( Se aclara que el presente es un mero ejercicio de pensamiento provisional cuya demostración queda pendiente para probablemente jamás ser realizada. )
-El mal opera en todas partes y en realidad gobierna el mundo. Toda la vida y el pensamiento es la suma de las luchas y los intentos por desmentirlo.
-El mal es la física de la realidad. Su perfecta consumación, su puesta en escena coordinada y coherente. Nada escapa a la ley del Mal, porque el mundo tal cual lo vemos y vivimos no es otra cosa que su obra. La historia de la humanidad es la historia de los triunfos del Mal contra el Bien, su partenaire creado y preferido, al que inventó para vapulearlo. Sólo han variado las sucesivas formas y maneras en que ese triunfo se fue consumando. El Mal ha vivido para ganarle al Bien de todos los modos imaginados, para derrotarlo en las más disímiles condiciones, en los escenarios más diversos y extraños, bajo las configuraciones más originales.
-El mal necesita para ser efectivo que se dude de su poder. Si todos estuviéramos seguros de su gobierno absoluto de la realidad, sería incapaz de existir el truco que da vida a su esencia vengativa y al goce que todavía es capaz de experimentar por el ejercicio de tal dominio. La condición necesaria para que una traición sea consumada es la existencia previa de una esperanza, por consiguiente, es esa esperanza el alimento básico e indispensable del Mal. Y entonces el Bien se parece demasiado a una estrategia que creó el Mal para hacer posible y más divertido su gobierno, para hacer que su acto de afirmación luzca mejor en la escena y su efecto destructivo sea más penetrante a nivel emocional. El Mal se precipita en acto preferentemente sobre una desilusión, una traición, una interrupción abortiva de una fe que se deja renacer una y otra vez para poder sentir el placer de matarla una y otra vez. El Mal viste al Bien como su títere, hace que se vuelva a presentar y que no se vea ridícula su pretensión de tener posibilidades de vencer.
-El mal se manifiesta en la tristeza del mundo, en sus terribles miserias y dolores, en sus desgarros inexplicables, en sus injusticias ordinarias, en sus colapsos cíclicos, en la impotencia definitiva de la vida para tener sentido.
5 comentarios:
Creo haber pensado en más de una oportunidad que la vida, efectivamente, no tiene sentido. Que todos nuestros esfuerzos por encontrarle uno, o por dárselo, son vanos y patéticos a fuerza de fracasar reiteradamente. Tenemos la capacidad de darnos cuenta de esto, pero no la de ponerle remedio: la falta de sentido no es algo que pueda remediarse. Es esencial, constitutiva, como todo lo que la naturaleza dispone. Nada tiene "sentido" en la naturaleza, y cuando llego a este punto, termino pensando que somos uno de sus experimentos fallidos, una de esas vías muertas que se autoextinguen. Un animal que no quiere reconocerse como tal ni puede aceptar que su existencia como especie carece de sentido, y sufre por ello más de lo que pueda explicarse.
terrible..y muy posible
Lunanueva:
"Un animal que no quiere reconocerse como tal" , me gusta lo que abre esta frase, si, somos animales un tanto sofisticados pero animales al fin, cumplimos mandatos instintivos un tanto embarullados, y para colmo la desazón se acentúa porque estamos dotados para darnos cuenta entre la diferencia de ser animal esclavo del mandato de su especie y tal vez dejar de serlo.
De todos modos, yo al decir que jamás demostraría está hipótesis me guardo un espacio , no para la esperanza ( sería hacerle juego al mal )sino para la revelación de lo aún desconocido, entre lo cual puede estar tal vez ese sentido hoy ausente...
Bienvenido a este espacio Mauricius, gracias por el comentario
Tino, no hace tanto tiempo se me había dado por hacerme ciertos planteos que tienen mucho que ver con lo que estupendamente has reflejado.Me preguntaba: ¿y si, por ejemplo,todo aquello que tiene que ver con los valores subyacentes en lo bueno (que enarbolan las religiones, o la filosofía, o las corrientes de pensamiento más arraigadas, en pos del engrandecimiento del hombre), si todo eso fuera un error, fueran todas mentiras, y en realidad lo que estaría BIEN (lo correcto) fuera hacer lo que se puntualiza desde lo cultural, como MALO?
Porque en definitiva, a los reglamentos y a las definiciones y a los puntos de partida BIEN-MAL, los hemos puesto nosotros...Eso de las películas, en que el Bueno siempre gana no es así en la realidad: se nos inculca eso cuando somos chicos como un destino inexorable: el Bien siempre le ganará al Mal en definitiva, porque Dios existe.
"¿Dios existe?-me decía un amigo-pero por favor... si Bush es el dueño del mundo"
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