El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

septiembre 15, 2009

Los medios de la ley II


Mempo Giardinelli le escribe una carta a Pino Solanas acerca de la Ley de Servicios Audiovisuales. Más allá del hecho en si, de nuevo se pone en escena el gran dilema de la izquierda argentina y que -no casualmente- es hoy el de toda latinoamérica. La encrucijada es qué actitud tomar respecto de estos gobiernos populistas, a todas luces imperfectos y hasta irritantes, bien rociados por el germen de la corrupción y la soberbia, que a pesar de todo implementan alguna que otra política que va más allá de la obediencia debida a las recetas ortodoxas del establishment. Como paradigma de referencia de esta situación existe un problema en el mundo que se llama Hugo Chávez y gobierna Venezuela. Un fenómeno que tiene la extraña virtud de dejar perplejos tanto a la derecha como a la izquierda; a la primera porque no sabe hasta donde constituye una real amenaza; y a la segunda porque no sabe hasta donde constituye una esperanza posible. Pero cuidado que no quiero decir que el caso de esta ley particular en Argentina esté indicando semejanzas con el tratamiento de medios en Venezuela, sólo planteo cual es el referente macro-político más fuerte que corporiza esta tendencia de las democracias latinoamericanas a convivir con lo que parece ser tanto una pesadilla más de las ya bien conocidas, como una posibilidad inédita de concretar cambios estructurales en el sentido progresista.

Por ahora, solo tengo tiempo para lanzar los interrogantes.

¿Vale más ocuparse de la pureza de los que por convicción o interés propician un instrumento que indica una posibilidad de transformación cierta en un tema muy importante? ¿Que hay detrás de hacerle el juego por izquierda a la oposición conservadora, además de ayudar a liquidar a Kirchner políticamente que en este caso sería lo de menos ya que se lo podría liquidar igual en otro momento? ¿Que otra cosa que un cajoneo definitivo le espera a esta ley para que jamás se vuelva a avanzar más allá de los intereses de los grandes favorecidos del estado de cosas actual? ¿O esperamos que Carrió, De Narvaez, Morales y Macri voten después del 10 de diciembre una ley de medios posmoderna que rebose de espiritu pluralista, libertario y antimonopólico?

1 comentario:

Ana Lopez Acosta dijo...

Me parece excelente tu comentario. Sintética descripción.
Cariños