El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

septiembre 23, 2009

El menor de los análisis XV



Liderazgos políticos en Argentina - La atracción por los adefesios intelectuales


Miraba y oía hace poco al precandidato presidencial Carlos Alberto Reutemnann y su imagen me devolvía el perfil de alguien primitivo, irresoluto, ávaro, amargo como un extracto de cardo. Los agrogarcas confían en él, obviamente tienen casi un espejo de su paleolítica avaricia, su tacañería genética y la áspera chatura de su visión socio-cultural.

¿El argentino siente atracción por las personas intelectualmente chatas a la hora de elegir dirigentes?

La inteligencia en el argentino está ligada a la soberbia y a la corrupción, por eso tienen mejor prensa los ladrillos que las lumbreras. Los campechanos de verba e intelección limitada han venido ganando puntos mientras que los ilustrados han generado cada vez más desconfianza. La pobreza intelectual pareciera que se asocia en mayor grado a la honestidad por contraste de una inteligencia demasiado ligada a la ingeniería de la corrupción, a la soberbia, al mirar a la gente desde una altura superior. Porque para el argentino mostrarse superior a otros como resultado inevitable de la exposición de la propia capacidad, es señal de una irritante soberbia de creerse superior ya que ambas cosas se han visto encarnadas varias veces en siniestros personajes.

Sueño con que algún día se pueda refutar esta perversa asociación que divorcia la humildad popular de la inteligencia activa


2 comentarios:

ŜhЄrezάđξ dijo...

Efectivamente hay algunos q el placard neuronal lo tienen "supuestamente" bien abastecido, lamentablemente cierran los cajones anteponiendo el Yo por sobre el nosotros y suman soberbia, divismos, $, piruetas de ilusionsitas,conexiones, contorsionismos, despojos.

No se si sólo es un mal endémico de nuestra sociedad en particular, pues si así lo fuera las perspectivas serían alarmantes, habría poquísima esperanza de creer en "mañana", de tener esperanza de sobreponerse a esos seres q tal y como los parásitos usufructuan del resto.

La pobreza del alma es la verdadera epidemia de este siglo.

Besotes

Tino Hargén dijo...

Coincido Shere...gracias por tus comentarios!!