El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

enero 30, 2007

Un litro de aceite hirviendo sobre la silueta de mi otro yo


De la ignorancia cuando se disimula, de la injusticia del mal humor, de la inmortalidad en la mañana, del respeto como señuelo de la injuria, del antiguo alcohol como fertilizante, de los pliegues azarosos de las sábanas, del frío después de una herida, del espesor insuficiente de los festejos, del elogio como tableta evaporadora, de la fórmula mágica para hacer crecer el pelo, del oportuno desencanto del décimo sueño, de las maniobralidad de los autos chicos, del efecto avestruz en los espectros solares, de la tristeza en los días curvos, de la noble profesión de huérfano, de la batalla entre la inmenisad y el detalle, del cielo azul después de cenar, de los despistes sin víctimas fatales, de las olas a partir de los suspiros sobre la humedad, del amor con garantía ilimitada.


De todo eso se trata la llamada que descubriste.

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