El patio de su casa de pueblo, noche de verano despejada del 2007, cosmogonía racionalista occidental, apenas una resonancia de la música popular del vecino. El indescifrable seseo de una conjunción en sus labios era ensordecido por la indiferencia del interlocutor equivocado, el que no puede devolver en empatía un mensaje de fulmíneo sinsabor, el que no entrega el vuelto del generoso precio de la revelación exclusiva que recibe.
En tanto, rondaba el más siniestro complot de infelicidad capaz de resquebrajar la estructura del sillón donde estaba sentado, con epicentro en el eje vertical de su propio motor. Una alucinación estabilizada como temblor semántico, entre ñoña y abstrusa, sin ningún resquicio asequible más que su descarada naturalidad.
Recóndito malestar el de la ansiedad febril que todo lo desgasta en el marco previo, en la antesala descartable de la expectativa.
En tanto, rondaba el más siniestro complot de infelicidad capaz de resquebrajar la estructura del sillón donde estaba sentado, con epicentro en el eje vertical de su propio motor. Una alucinación estabilizada como temblor semántico, entre ñoña y abstrusa, sin ningún resquicio asequible más que su descarada naturalidad.
Recóndito malestar el de la ansiedad febril que todo lo desgasta en el marco previo, en la antesala descartable de la expectativa.
1 comentario:
Tino, en este blogs, tu dices vivir en un lugar en donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiensa previa en el medio de la mas Huefana inconstancia,......
Mi pregunta para poder dejar claro tu gran dolor, ¿por que tuviste que irte a otro lugar? y por que te sientes obligado a seguir ocultando tu identidad?
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