El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

agosto 17, 2012

El recurso del lenguaje

Atado a la cadena arrasadora del trepidar productivo, empoderado sólo para acaparar mejor el oro del tiempos sin dejar gramos ni minutos libres, el recurso del lenguaje, la apelación lúdica al uso inoperante e incontinente de la palabra, esconde su enorme capacidad de caricia bajo un millón de llaves. Bajo bandera de remate perpetuo, enrolado compulsivamente a la conscripción utilitaria, donde toda espera nunca se vuelve esperanza, queda condenada a licuarse en fastidio preliminar.

La literatura es esa modesta lujuria que se permiten los perturbados de espíritu, los perdonados de todo castigo, morigerados acróbatas del descrédito. Un deporte de los sesos que practican los últimos ejemplares de la celebridad en extinción. Todos acostumbrados a derrochar sin temor a represalias el enorme caudal de indiferencia que les proporciona un mundo cruel, demasiado ocupado en dejarse morir sin pausa.

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