El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

octubre 05, 2009

Matar al diariero


Según Ignacio Ramonet los diarios de papel están en vías de extinción.

Creo que la irrupción de internet fue en principio subestimada por los grandes medios, pero ya todos han dado cuenta que su lógica de funcionamiento plantea una ingeniería de control diferente a todo lo conocido. La receta en la era pre-web pasaba por acumular medios gráficos y electrónicos desde donde poder centralizar la generación de sentido y convertir al medio en un inmenso factor de poder. Internet rompe esa posibilidad de manipulación unipolar y a los grandes medios no les quedó otra en principio que usufructuar la popularidad inercial y hegeomónica de su marca registrada para sostenerse en las primeras opciones de consulta web. Pero esta posición basada en el consumo del capital simbólico acumulado tiene un horizonte de lógico y relativamente pronto agotamiento. Ese poder aparece sumamente frágil en tanto la incapacidad de la web todavía para generar un negocio a partir de la publicidad o el pago; el mantenimiento de la estructura periodística y técnica se solventaba con el valor de mercado de lo tangible que era la versión papel sobre la que se cargaba la mayor tarifa publicitaria. Hace un tiempo escribí que había una ecuación extraña muy próxima a ser real que sería el inicio del fin de la era de los diarios de papel: el momento en el que la tarifa de publicidad de un diario de papel aparezca absurdamente cara en relación a la circulación que habilita frente a la abismalmente superior tasa de difusión que se obtiene a través de la versión web. En términos sencillos: si necesito publicitar un producto X ¿que sentido tiene pagar miles de dólares por un centimetraje abundante en una versión gráfica de escasa circulación frente a una versión web cuya popularidad asciende exponencialmente? ¿Que se pagará más hoy día? ¿Media página en el cuerpo del diario o una ventanita que se abre en el primer titular de la página de apertura de la versión web?

El desafío será sobrevivir en la hegemonía ante una crisis de soporte capaz de liquidar toda la estructura. ¿Veremos un diario de masas convertido en una minúscula célula periodística generadora de contenidos vía web inventando formas cuasi delirantes de publicidad? Ya vemos algunos gateos de bebé en las irrupciones de videos publicitarios en los videos periodisticos, o en las múltiples y molestas ventanas que se desprenden para vendernos algo. Quién invente nuevas formas de insertar publicidad en la web será el profesional más buscado del futuro.




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