Un lugar afuera del relato del mundo, apartado por lejanía exótica, siempre visto como esclavo de su contaminación étnica. El extremo de una mano extendida que no alcanza a acariciar el macilento rostro de la inexistencia en un retrato. Retreta del Ser, hipercalórico aposento de unas ruinas congénitas, atracadero del turismo filosófico y la aventura de la gracia del tesoro. Se endeudan por ella, devienen formales forzosos, pero se puede pensar desde aquí que merecen ser puestos a disposición del amor ejecutivo, pasados por las aguas.
—¿Qué preferir en estos lares donde el subdesarrollo todavía cabalga? ¿La barbarie de los toscos ricos, atrasados, elitistas, insensibles, excluyentes, desafiantes y sádicos, o las hordas de las corruptelas populachas, pletóricas de vulgaridad, arribismo, enriquecimientos súbitos y manipulación de la miseria?
El hocico electrónico de los astros globales, protagonistas, retumba en cada trivialidad con aspiración de volverse interrogante. Todo oropel de la tecnología milita a favor de aumentar el rendimiento del tiempo como peón de la civilización. Bueno es reconocer que nunca estuvo tan entretenido el camino hacia la desesperación final.
—¿Qué preferir en estos lares donde el subdesarrollo todavía cabalga? ¿La barbarie de los toscos ricos, atrasados, elitistas, insensibles, excluyentes, desafiantes y sádicos, o las hordas de las corruptelas populachas, pletóricas de vulgaridad, arribismo, enriquecimientos súbitos y manipulación de la miseria?
El hocico electrónico de los astros globales, protagonistas, retumba en cada trivialidad con aspiración de volverse interrogante. Todo oropel de la tecnología milita a favor de aumentar el rendimiento del tiempo como peón de la civilización. Bueno es reconocer que nunca estuvo tan entretenido el camino hacia la desesperación final.
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