El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

enero 24, 2010

La imposición de los relatos


¿Se puede instalar y sostener una operación mediático-política basada en una mentira torpe?

Parece que si cuando esa mentira es coreada a viva voz por varios medios masivos en el mismo acorde y con la misma melodía. Si a eso le sumamos la escasa difusión de la narración contraria que actuaría como natural antídoto, el efecto del envenenamiento de la mentira es abrumador y letal. Los que adhieren, animados por el odio más que por la razón, la toman sin filtro, sin someterla al control de un mínimo razonamiento sereno, la hacen dogma de fe al recibirla casi como un arma. Puesto que está ahí y es funcional a sus fines la dan por cierta. En el caso Redrado y la pelea por el uso de reservas del Banco Central esto ha sucedido de modo espectacular. Se trató de una articulación de eventos muy diferente por ejemplo al conflicto del campo del 2008 cuando el relato mediático interesado se fue construyendo e imponiendo a medida que el proceso del conflicto crecía. Y era un diferendo que poseía una base de sustentación material real, una lucha sectorial que se había establecido territorialmente en términos más o menos habituales para este tipo de pujas: un gobierno que establece un aumento de un gravamen, un sector afectado que protesta y las cosas que comienzan a crecer hasta volverse un conflicto de toda la sociedad. Aquí en el caso Redrado la operación nace de la nada misma, es una construcción intelectual absolutamente palaciega que opera basada en una interpretación tecnicista de una medida de la que resulta toda una trabazón político-judicial que de pronto se instala como relato perfecto y ajustado. Los simpatizantes de las derechas sumados a todos los tipos de antikirchneristas -adherentes concientes e inconcientes- terminan legitimando este relato simplificado, falaz y fabulesco. Un cuentito perfecto cual novelita rosa: había una vez un gobierno feroz que quería usar los ahorros del país para pagar deuda y vino el muchachito blanco a salvarlos con su honestidad de funcionario intachable. Es increíble como han logrado desvirtuar y silenciar lo hecho por este mismo funcionario en 2006 por ejemplo, hecho que bastaría para refutar toda la maniobra y exponerla como lo que es; una burda patraña destinada a entorpecer la capacidad ejecutiva del gobierno y debilitarlo a fin de facilitar su caída.

Circulan varios videos donde aparece el propio Redrado anunciando el uso de reservas a fines 2005 y principios de 2006; pero como esos videos fueron propalados por programas considerados afines al gobierno, prefiero usar unos enlaces a artículos que el propio diario La Nación, uno de las capitanes de la ofensiva anti-K, publicara en su momento:


Aquí el anuncio de la creación de reservas de libre disponibilidad que luego habilitarían en pago al FMI en 2006.

Aquí la noticia del nuevo uso de reservas para pagar al Club de París aprobada por el mismísimo Redrado en septiembre del 2008, hace apenas poco más de un año y en pleno gobierno de Cristina, ofreciendo argumentos y todo.



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