El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

agosto 25, 2009

¿Y si cerramos la exportación de carne futbolera?


Poniendo aparte el tema de las transmisiones, la sustancia específica del "mercado" del fútbol argentino pasa por “un momento de locura total” como diría el sabio popular Héctor Veira.

Jugadores que se auto-venden como el caso de De Federico de Huracán con un nivel de desparpajo alucinante. El club niega terminantemente -y muy suelto de cuerpo- haber vendido al jugador y hasta denuncia tibiamente su secuestro, pero éste viaja y se instala en su nuevo club brasileño, hace declaraciones altisonantes de autopromoción y se fotografía con su nueva camiseta.

El resto de la vida de los clubes es un vende tutti rayano en el delirio con incorporaciones casi nulas ya que el ascenso de los precios internacionales aún por mercadería de descarte ha dejado al mercado interno fuera de toda circulación. Desde insólitos mercados emergentes como el del fútbol griego parecen llevarse cualquier engendro criollo de carne con ojos que patee una pelota. Me pregunto: ¿en Europa nadie juega al fútbol? ¿Ya Africa no es fuente de ingreso de jugadores? ¿Existe alguna prohibición por la cual no se permite la práctica en el resto del mundo? ¿Como puede ser que entre tantos millones de habitantes no haya un 5 que le pegue para arriba un poco mejor que estos que se llevan? ¿Tanto dinero ganan allá en otras profesiones que los chicos jóvenes descartan al fútbol como medio de vida? Me resulta inexplicable tanta avidez de consumir los cortes futbolísticos argentinos, no ya solamente los de exquisito predigree, sino la faena de simples burros de carga, torpes corredores que volantean y deambulan sin pena ni gloria en algún club de estas pampas y son más puteados que aclamados por sus horrendas perfomances.

¿Será que la estirpe genética del futbolista argentino siempre entrega un plus? Más bien creo que son los ejemplos de las fortunas que ganan las estrellas los que educan para una brutal competencia selectiva y producen un standard de pateador de pelotas con alta carga de egocentrismo capaz de ir a jugar hasta en la luna contra los meteoritos si hay buen dinero.


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