El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

agosto 06, 2009

El ascenso de la inmaterialidad


La amenaza autodiluyente pesa sobre la escritura de los blogs -letra escrita en la web sin respaldo corporativo de difusión- y provoca abundantes tribulaciones en sus autores. Desde el sentir y reivindicar su condición de canaleta colectora de la pura ambición expresiva doméstica -deyección inoperante-, hasta los cíclicos simulacros de agonía y resucitación al desamparo de su millonésimo poder de circulación. Pero ese anonimato relativo de un blog –y no por relativo menos drástico y letal- se ofrece dentro del marco de una ficción realista de su superación, como un juego a pequeña escala de la repercusión. La publicación bloguera es un reality show privado de la experiencia de ser escritor, periodista o comunicador.

Pero la dicotomía entre lo tangible e intangible se está volviendo obsoleta; y ya no será menos objeto un post que un libro, porque ambos podrán durar como desaparecer sin dejar rastros reconocibles. En el mundo de lo efímero, la existencia del mensaje beneficiará al formato que encarna con mayor naturalidad esa condición. Por insistencia ininterrumpida en la sucesión, el fogoneo de los instantes unidos de la lectura web, como bacterias anónimas, construye ya hoy mayoritariamente sentido y comunicación. El libro, objeto que vive del derroche de sus galardones pasados, comienza a despedazarse ante la falta de decantada atención que lo aqueja. O impone su relajada apropiación, o irá desapareciendo de los ojos que solían frecuentarlo.


No hay comentarios.: