El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

septiembre 30, 2011

Una inconcebible violación de nuestro derecho a la privacidad


Estamos en un momento de grave peligro. La era de la información con su avance imparable amenaza nuestra privacidad. Somos invadidos por soportes innovadores que se nos ofrecen como servicio y entretenimiento para nuestras vidas pero que en realidad está destinados a traficar con nuestra información privada, con datos personales que nos pertenecen y nadie debería usar sin nuestra autorización, menos que menos para exponerlos al alcance de cualquiera.

Uno de estos dispositivos, lamentablemente tan popularizado hoy día que está presente en la mayoría de nuestros hogares, ha llegado al colmo y ha traspasado todos los límites esperables. Directamente sus responsables han decidido exponer nuestros nombres, la dirección de nuestros domicilios y –créase o no¬¬- ¡nuestros números de teléfono! Una verdadera locura. ¿En qué siniestras manos pueden caer esos datos? Tal vez usados por organizaciones delictivas para pergeñar las más variadas y sofisticadas formas de robo, estafa, acoso sexual, extorsiones o secuestros. O tal vez a merced de especuladores que pretenden atiborrarnos de propaganda indeseada para que compremos las inimaginables porquerías. Debemos decir basta. Ponerle punto final a esta sutil forma de perniciosa violación de nuestro sagrado derecho a la privacidad.

Si estás de acuerdo únete a nuestra campaña contra este dispositivo perverso que con meros fines comerciales pone en mano de cualquier inescrupuloso nuestros datos más vitales. El lema de nuestra campaña es:


¡No a la guía telefónica!

El deseo incandescente


Simplemente, díganle al mundo que existo.


septiembre 28, 2011

El otro Nadal


"La maquinaria institucional e ideológica heredada de 30 años de neoliberalismo no está ahí por nada: sus objetivos son el retroceso político y mantener vivos los viejos dogmas. Esto se logra imponiendo una narrativa dominante sobre los orígenes y naturaleza de la crisis que impida pensar en caminos alternativos"

Este es mexicano y uno de los buenos analistas económicos que escriben en español. En este breve artículo analiza en gruesos trazos la trayectoria del neoliberalismo.

septiembre 27, 2011

Kirchnerismo y progresismo


"Los políticos o los columnistas que dicen que con el kirchnerismo vivimos en el peor de los mundos van contra el sentido común de las personas en la Argentina. Hablar de "países serios" en un mundo revuelto, en el que países que hace unos años eran ejemplo hoy se hunden, es pagar tributo a una ideología, no a la experiencia"

En un reportaje publicado en La Nación, Carlos Altarirano -autor de "Bajo el signo de las masas" y "Peronismo y cultura de izquierda" entre otras cosas además de ex socio autoral de Beatriz Sarlo en varias obras- reflexiona sencillito, pero interesante.

(Vía Daniel Freidemberg)


septiembre 25, 2011

Resignación


Como necio parásito de un planeta oscuro,
en la infinidad sonora de clamores eternos,
aquí, lugar cualquiera, he nacido y vivo,
y sólo es mi deseo que se sepa y se detenga todo.

Que por un grito perdido en la tormenta
los océanos callen de pronto el aullido de sus olas,
que por traer flores a mi tumbra
los soles en masa dejen su Verbena.

¡Pobre corazón ingenuo! Rómpete, no eres nada.
Muchos otros murieron con ansias iguales
y la tierra siguió en su silencio.

Todo es duro, descorazonado, superior a ti.
Sufre, ama, espera siempre y baila
sin nunca exigir ese Porqué universal.


Jules Laforgue (traducción: Adolfo García Ortega)

septiembre 21, 2011

El lado oscuro del socialismo


Dorox tosió como una forma de acomodarse a la distancia respecto del siempre intimidante Progressor, su acompañante en aquella mesita de una confitería de Palermo Soho. Tenía una gran habilidad para distinguir cuando era el preciso momento de no incomodar a su interlocutor con planteos de difícil acceso, cuando se imponía obrar verbalmente con serena generalidad y ofrecer un atenuante respecto de ese insoportable desequilibrio conceptual que adquiere la realidad en algunos instantes. Eligió entonces el camino de la sentencia totalizadora, de holgada calzadura y sospechosa de lugar común.


—Sabés una cosa, a pesar de todo yo creo que el mundo marcha hacia el socialismo…


—Ojalá así sea —respondió rápido Progressor dando evidencia de cierta satisfacción con el tenor elegido para el intercambio—. Cuando más cansados estemos de esperarlo, y cuanto menos lo creamos probable, llegará la hora en la que se cumplan los profundos sueños de cambio —prosiguió sacando casi de la galera una bocanada de inspiración sentenciante—, que esta larga noche oscura del capitalismo ceda por fin su lugar a una sociedad más justa donde todos podamos gozar de los beneficios de la vida por igual y a todos nos den los que nos corresponde, y que bajo el rostro del socialismo por fin por fin arribe la era del infinito goce…


—No boludo, con el socialismo tenés que laburar también…—concluyó Dorox creando la interrupción justa para ante la llegada del mozo hacer el pedido de los dos cafés.


(Fragmento de “Dorox, el impreciso” una novela siempre desescrita en el primer capítulo...)


septiembre 20, 2011

Nadie más religioso que un ateo



Una vez un amigo me salió con la frase que da título a este post. Provocó mi sonrisa benevolente pero también cierta piedad intelectual ante lo que el fondo me sonaba a imbecilidad. Pero el devenir de la experiencia fue acrecentando en mi -aunque lejos todavía de consolidarla- la idea de que a la hora de darle un sentido a la existencia siempre la humanidad ha utilizado las ilusiones; ese atributo inigualable que es la capacidad de creerse una historia, tanto más trascendental que la de crearla, a pesar que esto último haya tenido siempre mejor prensa.

La religiosidad nace como consuelo ante la debilidad humana frente a la naturaleza y halla su conclusión funcional como rito de sumisión social. El orden místico reconoce así una extraño recorrido como respuesta a una angustia metafísica universal primero, y como abono de un particular orden terrenal de distribución del poder después. Desde el punto de vista de la desnudez individual de la conciencia básica del sujeto arrojado a la vida, las religiones comienzan modelando la noción de la pequeña finitud de lo propio frente a la inconmensurable infinitud de lo extraño. Luego, las transformaciones culturales acumuladas por el hombre que explotaron en la era industrial fueron habilitando la difusión de la ilusión de omnipotencia, en tanto fue necesario inyectar una masiva confianza en el hacer del hoy para multiplicar la productividad de las almas; que es una creencia como la anterior. El hombre, envalentonado por los avances de su propia acumulación cultural, presumió prescindir de consuelos superiores, confíó en si mismo, en sus realizaciones, en el poder de sus logros culturales, la razón y la ciencia que parecen explicarlo todo, la tecnología que parecía lograrlo todo y opacar su dependencia y pequeñez frente a la naturaleza.

El ateismo racionalista es una sustitución del objeto de la fe, más no parece que fuera la supresión de la fe. La religión está presente en la utopía del éxito y en las "lógicas" de confianza en un sistema de certidumbres totalmente falso basado en puras alucinaciones de grandeza que son impulsadas desde el poder de los dominadores y digeridas por los dominados. El hombre sigue siendo el ser inválido, transitorio, siempre vulnerable a una nimiedad -un virus, una bacteria, un viento- con un paso efímero por el mundo, solo que ha dejado de ser consolado a partir de la manipulación de dicha debilidad, ahora se lo manipula a partir de su capacidad de imaginarse vencedor e invulnerable. Las viejas religiones pierden efectividad social porque se basan en la culpa, el sacrificio, la restricción y la resignación a la fortuna o al infortunio establecido, a contramano del sentido de la civilización capitalista-industrial donde el consumo se sustenta en la ilusión de infinitud, en una falsa conciencia de omnipotencia necesaria para que despliegue de las energías productivas, transformadoras y consumidoras sea incesante.

El hombre de ayer era un resignado vasallo que iba camino a la muerte insignificante implorando redención, y aún los que encarnaban los roles más favorecidos en la distribución del poder justificaban el ejercicio de las peores crueldades que las que eran capaces -propia de su miserabilidad de sencillos humanos- como un destino ordenado por una inmanencia superior. La instancia de una habitabilidad post mortem de la existencia solía proporcionar tanto una dosis de sosiego como de temeridad. El hombre de hoy en cambio va camino a la misma muerte insignificante creyendo hasta el último instante que puede vencerla tan solo por la resonancia fulgurante de su nombre en la trama de significados en pugna. De ello deriva el crecimiento de la tendencia a experimentar el presente como urgencia extractiva, la perentoria caducidad de una experiencia irrepetible de la que no habrá segundas oportunidades. Y en ningún caso se trató de una convicción de inmortalidad puesto que las ilusiones orientadoras siempre se han basado en una conciencia inalienable de la finitud en la que la pasión de vivir es tan solo producto del efecto de no tenerla en cuenta la mayor parte del tiempo.


septiembre 15, 2011

Un viejo sabio llamado Marx


La revalorización del marxismo a nivel de la vigencia de sus teorizaciones económicas continúa galopante vista la terquedad con la que la presente crisis global del capitalismo parece haberse instaladado. Aún para los más afortunados gurúes defensores del sistema imperante, que otrora jamás se hubiera atrevido de decirlo públicamente por temor a represalias de sus propios mandantes, ven que ya no tiene sentido negarse a reconocer la verdad inconfesable toda vez que su riesgo político pareciera neutralizado: se supone que nadie entendió tan bien el capitalismo como Marx.

Nouriel Roubini nos dice "Karl Marx llevaba razón. Llegado a cierto punto, el capitalismo puede destruirse a sí mismo. No puedes perseverar en el desplazamiento de ingresos del trabajo al capital sin tener un exceso de capacidad y una falta de demamnda agregada. Y eso es lo que ha ocurrido".

Casi lo mismo señala George Magnus "Marx también señaló la paradoja de un exceso de producción y de bajo consumo: cuanto más trabajadores se queden relegados a la pobreza, menos serán capaces de consumir todos los bienes y servicios que las empresas producen. Cuando una empresa reduce los costos para aumentar los ingresos, es inteligente al maximizar beneficios, pero cuando lo hacen todas las empresas al mismo tiempo, socavan la distribución del ingreso y la demanda efectiva de los que dependen de los ingresos y beneficios"

Son dos voces que coinciden en una idea: enriquecer tanto a tan pocos y empobrecer tanto a muchos termina poniendo en riesgo la salud nada menos que del propio capitalismo. Tal vez aprendan la lección y en el afán de prolongarle la vida al capitalismo se decidan a terminar con la pobreza.


septiembre 12, 2011

Ecos


Gracias a Rebelión.org y a Comunicas.org por el eco brindado al material de este blog.

La sexualidad deportiva de los argentinos


Deporte y sexualidad siempre han ido de la mano. El símil sexual suele ser el preferido a la hora de construir la simbología de los triunfos y las derrotas deportivas. “Y siga, siga, siga el baile…al compás del tamboril, que esta noche nos cojemos, a los putos de Brasil…” fue uno de los cánticos más usados por el publico para insuflarle espíritu ganador a los jugadores. Y la verificación de que en esto se halla una de las claves motivacionales del círculo virtuoso del éxito la dio uno de las figuras del equipo argentino -Carlos Delfino- cuando muy desbordado por la alegría y en pleno momento de festejos tras la entrega de premios, tomó el micrófono del estadio y no pudo evitar ser directo: “al final les rompimos el culo, la puta madre” en clara referencia metafórica a la derrota propinada a la representación brasileña.

Pero el conmovedor comportamiento de la selección argentina de básquet conlleva siempre una automática comparación con el derrotero -nunca mejor usado este término- de nuestra selección de fútbol y el desafortunado andar de su competitividad sexual de los últimos años, porque gran parte de la afición si bien cultiva una especie de universalismo que la hace interesarse por otras disciplinas deportivas, es eminentemente futbolera. La figura del capitán Mascherano y sus ojos llorosos, la carita de Messi inexpresiva hasta para la tristeza, el apesadumbrado viaje hacia los vestuarios con las cabezas gachas, se nos hicieron una figura repetida, como una escena de una de esas películas que repiten cada dos por tres en alguno de los canales de cable. El fútbol se acostumbró a ser una representación que en las previas enciende llamaradas de esperanza con declaraciones triunfalistas pero siempre terminando vapuleada, herida, abusada, puteada, sin jamás tener el placer de vulnerar algún trasero importante, como en la reciente frustración de la Copa América que luego de una estruendosa promesa previa terminó como una pesadilla pasiva. Pensar que al final de cuentas solo pudo acceder carnalmente a una devaluada representación juvenil de Costa Rica, futbolísticamente de tercer orden -el equivalente a una mísera masturbación de consuelo- y soportamos para colmo una postrera penetración dolorosa de parte de los fornidos uruguayos. Los del fútbol se van siempre con sus anos sangrantes, pequeños, chiquitos, lloriqueantes e impotentes para revertir cualquier adversidad. Los del básquet rugen de satisfacción viril como gigantes fálicos por sus valiosos orgasmos logrados después de duras batallas contra grandes enemigos.

Pero sería un error reducir todo al coraje, o al factor emocional, que nunca sería suficiente en si mismo para vencer, porque el equipo de básquet además y principalmente derrocha también talento y grandes actuaciones como la de Scola en la final o la de Ginobili en el tercer cuarto del match decisivo contra Puerto Rico. Son jugadores de elite y en la selección potencian sus actuaciones, rinden al máximo y le agregan un plus, por fusión colectiva en lo anímico más allá de lo técnico, y por un alma ganadora que se expresa como fervor desbordante por acceder al tesoro sexual del adversario, una libido ardiente dispuesta a cualquier sacrificio con tal de obtener la compensación del polvo final.


septiembre 10, 2011

Corazón dorado



Un grupo de deportistas con el corazón y los huevos dorados obtuvo la clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en un partido siempre al borde del abismo. Un logro más de una generación de basquetbolistas que será difícil de olvidar.

Petitorio de un lector a sus escritores I


I. Cuando escriban, háganse invisibles.

septiembre 05, 2011

Los medios de la política


Recuerdo una anécdota tal vez trivial que viví hace unos meses. Estaba en el salón comedor de un pequeño hotel de una ciudad de la provincia de Buenos Aires; obviamente el televisor clavado en TN deja oir el relato de una noticia: “la gobernadora electa de Catamarca reivindicó a su primo Ramón Saadi por el crimen de Soledad Morales”. La empleada de turno, una señora de unos 60 años le dice a una señora de la misma edad que desayuna y pregunta un tanto incrédula si la noticia que ha oído es efectivamente así. La empleada responde ”Si, mire, está en el diario...”, dándolo por cierto, y ese diario es Clarín obviamente. La señora ignora que la de Clarín es la operación informativa de un actor político, cree porque tiene internalizada o naturalizada la idea de la neutralidad del medio, “lo dice en el diario” suena como una explicación de fundamento irrefutable y lo impersonal de la referencia a “el diario” cuando en realidad es “un diario”, por lo que se toma a lo general por lo particular. Esto no es nuevo, en una época fue “lo dijo la radio” señalando una referencia impersonal de indubitable verdad.

Los medios son actores políticos y tienen el privilegio de haber instituido para gran parte las personas la idea de que no lo son. La diferencia del político explícito es la confesión de sus fines que pone en evidencia su propia condición sin poder enmascararlo, lo que mina desde el vamos su credibilidad a la hora de usar estrategias de cobertura. Cuando un político declarado toma una postura a menudo se la juzga poco sincera o se duda que obre según sus convicciones diciendo que “está haciendo política”, el tema es que un medio toma una postura igualmente política logra que esta no sea juzgada como tal sino como un acto neutral, genuino, motivado solo por fines profesionales o éticos como el deber de informar al público o el compromiso con la verdad. ¿Pero por qué se descree de los políticos en tanto se asume que hacen política y se les cree a los medios en tanto se ignora que hacen política? Obviamente, ellos como creadores de la realidad se reservan un lugar de credibilidad, operan para construirlo en cada mensaje que emiten.

El desangelamiento del periodismo y de los medios, el haberlos obligado a exponer con toda crudeza su doble condición es una de las consecuencias de las políticas de confrontación instaladas por el kichnerismo. Nunca antes desde el poder político se llegó tan lejos en la disputa de la hegemonía del discurso, nunca se les planteó la disputa en su propio terreno. Y los resultados han sido notables, al punto que se comprobó que obligados a defenderse los medios perdieron la capa se sutileza que los enmascaraba y mostraron el hueso de su descarnada representación de intereses. Y son resultados cuyos réditos pasarán a toda la sociedad y servirán a cualquier fuerza política no conformista que surja en el futuro más allá de los límites y la suerte futura del propio kirchnerismo.

En el fondo se trata del enmascaramiento de la función política del poder económico, de las empresas y de las empresas mediáticas en especial -que son las que trabajan con la materia prima clave a la hora de las decisivas tomas de de decisiones del pueblo- con el fin de naturalizar la creencia de que solo el Estado detenta un Poder capaz de incidir en la libertad de todos, que el dominio de origen económico no es tal y solo es una consencuencia del “juego libre”.