmente como cuando insinúa que la otra persona citada en el mail no ha sido enterada del asunto. La realidad es que yo me había dirigido con bastante anterioridad a esa persona -Carlos Racak- en un mail a su casilla el día 12 de marzo, donde le hice saber todos los desagrados que luego menciono. Puedo ofrecer la prueba del encabezado de envío y respuesta si a alguien le interesa. Obviamente no voy a rebelar su contenido y le pido disculpas a Racak por el hecho de mencionar la sola existencia de ese mail y espero me comprenda que lo hice ante la necesidad de refutar agresiones recibidas de un tenor desbordante.

Por ahora me limito a refutar sólo este punto. Meditaré si creo necesario contrastar el resto del atormentado vómito de mierdosas infamias y delirios que me arroja este híbrido tanatológico adicto al exhibicionismo pendenciero y presuntuoso de una supuesta erudición citadora, tan sobreactuada, rimbombante y libresca que pareciera estar dirigida al consumo embelesado de los castratis mentales que se alimentan de aforismos anonadantes hasta para aliviar sus vejigas. Como es una trabajo asfixiante para toda lucidez del entendimiento querer arrojar algo de luz sobre el malambo filosófico ya patético que zapatea para buscar efectos primarios de aniquilación barata, resultará dificil que me dedique a ello. Más intolerable aún es su afán de establecerse como gurú funcional del mayor de los grados antisubversivos de la nihilista corrección política, y como no repara para ello en abusar de despropósitos conceptuales que pretende presentar como los más milenarios y aleccionadores.

marzo 21, 2007

El pacifista inglés


La paz de los aparentes sepulcros depresivos se convierte en una jocunda paz de lo pulcro, puro jugo de profundidad sin azúcar, amargo como la oscuridad de la naturaleza pero no amargado.

Poder escrutar las riquísimas caras de la locura desde un templado mirador es a veces la gran terapia cautelar que nos fortalece y nos hace capaces de levantar un muro destinado inexorablemente a estallar al final de todos los días.



Acerca de Roger Waters en Argentina

marzo 20, 2007

Presunción de confidencialidad

Luis Menéndez ( a.k.a Luis Bardamu o Luis Bernard ) decide publicar un su blog un carta personal que le fuera enviada en referencia a un disgusto de mi parte con él y con otra persona. Quizá como consecuencia de la aplicación de las nuevas tendencias intertextuales el destinatario obviamente no consideró que la misiva fue enviada con presunción de confidencialidad. Yo intuía que esto podía suceder asi que no me ha sorprendido y no me incomoda su exposición más allá del natural pudor que da el hecho de que se ventilen las broncas domésticas que uno padece como cualquier hijo de vecino. De la cuestión temática adjunta a la cuestión personal creo me me he referido ampliamente en diversos posts y comentarios. Lo que me pregunto es que interés puede tener para los lectores una expresión tan de entrecasa de sencilla calentura humana escrita una noche con algún vino de más encima. No pensará Bardamu que iba a tomarme el trabajo de cuidar la construcción gramatical, si bien la carta personal despojada y puramente emocional constituye todo un género, mi texto careció por completo de intenciones literarias.

marzo 19, 2007

Paños hervidos

La seda no hace cesar la fealdad del desmadrado, apenas lo pone bajo una luz ambarina para atemperar el efecto de su sabor a basura. La malformación de los pensamientos es una enfermedad ambiental evitable. Hacerse ideas encima es una sucia costumbre pero trae sus beneficios. La solución es presentar al puerco tan perfecto e impoluto que parezca una niña frutal, o presentar a la niña frutal tan inmunda y maloliente que se parezca a un puerco.


No es más que una banal terquedad metafísica empeñarse en que los cuervos se abstengan de cenar o que las hadas huelan a estiércol en su desfloración.

marzo 15, 2007

Una nueva ideología ha nacido

Después de leer este artículo, y a la luz de algunos desbordantes pronunciamientos que han sucedido últimamente estoy en condiciones de sostener la ya definitiva consolidación del dinuccismo como la nueva ideología oficial del capitalismo posmoderno en su etapa de intoxicación globalizada. Esta ideología es también conocida como robismo, neomenemismo intertextual, panesianismo copipeistiano o linkismo, entre otras designaciones.

Si el capitalismo era la explotación del hombre por el hombre y el comunismo la explotación del hombre por el Estado, entonces el dinuccismo será la explotación del hombre por los ladrones.

Las cien lucas son mías, mías, mías.



PD: ¿Saben cual es el colmo de un dinuccista?

Que para argumentar la inexistencia de la autoría tenga que citar autores y autores y autores y autores...




Música: Le Orme L'infinito

marzo 12, 2007

Monólogos del Escritor Arrepentido (II)

El Escritor Arrepentido cancela preámbulos, apenas se cae de la cama ni se lava el rostro y pone al agua a hervir para un te. Luego apaga el fuego y con la molestia de la grasa de la noche anterior en su pelo se pone en marcha.



-Hoy siento que lo mejor sería declararme un abandonado. Si bien terciaron por mí las limosnas cúbicas de los planteles estelares y las firmas autorizadas dejaron unos garabatos flácidos en mi libreta de recuerdos, no me queda otra propuesta de montaje. Las razones de esta definición hay que encontrarlas en el secreto de las voces que creemos conocer, y en que hay días en que la mañana se parece a un tablero eléctrico sobrecargado de corrientes contradictorias; olor a quemado y falsos contactos. Y uno también se puede declarar inepto para coronar las mañanas con todos los peones con el camino despejado. Tanto teatro abierto del gimoteo, tanta guirnalda oscurecida, que al final los gigantes de la merienda social salen a bailar de la mano entre álamos; son trapecistas del bosque y saben estrellarse sobre pinos nevados sin mojarse. No me explico tampoco como esquían descalzos sin que se les congelen los pies.

El aburrimiento es la amenaza preferida de la locura. Hay que tratar de no pensar en eso, se puede enfocar la mente con mucho cuidado en algún lugar seguro, lejos del alcance de los espejos interiores, y pararla sobre sus propias patas, desobedeciendo el desnivel. Para que sufrir, para que confiar, si la presunción de hostilidad tiene mejor estadística. Embarcarse en la pleitesía hacia los testigos es un rumbo equivocado, tus amigos son los testigos que jamás serán llamados a declarar, quedarán demorados en otros trámites mayores, descalificados por el imperio de las circunferencias. La máxima sabiduría es aprender a rebotar, crear la ciencia del rebote, o escribir un tratado sobre el rebote. Hay que saber caer sobre el verbo colchoneta, no importa si la gaya paranoia de mi coraje se ve deslucida, la codicia carnal no es ningún mérito, todo es rebote, un bote que navega en re, una serpiente que aparece entre las armas bendecidas. El obispado del sadismo, la nunciatura tiránica de la desintegración no te dejan más remedio que fingir ser el santo de la aldea que ruega no lo maten por la espalda. Tal vez todos tengamos asignado un espía que nos sigue hasta el supermercado a ver con que clase de interlocutor conspiramos contra la mediocridad. La imaginación suspendida no devuelve el importe de la entrada y hacer uso de los recursos extremos es condenarse a volver siempre a casa ajena, con el alma atea algo arrugada.

marzo 09, 2007

Recado

En La Tapa De Los Sesos dejé un breve recado

marzo 07, 2007

La ceguera panorámica

Una vez pensé en fundar una revista literaria que llevaría por título "La Ceguera Panorámica"

El que se presenta aquí era uno de los textos seleccionados para integrar el primer número y formaba parte del poemario titulado "De putas y otras maníacas".



"A los hombres lo que es de los hombres, y a las mujeres lo que sobre"

Dorox Minefield



Compresas de sal ciñen su plexo
Bailarines anfibios son sus ojos
Lengua rocosa de perfil convexo
Dientes desafilados entre rastrojos

Del cáliz de sus toscas postrimerías
Beben los adictos a la fiel tentación
Se asan las alas al resistir hechicerías
Y yacen bajo el canto de la delación

Turban sus aires mestizos a punto
Como damascos en cestas estables
Para dorar sus hebras en el conjunto
Es preciso usar infiernos reciclables

Sus piernas alisadas como cerámica
Envilecen hasta la doctrina más beata
Y nos contagian la ceguera panorámica
De su inaprensible lujuria en cabalgata

Apenas el tañido de su silencio añora
Una pía merced para su fatal congoja
Todo lo que necesita una bella señora
Es poder dormir con quién se le antoja …







Música: Riverside In two minds

marzo 05, 2007

Anonímicos Anónimos

Visto que los que padecen enfermedades como el alcoholismo, la bulimia o la obesidad se suelen asociar teniendo al anonimato de aliado, los que "padecen" la anominia bien podrían llamarse como lo indica el título de este post que no tiene otro objeto que señalar el artículo que una blogger española -cuyo seudónimo no podía ser otro que Anonimia- ha escrito sobre este interesante tema. La particularidad es que la autora ha tomado como referencias bibliográficas algunos de los textos de un debate bloguero que tuviera lugar justo un año atrás, allá por marzo del 2006, en el que participaron, entre otros, Daniel Massei, Luis Bardamu y quién esto escribe.

Los pixeles vertidos en el oceáno hipercloacal de la red vuelven a darnos noticias el día menos pensado.





Música:Akineton Retard Nimboestrato

marzo 02, 2007

Paradoja desencadenada

Lo que en general se hace llamar derecha me provoca odio por su naturaleza insensible, rechazo por su interesada escala de valores, hartazgo por su espantosa obsesión por conservarse y reproducirse e impotencia por no poder derrotarla. Lo que en general se hace llamar izquierda me provoca fastidio por su estupidez y pena por su sensibilidad desperdiciada.


No hay peor cosa que tener un enemigo hijo de puta y un amigo pelotudo.






Música: Ice Age The bottom line