El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

noviembre 11, 2008

El menor de los análisis XIII

 
De intelectuales e ideologías


-Las ideologías nacen como instrumentos intelectuales para dotar a un poder o a un proyecto de poder de una teoría de manipulación comunicable. Luego sucede que se banalizan y son usadas como instrumento de simple rapiña doméstica. El operador político se vuelve proxeneta de la ideología, la usa para fines ajenos a su destino original, para financiar su ambición económica o su apetito personal de poder.


-En Francia, Alemania, Estados Unidos hay muchos intelectuales “no alineados” que son leídos y respetados desde todas las tendencias ideológicas, aunque a veces se los identifique injustamente sólo con la iconoclastia. Al menos presentan matices por fuera de lo previsible y suelen mutar en sus apoyos políticos desafiando cualquier ortodoxia. En Latinoamérica, y especialmente en Argentina esto es más difícil; lo que abundan son intelectuales de izquierda compartiendo y defendiendo todo el catecismo clasista compasivo, o de derechas, bien gorilas, neoliberales y transeros. Y esto pasa porque no se deja espacio para que sean otra cosa. Las exigencias de aprobación claman por más y más ortodoxia, por radicalismos bautismales, por ejemplos de pureza, intransigencia, lealtad y rigidez. La mejor carta de presentación moral de un intelectual de izquierdas –o de derechas- argentino es demostrar que representa la verdadera santidad frente a los réprobos, que cumple puntillosamente con el catálogo, no se desvía y no puede ser sospechado de venderse al bando contrario.

Ser un intelectual no alineado presenta riesgos casi fatales de incomprensión; levantar un discurso que no endulce oídos condicionados conduce a una pronta y segura ningunización.

 

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