El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

agosto 11, 2005

El comment, un cambio casi nupcial (II)

El por qué de los comments. ¿Hay algún comportamiento previsible en ellos? ¿Por qué algunos post suscitan comments y otros no? ¿El número de comments indica el interés o la valoración de un post? Así de directas son las cuestiones, no suelo ser demasiado elíptico para plantear los temas, las volteretas y los rodeos vendrán, si vienen, después, una vez efectuado el desembarco sobre tierra negra. Este post lo vengo armando desde hace un tiempo, pero lo escrito en Existir Apenas Levemente http://existirapenaslevemente.blogspot.com/2005/08/un-lector.html por Beatriz Vignoli y hoy por Daniel Massei en Kaputt http://www.kaputt.it/massei/dardos.php secó de pronto toda la pólvora mojada que tenía estancado este asunto y proveyó ignición suficiente para encallar la mirada en el lado oscuro del corazón del comment.


Devuélveme el saludo?

¿Que significa un post con 0 y otro con 8 comments? ¿Que unos se leyeron y otros no?
Se me ocurren frases, algunas al borde del naroskysmo más pestilente pero con algún que otro jugueteo postmoderno: “No hay mejor indiferencia que la de ser leído y olvidado” – “Para un escritor no hay nada mejor que otro lector”. No se quién dijo -en todo caso si no existe quién lo dijo lo digo yo- : es bueno empezar por las tautologías para partir de un territorio seguro. Los textos nacen para ser leídos, lo demás es puro cuento. No, si van a nacer para ser olidos, tocados o saboreados. Entonces los registros de lectura se necesitan para respirar. ¿Cuanto se puede soportar sin tener la certeza de ser leído por alguien cuando se busca ser leído? Vamos, no presumamos de superados, no dudo del estoicismo de todos, de la determinación vocacional y pasional de todos por las cuales podríamos vivir la vida escribiendo sin ser leídos, que duda cabe, pero tan sólo se tratará de una postergación sucesiva del deseo, de una huida, más no de la anulación de ese deseo de ser visto que está vivo en cada palabra escrita en el momento que es escrita. Todo bien con el llamado de las fuerzas insondables de la búsqueda recóndita, del heroísmo de vivir para el propio placer indendientemente del afuera, esa búsqueda que presume de no saberse a si misma, pero que se sabe. Del compromiso de todos con la transformación del lenguaje, con la producción de la pura novedad fuera de todas las academias y sistemas como podría decir Tabarovsky, todo lo que quieran, pero si no se es leído llega un momento donde nada tiene sentido, y por más que ese momento pueda ser cajoneado y enmascarado años y años, en el mejor momento que es el momento justo, llega. Y todo se muere, aunque se escribas diez horas por día se muere igual, porque lo que se muere no es la máquina de producir palabras y acumular líneas, se muere la expectativa. Y toda pretensión es desmedida o no es pretensión.

Y me rectifico, el mejor momento no es el momento justo sino el momento inoportuno.

Un comment es –entre otras cosas- un acuse de recibo, un registro de existencia, una devolución de saludo textual, una sonrisa espejada, un llanto acariciado, una llamada contestada. Ahora bien, esta es una de sus realidades funcionales, pero lo que si voy a decir es que está mal que así sea visto principalmente, porque las motivaciones que determinan su posteo corresponden a una combinación mucho más variada. No creo que sea un indicador fiable ni de cantidad ni de calidad de lecturas, más allá de servir de referencia –si mandaste el post a treinta y siete tipos y no hay una puta respuesta tal vez haya que pensar en algo-. Lo molesto del comment es esa asimetría antipática que ronda a su alrededor en ambas caras de su significado. Para el que lo escribe es una posibilidad alternativa, una opción quizá relajada, de cuya acometida o renuncia no deriva temblor alguno. No es que sea indiferente pero si es patéticamente poco trágica, es una oportunidad de juego, de aporte o de cortesía intelectual. En cambio para el que posteó un artículo, cuento o comentario, el comment cero es un celular que da “apapago o fuera del área de cobertura” con esa odiosa incertidumbre de no saber si no nos atienden porque no quieren o porque no pueden. Su aparición o su ausencia es caer en una ciénaga o en un sembradío, obtener la voluptuosidad de una habilitación al festejo solitario y fruitivo del regodeo o la confirmación de un enésimo silencio consolidado, ser un alumbramiento en la conservación de una especie en riesgo permanente de extinción o un ejemplo más de su depredación progresiva.


Uno deja comments donde puede y no donde quiere. Yo por ejemplo soy un adicto a escribirlos, como era adicto a replicar en listas de correo o foros, pero aún para mi en esa condición no puedo dejarlos en todos los post de blogs que leo y que motivarían una réplica sea del tipo que sea, y la selección es arbitraria, responde a un entrecruzamiento de razones poco amiga de las interpretaciones simplistas. Quién recibe comments o no los recibe responde en mi caso a una mixtura híbrida de motivaciones profundas, mareos internéticos y compulsiones de la vida cotidiana, todo eso me indica la imposibilidad de ser previsible en si lo mando o no.



Una dictadura llamada Hoy

El post siguiente sepulta al anterior y los retornos se hacen complicados. Lo escrito hace diez días parece ya hundido en el fondo del oceáno galáctico, y revivirlo resulta toda una operación de archivo y nostalgia que casi daría vergüenza por su olor a naftalina. Aquí una digresión que no es digresión ya que hace a la idea total. Los formatos de los blogs no ayudan demasiado al seguimiento de los post por su temática, ya que privilegian demasiado la cronología. Los blogers que usan diseños web propios o han desarrollado mayor personalización de las interfases html, pueden manejar esto con mayor soltura y ayudar a que la lectura sea dirigida en función de la temática –o bien de algún otro criterio-o y no tanto de las fechas. Lo que se observa es como si existiera siempre la necesidad de que el hoy tape al ayer de modo ostentoso y cruel. Esto es una mala herencia del formato "diario", demasiado instalado todavía como formato standard del blog. Las plantillas de Blogger por ejemplo parecen hechas a medida de un diario personal o bien de una reproducción a escala de un periódico-diario convencional, donde el propósito es obviamente incitar de un modo brutal a la lectura del hoy, ya que lo de ayer se supone que debe estar envolviendo papas en la verdulería más cercana. Decir que lo escrito hace diez días ya es “archivo” implica una intencionalidad y un contenido, es casi una falta de respeto al tiempo. Al menos que un post sea un registro periodístico de rabiosa actualidad, que importa pasados unos días si el post fue hecho el “21 de julio a las 3.44 pm”. Esto no es anecdótico ya que inhibe muchas veces dejar un comment en un texto de ocho días atrás, que al releer o encontrar algo que nos hace volver, hallamos algo que decir. Los blogers, ¿hasta cuantos días revisamos hacia atrás a ver si hay nuevos comments? Retroceder en el blog es tan complicado como aquello de las chancletas.

Más allá de la posibilidad que pueden dar los formatos web, creo que el blog debiera poder superar esa connotación encasillada en la bitácora, esa obsesión por el registro temporal. Si bien la instantaneidad y el tiempo real no dejarán nunca de ser su rasgo central, creo que puede convivir con un poco de atemporalidad y pausa, sin tanta urgencia por lo urgente.

Continuará…

7 comentarios:

DF dijo...

Con los posts "viejos" pasaría como con los libros, las películas, las canciones. Si siguen interesando, o empiezan a interesar, veinte o no sé cuántos años después de publicados o difundidos, cuando el autor dejó de ser tema de discusión, cuando las cuestiones que tratan perdieron el vínculo que tenían con la actualidad, es que algo tienen, como el sueco del que hablaba Piro.

Diaz de Vivar dijo...

por supuesto! sigo, que la mirada o la lectura de los demás es importante, creo que termina de redondear el sentido de lo escrito.

si no lo fuera, y me repito a mí misma, escribir pura y exclusivamente para uno mismo equivaldría a pintar cuadros y colgarlos mirando a la pared.

bastante ridículo, no?

Miguel P. Soler dijo...

Tino:
No necesito decirlo, ya que se deduce de mis comments esparcidos y en donde nos encontramos: estamos orientados en la misma dirección. Un escribe para ser leído. No sé todavía si el blog es el lugar, pero concluyo que vale la pena la experiencia para hacerlo habitable. Terranova había hecho un simpático decálogo del perfecto bloguista (creo que está en el Interpretador), y uno de sus leyes era escribir todos los días y despeinadamente otro. Y es bárbaro para su estilo breve; pero es casi inviable con mi estilo concentrado y muy peinado. No es una cuestión de valoración, sino de diversidad; y esos siempre es bueno. Por eso, me parece que algunos blogs pueden permitirse la velocidad de un río; y otros, deben ralentizarse, para que como esas piedras que se erosionan, pasen muchos y lo lean o relean. Obviamente, en un estado cultural donde la velocidad prima, uno corre el riesgo de que dejen de leerlo. Como diría un Ingeniero, hay que buscar el equilibrio entre la levedad y el peso: la sustentación ideal para cada estilo.
Por otro lado, siendo pesado; creé un link llamado "Muestra Gratis" donde remito siempre a mi mejor post hasta la fecha. Por lo menos, que emerja hemingueyánamente. Es una solución ensayada para el visitante ocasional, y que quiere de un vistazo, una valoración del estilo y lo que puede esperar de tan pesado bloguer.
PD: (Tino, si querés empezar con esa idea que discutimos en lo de Omar, de "La Canasta de Comments Dispersos", adelante nomás.)

Saludos

Tino Hargén dijo...

Balvanera: Comparto tu precisa tu observación, y acá es que como que ese proceso se acelera 10 veces. Dos días de un post a veces parecen son dos años de un libro.


jimena:
Tal cual, que podamos pintar o escribir sin ser registrados no implica que el sentido está en que suceda.


Gracias!!!!

Tino

Tino Hargén dijo...

Hernán:
Por supuesto, son notables nuestras coincidencias. Yo diría que no sabemos si el blog es EL lugar, pero si que es UN lugar, y eso es bastante.
Si, la apuesta es la diversidad, señalé prevenciones de anti-encasillamiento al formato diario, pero no lo critico como una de las posibles alternativas, me parece uno de sus formatos interesantes. Sólo que espero que no no pierda la posibilidad de explorar los otros por creer que el diario es el blog.
Totalmemte de acuerdo, cada contenido tiene sus "tiempos". Un blog de poesía por ejemplo, qué dificil determinar el tiempo de asimilación!

Sobre este tema del comment pronto sale una parte III ( si, soy de seguirla hasta que amanezca ;-)

Adelante con la idea de "Muestra gratis", ah, yo no diría mejor ni peor pero de tus posts mi preferido es "Jauría activada" pero varios perros de ventaja!

Joya si querés darle con la idea d la Canasta.... si querés contactame a mi mail: No lo puse todavia en profile, va para todos:

nacludos@yahoo.com.ar

Gracias a todos por el eco, eco,eco,eco,eco!

Tino

paula dijo...

sí, sin duda alguna, uno escribe para ser leído.
pero estoy absolutamente segura que los comments no son medida de nada.
no significan ni que te lean ni tampoco hacen a una valoración del texto.
a veces tiene que ver con que los textos sean más o menos cerrados. o en realidad, abiertos, que dejen una ventana para la mirada del otro.
y otros veces, me sucede en mi caso, pasa por el respeto. me gusta tanto lo que leí que no me animo a decir nada.

Tino Hargén dijo...

De acuerdo Paula.
Algo de eso voy a escribir en la parte III que está por salir...y si, total después no pienso hablar de los comments por un siglo más o menos ;-))

Tino