El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

abril 11, 2009

Arde la joven literatura



Uno lo empezaba a extrañar cuando cierta corrección anodina se adueñaba del éter literario. El positioning de las figuras se moldeaba lentamente sostenido por un equilibrado equipo de soportes figurativos; cócteles, notas en diarios, bendiciones académicas, contactos con los agentes más influyentes y hasta el colmo de los colmos: conseguir pasajes y viáticos del Gobierno de la Ciudad para irse a España a difundir la obra. ¿Quién dijo que al PRO no le importaba la cultura? Pero apareció un buen día un premio español de Andrés Neuman. y la palabra Schavelzon recuperó su merecido protagonismo, un Settimio Aloisio, Fernando Hidalgo y Gustavo Mascardi de la literatura.

La Joven Guardia, pseudo representación generacional auto instituida, al menos dio una respuesta a la pregunta ¿Cómo carajo vender un libro hoy? Para ello adoptaron la ropa adecuada: egresarse de letras y conseguirse un par de legitimaciones académicas, presumirse un poco de divos y excéntricos, ser peronistas posmodernos y progres de mercado, fotografiar en sintonía imaginaria con sus congéneres referentes de los medios high como Mariano Martinez , Facundo Arana y Luisana Lopilato. Dotarse de los datos básicos para construir una marca cuya duración tal vez sea menor que la de unas pre-pizzas fabricadas en el Gran Buenos Aires, pero marca al fin.

Aquí, vía El Fantasma y prestando atención a los comentarios, les presento el regreso del todopoderoso puterío literario. A veces, un circo necesario para que prenda por fin el debate.

No hay comentarios.: