El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

marzo 14, 2009

La caída del comisario indolente


Y finalmente la historia quiso que fuera un auténtico 10 del fútbol como Diego Maradona quién se cargara de la selección -esperemos que definitivamente- a este engreído comisario de equipo, adalid de la indolencia futbolera. El triste volante boquense supo construir un reinado de cabotaje de la mano de un periodismo interesado y una caterva de adulones partidistas. De un engreimiento negativo atroz, de pecho helado, siempre fue totalmente indiferente a la suerte de sus compañeros y de su ocasional equipo. Paseó por las canchas del mundo sostenido sólo por los chispazos de sus altas dotes futbolísticas, las que con su actitud siempre desperdició, con una caracterizada lentitud más motivada por su falta de temple que por condiciones físico-técnicas. El mismo que le negaba pases a Crespo en el mundial 2006, poniendo siempre por delante su comisariato personal al interés del equipo. Ahora, como corolario, no se bancó que un director técnico de selección como Maradona le hiciera legítimas observaciones más allá de hacerlo en un contexto un tanto heterodoxo como un programa de televisión.

Creo que Riquelme finalmente pasará a la historia como uno de los casos de tantos talentos malogrados por su pésima actitud personal y deportiva. Recordemos a Borghi, otro gran talento que no poseía la soberbia de Riquelme pero si tenía cierto lirismo indolente que lo privó de llegar al plano de excelencia que sus condiciones parecían anunciar. Por otra parte, es cierto que siempre los divos futbolísticos fueron difíciles y jugaron a ser los líderes totales apegados a todo tipo de privilegios y prerrogativas especiales; Maradona fue un ejemplo de eso en su momento, pero el incontinente de Villa Fiorito era un líder positivo, en general transmitía mentalidad ganadora a sus compañeros y dejaba todo en el campo por la camiseta a la hora de jugar y no trasladaba problemas personales –recordemos el que tuvo con Passarella- al punto de negar un pase. En definitiva tenía algo que Riquelme no tiene ni tendrá que es corazón de campeón.


4 comentarios:

werte dijo...

Comparto el adjetivo "malogrado" en el sentido de que podría haber "sido más", pero Riquelme "ganó todo" (menos un mundial) siendo parte esencial de esas victorias. Habría que ver de qué esta hecho eso que parece una especie de indolencia deportiva. No confío en la imagen pública en estos casos, los futbolistas están tapados por varias capas de idealidad, desde el discurso incesante de los medios al amor (o el odio) infame de los hinchas.
En los equipos siempre hay ruido, por eso la ideología organizativa básica en todos ellos es que "los trapos sucios se lavan en casa". No se trata de ocultar la verdad, sino la experiencia de que ventilarla es crear una mentira (mediática) más grande que acaba pudriendo más las cosas adentro. Maradona debería saberlo, porque es una ética que a él lo cuidó bastante, de hecho le dió una carrera. Imaginate un dt, el de newls por ejemplo, diciéndole via televisión que debería dejar las noches de prostíbulo y cocaína. Etc. Abrazos.

Tino Hargén dijo...

El Diego fue y es un reventado, y como tal actuó y actúa en la vida, se descontrola, se desboca. Pero otra cosa era en la cancha donde transmitía un fuerte espíritu de creación colectiva y de entrega, a puro corazón caliente. No es que crea que un deportista deba ser solo eso, corazón y garra; obviamente debe tener inteligencia y destreza, pero a la hora del juego sino hay temperatura coronaria a mi todo se me vuelve insoportable.

Obviamente que ha ganado títulos y ha sido desequilibrante en varios torneos, pero lo que me mata de Riquelme es esa cosa de miliquito que da, de tenientito omnipotente que pide prebendas para si y las niega al que supone es su pelotón de partenaires. Por eso elegí comisario como el mejor término que lo representa. Su fútbol es muy estético pero no tiene rebelión, el día que lo marcan se entrega y parece no importarle un carajo ganar o perder; como si ese fuera un problema del equipo de cual él se sintiera excluido, eximido de cualquier responsabilidad colectiva. Fijate cuando dice que solo le importa "ser feliz" a él en la cancha, obvio, independientemente de la suerte de sus compañeros. Riquelme es un hiperburgués del fútbol.

Que el fútbol es una caja de trapos sucios bien guardados, seguro, a poco que se destapa algo aparecen los problemas de los "códigos" que estallan en pedazos; !! hay un monton de literatura escriptada en esos códigos!!!

abrazos!

Tino Hargén dijo...

encriptada quise decir

El Viejo @gustín dijo...

Flaco.
Riquelme, es la figura de Boca.
Y El Diego NO SE BANCA OTRA FIGURA Q´EL...
Acordate quien fue el q promovio q´use la "10"...
Otra mas de Diego y van!!!!