Mi amigo Enrique Quagliano viene difundiendo desde un tiempo una campaña sobre la seguridad de la información personal en Internet, a la que le dieron el título de "Reiventando el olvido en internet". La idea que se basa principalmente en propiciar la creación de mecanismos que permitan al usuario decidir cuando sus datos deben ser borrados de la web, sin que permanezcan indefinidamente como hasta ahora. Considero que es una propuesta muy interesante sobre un tema que será cada vez más crítico en el mundo de la circulación de información personal. Se supone que algún control sobre nuestros datos deberíamos tener, aunque el planteo abre obviamente una compleja trama de interrogantes derivados de las implicancias que tales consideraciones. Por ejemplo, ¿qué cosa se considera datos propios de un usuario? ¿Se incluyen todas las informaciones generales que mencionen datos de una determinada persona?
Lo que me parece quizá poco afortunada es la elección del lema "reiventar el olvido" ya que implica cierta confusión respecto de otras connotaciones nefastas del término "olvido" que circulan por ahí. Preferiría que se usara otra expresión más clara en referencia al sentido de proteger la propia información.
Lo que me parece quizá poco afortunada es la elección del lema "reiventar el olvido" ya que implica cierta confusión respecto de otras connotaciones nefastas del término "olvido" que circulan por ahí. Preferiría que se usara otra expresión más clara en referencia al sentido de proteger la propia información.
2 comentarios:
Hola, amigo:
Creo que las dudas que pudieran surgir en el sentido de las que planteás aquí, están bastante resueltas en los artículos que recomiendo leer, en particular la nota de NYT.
En cuanto a los datos, se refiere a todos aquellos que pudieran comprometer nuestra identidad o dar una imagen inadecuada, publicados tanto por error como por ignorancia de las consecuencias. Los ejemplos que se mencionan en la nota son suficientes, creo, como para dar claras muestras de hasta que punto nuestroo trabajo y aun nuestra vida pueden verse comprometidas por la difusión de cuestiones personales, vergonzosas o no. Ni que hablar de información personal que comprometiera la seguridad de las personas.
En cuanto al nombre de la campaña, está inspirado justamente en el nombre que le dá Mayer-Schonberger en su paper, y se refiere a la posibilidad de colocar una fecha de caducidad a los datos que uno ingresa, a modo del funcionamiento natural de nuestra memoria, que olvida lo irrelevante para recordar lo importante. El ejemplo del cuento de Borges, Funes el memorioso, que se usa en el artículo, grafica bastante bien la cuestión: no se puede recordar todo, todo el tiempo. No aprendemos así; no vivimos así.
Se trata entonces, de la posibilidad de que uno decida que cosas quedan y que no, en la red, y que no quede esta cuestión tan vital en manos de terceros.
¿Que pasaría si a vos mismo te rechazaran en un trabajo por algo que hiciste a los 18 años? Bien, eso es lo que pasa en internet en estos momentos. Y te aseguro, amigo, que es extremadamente difícil, sino imposible, deshacerse en internet de cuestiones que uno superó o no quiere que consten.
Luego, claro, y para responder en el sentido que creo que le quisiste dar a la cuestión, existe la justicia para los casos de ilegalidad. Pero si te fijás, el artículo sólo habla de actividades lícitas pero que pueden resultarnos vergonzosas o que ya no hacemos.
Bueno el debate. Te agradezco por poder discutir estas cosas con vos, como lo hacemos en tantas otras.
Un abrazo,
Enrique
Gracias Quique, tu comentario aclara bastante y por supuesto seguiré interesado en el tema
abrazo
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