El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

agosto 10, 2006

El embole

Los actores que se dedican al teatro infantil siempre me parecieron, de modo muy injusto quizá, unos reverendos pelotudos. Ese lenguaje amanerado, esa fingida pedagogia de ternura mercantil de hacerse los payasos como si el único registro que el niño recibiera del adulto fuera un physique du rol circense. Pero la inocencia de un niño puede ser más filosa que toda la ponzoña transgresora de un intelectual. Así fue que aquel pequeñito que no tendría más de ocho años se acercó al actor que representaba el rol de un Maestro y le dijo:

- Maestro ¿que es el embole?

Y el Maestro no pudo responder.


# Diccionario de la Real Academia Española

embole
1. m. coloq. Arg. y Ur. Sensación de hastío, molestia o aburrimiento.
2. m. coloq. Arg. Situación o actividad que causa molestia, incomodidad o enojo.

3 comentarios:

Chiara Boston dijo...

Estoy de acuerdo con vos. El teatro infantil no tiene por qué ser teatro para bobos. Hace un tiempo vi la obra Derechos Torcidos, de Midón. Una maravilla argumental, cuyas miles de facetas lograr satisfacer los diversos gustos de un público de cualquier edad. A mis hijos de 3 y 6 años, les gustaron las canciones y la actuación de los niños en la obra, aunque quizás no hayan comprendido todo su contenido.

Volviendo a lo anterior, siempre percibí que, en general, el artista infantil nunca deja la pose acartonada y sobreactuada del conservatorio.

Silvia Sue dijo...

Yo concuerdo con Tino. Personalmente, me resultan insufribles aspectos varios, además de el que relata Tino, a saber: el tono agudo y de falsete con que impostan la voz,el trato de "tú" a los chicos (estilo neutro o pretendidamente castizo) cuando acá estamos en Argentina y lo natural es tratarse de "vos", y el mechar los diálogos con términos rebuscados que no son del manejo de ellos (al menos, no de los más chiquitos).Aunque esto último se ve también en los libros de lectura, yo tengo uno de mi hijo Patricio, de primer grado, que dice por ejemplo, en un cuento, "el osito estaba exultante". Así, en el teatro infantil, con espectadores nenes de tres o cuatro años, se pueden escuchar frases en impostado agudo exagerado, del tipo: "chicos, vieron qué mala "influencia" es la bruja sobre los animalitos"
Y a ellos les dá vergüenza preguntar qué quiere decir.
He sido testigo de eso.

Tino Hargén dijo...

Si Laura, en parte es esa la reflexión, eso estereotipo instituido como "lenguaje para de chicos". Como dice Silvia, se trata por ahi de explicarle als cosas sin abusar de vocablos que no van a entender, pero eso no significa que se tenga que adoptar esa vulgata payasesca.