El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

mayo 13, 2006

De manifiestos y antimanifiestos ( I )


Esta historia reconoce como fuentes no atorizadas de inspiración a cierto Manifiesto aparentemente nacido en la sonrojada Londres, y a un Antimanifiesto puesto en escena por un Fantasma de Banfield.



Había una vez uno de los autores del Manifiesto de Euston que va al psicoanalista. Una vez sentado en el diván deja salir de sí a su ello, tal vez a su otro yo, mejor dicho a su otra voz, es decir, a la otredad de su mismidad. Eso.

-Soy un arrepentido –le dice al terapeuta-. Y sin mediar otra aclaración comienza algo así como un monólogo…

“En realidad, hubiéramos querido escribir el Manifiesto del Absolutismo Económico Capitalista, pero el rol que nos ha sido asignado en la Estrategia de Dominación no lo permite, a nosotros nos toca jugar el papel de “oposición progresista” así que debemos construir ingeniosas y convincentes piezas conceptuales y retóricas a fines de mostrar que estamos en contra de las atrocidades que produce la Idea Reinante, pero a la vez a favor de la conservación incondicional de esa Idea Reinante, sobre la cual obviamente pondremos un manto de silencio.

Es bien sabido que el principal argumento filosófico que tenemos para revestir de justicia y razón a nuestra cavernaria voracidad de destrucción es la noción que une indisolublemente a la Democracia Liberal con el Orden Reinante del Capitalismo Absoluto. Notamos que muchas voces están intentando separarlos, o mostrar la contradicción de esta afortunada y rentable unidad. Así, en un intento de dominar la acción y la oposición, es que queremos cooptar la reacción progresista y mantenerla dentro de los cauces de su debida obediencia. Lo que deseamos es imponerle como vivir a los pueblos, que es una forma de “integrarlos” a los intereses de nuestros mercados. Si todos se adhieren a las recetas del O.R.C.A es más fácil mantener su gigantesca dieta que necesita expandir casi paroxísticamente el crecimiento voraz de la acumulación, y hacer cada vez más monstruosa la desigualdad.

Necesitamos que la izquierda siga siendo esa izquierda posmoderna que tan bien diseñamos para que fuese funcional a los intereses del O.R.C.A. Que sigan funcionando las válvulas de escape autorizadas: las revueltas urbanas, el sostenido abastecimiento de alcohol y drogas, las reivindicaciones y defensas de los derechos de las minorías exóticas, las vulgatas histéricas por la igualdad sexual, la trivialización de la ecología y algún que otro entretenimiento tan revoltoso como inofensivo. Está bien un poco de antinorteamericanismo, nosotros lo alentamos y en parte somos culpables de que muchos demonicen de modo tan poco inteligente a Estados Unidos haciéndolo culpable hasta de sus fracasos eréctiles; es parte del juego, lo que está mal es tomárselo tan serio y olvidarse que en definitiva, si somos adultos, deberemos aprender a aceptar a G.W. como es.”

El terapeuta interrumpe todo al levantarse para ir al baño...

2 comentarios:

Jorge Alberdi dijo...

Acuerdo.

Tino Hargén dijo...

Bueno es saberlo Jorge, gracias, en unos días la sigo....