El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

enero 17, 2010

Atendido por sus propios dueños


¿El siglo XXI será el siglo de los millonarios lanzados a la misión de ejercer directamente el poder político? Parece que finalmente han descubierto una obviedad: que todo puede comprarse, comenzando por lo más fácil de comprar que es la opinión pública. Y si se cuenta con ella, ¿que sentido tiene usar intermediarios?

El Washington Post, otrora un oasis de prensa "independiente" –dentro de lo que se puede ser progresista e independiente en los Estados Unidos- ahora es directo vendedor de prestigio a notas pagadas por un mecenas, un multimillonario de Wall Street llamado Peter Peterson. Parece que en aquellos lares la crisis de ventas de formatos tradicionales de papel vuelve a medios prestigiosos muy vulnerables al poder financiero, y les va a ser muy difícil no opinar a favor de quiénes paguen su supervivencia.

Otra corriente de pensamiento avanza en su difusión. Se llama –aunque usted no lo crea- “Filantrocapitalismo”. Tal el título del libro donde Matthew Bishop y Michael Green explican sus novedosa propuesta que dice más o menos así: a los problemas de la humanidad los van a solucionar los grandes millonarios poniendo parte de sus inconmensurables fortunas al servicio de un juego que sería algo así como el de salvar al mundo.

En las tierras hargentinas, donde las leyes de la metrópoli no llegan todavía, los holdings multimedios son tan pero tan poderosos que ya están en pleno ejercicio de una revolución.

¿Que hubiera sido de Cristina, por ejemplo, si se hubiera reunido todas las semana a tomar el te en buenos términos con Doña Ernestina? Seguramente millones de argentinos que creen que piensan por si mismos al llamarle “Yegua” la llamarían "La Señora que nos hace quedar bien en el mundo”


4 comentarios:

werte dijo...

No me gustan esa clase de artículos como el de El Argentino. Como sabemos que el cronista no estuvo en esa supuesta reunión, ni tenía un micrófono abajo de la mesa, resulta imposible decidir en qué punto pretende ser veraz. ¿Es una especulación? ¿Le contó alguien del diario que vio a Cobos en el ascensor?

Tino Hargén dijo...

Me queda claro que no es una crónica, entiendo que es especulación libre del autor que insinúa cuenta con datos o filtraciones. Es una práctica de todo el periodismo me parece; ami tampoco me gusta el formato, preferiría algo bien diferenciado que sea noticia de fuente confiable o especulación ensayística.

werte dijo...

Tal cual, parece ser una especulación disfrazada de crónica. Hubiera sido mejor que nos hiciera partícipes de la especulación, y yo estaría de acuerdo probablemente. El funcionamiento "orquestal" de Redrado, Cobos, Pinedo, la jueza Sarmiento (hija de un torturador, según P/12) y el grupo corneta ha sido claro.
Lo bueno de un género periodístico es que son contratos de veracidad y honestidad con el lector. Si escribís una crónica, que sea porque estuviste ahí, aunque sea porque tenés fuentes directas. No me gusta cuando el periodismo trata esos géneros como literatos, como formas vacías que se puede utilizar a gusto.
Salutes.

Tino Hargén dijo...

Estamos de acuerdo estimado werte. Yo lo enlacé al artículo porque creo expone un cuadro de situación que me parece verosímil de cara a los hechos, pero preferiría que periodísticamentese se evitara la ambigüedad de jugar en la frontera de la crónica secreta con el ejercicio ficcional-literario; máxime en un tema de la trascendecnia de éste.

De todos modos supongo que el que lo escribió contó con alguna fuente de segunda o tercera mano, pero fuente al fin. Eso quiero creer.

abrazo