El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

julio 07, 2008

Obsesiones extraordinarias

Apuntes acumulados al pulso de lo que hasta ahora es el Gran Conflicto Argentino del siglo XXI...


-En los últimos días fue perdiendo fuerza el disfraz que centralizaba el conflicto en los problemas de los “pequeños y medianos” para acentuar el argumento del carácter “confiscatorio” de las retenciones móviles que es el más cercano a la verdad. Frente al proyecto que se aprobó en diputados, la reacción de los sectores como CRA, Sociedad Rural y su delfín mediático De Angelis (en el rol del chacarero folklórico) pone en evidencia que a los reales impulsores del movimiento contra las retenciones poco le importan los pequeños y medianos productores. Así el gobierno les ofrezca el oro y el moro como compensación a los pequeños y medianos, aunque le prometa por ley enviarle un cheque a domicilio envuelto para regalo a todo chacarero del país, los jinetes del Apocalipsis sojero repetirán con porfiada soberbia que no quieren la 125, porque la 125 es la que les hace perder el goce de las rentas extraordinarias de la carrera alcista de los precios internacionales de la soja, que para colmo promete no tener techo. Lo único que quieren es no pagar retenciones móviles que son las que le quitan el acceso a esos cuantiosos incrementos de precios, y los intereses que priman son los de los grandes productores y propietarios, junto con los grandes inversores especulativos que provienen del capital financiero y diversos sectores del poder económico. No se explica de otra forma tanta animosidad y tanta obstinación en no aceptar ninguna medida alternativa, en tensar la situación al extremo adoptando una postura absoluta lejana de cualquier voluntad de negociación racional.


-Me sigue llamando la atención, más allá de la esencia del conflicto que es clara y específica, la variopinta trama de encabalgamientos que el planteo campestre ha recibido de parte de diversos sectores. Un influjo beligerante de carácter acumulativo que fue creciendo como bola de nieve, mezclando todo tipo de oportunismos y revanchismos corporativos con una sorprendente seducción popular del mensaje mediático que presentaba el reclamo como una causa justa, sumado a adhesiones de sectores ajenos a los intereses en cuestión que suponen -mal- que obtendrán un beneficio si el campo gana la contienda.

La prensa (con la excepción obvia de Página 12) más allá de cualquier interés económico representado, se encolumnó con total descaro a favor del campo con un nivel de animosidad que sólo se explica por la explosión del odio acumulado. Quitando el caso de Clarín -pasó de aliado a enemigo por cuestiones puntuales de negocios- y La Nación -cuya distancia ideológica fue siempre coherente- los más flagrantes pases de factura hacia el gobierno provinieran del neoliberal light-progre Perfil y el liberal-progresista Crítica, que se supone cubren una posición “independiente” dentro de la prensa fuera del alineamiento de los grandes grupos tradicionales, y fueron las víctimas preferidas de la soberbia peronoide, los aprietes y la manipulación de la publicidad oficial.

En el interior, sectores de clase media y media baja ajenos al campo (asalariados, pequeños industriales, técnicos y profesionales, prestatarios de servicios) son activos adherentes a su causa, sobrevaluando los beneficios que obtendrían de la anulación de las retenciones móviles e ignorando por completo los perjuicios. Se los ve actuar como zombies plegándose con sumisión a la prepotencia campesina y creen un cuento digno de Walt Disney sobre los efectos positivos en la economía general de la acumulación de cuantiosas fortunas en manos de las élites propietarias de tierras y los grupos inversores en especulación alimentaria. No entienden que este aumento de las ganancias sojeras al no ser consecuencia de un aumento de estructura productiva no tendrá mayores efectos positivos para el conjunto ya que se trata simplemente de rentas derivadas que se incrementan a cambio de nada. No existe un aumento de la ganancia ligado a un aumento proporcional de la productividad y la inversión, es simplemente apropiación de renta ociosa lisa y llana. Algunos especulan con el destino inversor de esas ganancias pero es una muy remota probabilidad ya que no existe razón alguna para invertir en otros emprendimientos de riesgo cuando con arrasar terrenos, tirar semillas y cosechar con equipos ya instalados se obtienen fortunas. El efecto multiplicador positivo de esa renta en términos de desarrollo y empleo es mínimo ya que la estructura productiva de la soja tiene como base de expansión la disponibiidad de tierras y no un aumento significativo de la infraestructura y la tecnología de producción. Las mejores esperables pueden reducirse al sector de la agroindustria o los servicios, pero con una mejora que no es proporcional al aumento de las rentas.

3 comentarios:

Κλεοπάτρα dijo...

Tu análisis es exacto..
pero ¿qué podemos hacer con la exactitud de lo que sucede, si nuestros congéneres -en franca oposición en la especie- se hacen los otarios con tal de seguir sumando ganancias?

(El resto, los que la vemos pasar desde siempre, bien gracias)

Un abrazo para vos Tino.

lunanueva dijo...

Creo que nunca me había sentido tan clara y definidamente rehén. Gane quien gane, "los que la vemos pasar", como bien dice Cecilia, la veremos pasar más lejos que nunca. Porque, tanto si aumentan las retenciones como si no, la guita nunca nos llega. Siempre las vacas, o la soja, son ajenas.

Tino Hargén dijo...

De acuerdo con ustedes Celilia y Lunanueva, más allá de todo, esta pulseada desbordante de despliegue material y mediático, se dan el lujo de sostenerla dos actores globales (campo y gobierno) desde posiciones de poder muy fuertes. Los que no tenemos ese poder, o no nos podemos corporativizar para tenerlo, la vemos pasar y pareciera que no nos da el cuero para ser protagonistas de esta historia, y encontrar un lugra donde se representen neustros intereses.