El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

abril 06, 2010

¡ Indulten a Tiger Woods !


Si no fuera que existen tantos temas trágicos en el mundo que reclamarían prioridad, desearía se formara una corriente de opinión internacional en defensa de Tiger Woods. Todo el proceso de la condena brutal a la que es sometido por sponsors y público, incluida su cada vez más insistente auto-incriminación, me tiene hasta la peluca.

La sociedad yanqui se caracteriza por comprar los ejemplos de vida que les venden a través de sus super milloranrios mediáticos, y cuando a veces sucede que la comedia queda expuesta en su realidad, suele reaccionar casi violentamente contra el protagonista, pero no contra los venderores. El golf es una de las más impolutas representaciones lúdicas que la elite dirigencial del poder económico necesita para reafirmar su modelo de ser humano ejemplar; una especie de tecnología de punta humana del “high class american way of life”. Sus estrellas tienen el deber de cumplir con el más Sagrado Mandamiento de la Religión Capitalista: igualar la condición de millonario a la de persona intachable. Un millonario es intachable porque es millonario, y es millonario porque es intachable. Así vemos que el jugador promedio de golf es un soleado veterano con cara de ejecutivo amortizado que deambula por los campos verdes con su legítima esposa para satisfacción de los patrocinantes. Pero me pregunto; ¿acaso el bueno de Tigre realizó un juramento de ser un padre de familia y esposo ejemplar? ¿Por qué le imputan como un crimen de lesa humanidad que se haya dedicado a bajarse cuanta mina se le puso delante? ¿No tiene derecho a una vida privada como se le da la gana? ¿Si es un problema privado que puede causarle dolor y angustia, que necesidad hay de agregarle una atormentada obligación de contricción pública?

Me temo que el crimen del que lo acusan es demasiado grave para sus miradas. Aparte de ser morochito, le van a imputar la vulgaridad de haber introducido el putaneo en el golf, por lo que tratarán que siga un buen tiempo más de rodillas pidiendo perdón.

Las que buscan jugadores de fútbol se llaman botineras. ¿Cómo se llamarán ahora las caza- golfistas? ¿Paleras? ¿Hoyeras? ¿Greeneras? Tiger, lo mejor que podés hacer es dejar de flagelarte en público, salir y decir “Si, salí con todas las mujeres que me dio la gana, keep on sucking”


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