El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

junio 23, 2008

¿Un deporte de caballeros o de caballos?

Una nueva muerte de un jugador de rugby argentino en circunstancias de juego hace pensar en los riesgos intrínsecos de este deporte que es defendido por sus adeptos como “un juego de caballeros”, escondiendo tras estos sanos y nobles ideales una gran contradicción en torno a su esencia reglamentaria que es guerrera, cruel y brutal, y que propicia una lucha física muchas veces desigual. Los amantes de este deporte suelen negar que los altos riesgos de lesiones graves que impone se deban a la naturaleza del mismo -que autoriza un uso desmedido de la violencia física- y tienden adjudicarlas a factores secundarios como la fatalidad o la falta de preparación adecuada. La realidad es que no hay preparación posible que baje los riesgos de semejante combate según unas reglas bastante extrañas.

Para ubicarnos en el debido contexto digamos que los deportes que se basan en el contacto o lucha física cuerpo a cuerpo o en intercambio de golpes con las extremidades (lucha, boxeo, yudo, taekwondo, etc) se rigen por categorías que agrupan deportistas según el peso, tratando de que la paridad en torno a esta variable asegure un mínimo básico de equivalencias físicas en la lucha. El rugby, supuesto deporte de destreza con pelota, es en realidad un deporte de lucha y contacto físico, y uno de los más brutales, con un reglamente que autoriza el uso de la fuerza en el contacto como algo esencial en el juego, y de hecho expone a la lucha jugadores con físicos desiguales. Esta desigualdad se potencia por los diferentes tipos físicos que resultan óptimos para las diferentes funciones del juego. Así es que los medios –medio scrum y medio apertura- y los backs, también llamados “tres cuartos” -2 alas o “wines” y 2 centros- necesitan una serie de destrezas como velocidad y habilidad para manejar el balón por lo que suelen ser en promedio de una envergadura física menor y de una diferencia de kilaje realmente importante con los 8 componentes del pack de forwards cuya función de fricción permanente requiere de físicos exuberantes. La única refriega reglada que tiene en cuenta el factor de la equivalencia física es el scrum donde está estipulado que solo toman contacto y pujan ordenadamente los 8 forwards de ambos equipos, tendiendo con esto a un sensato equilibrio de fuerzas. Si bien esto no baja los riesgos (hay muchos casos de rugbiers que sufrieron lesiones gravísimas como paraplejías o cuadriplejías a consecuencia de la puja en los scrums) al menos establece cierto equilibrio protector. Pero las reglas del juego no imponen restricciones al contacto que tengan en las llamadas formaciones móviles que responden a contingencias libres del juego –llamadas “rucks”- donde está permitido que cualquier jugador ejerza fuerza física sobre cualquier otro, sin limite de cantidad ni de posición (pueden ser 5 forwards contra 1 back) posibilitando situaciones de una flagrante inequidad que ponen en serio riesgo la integridad de los más pequeños. Por ejemplo, se dan situaciones típicas de juego donde varios hombres que superan holgadamente los 100 kilos acuden a derribar a un wing de 80 kilos cuya función quijotesca es precisamente tratar de penetrar con la pelota los bloqueos de esas enormes masas humanas que salen en su cacería para derribarlo, impedir que juegue o quitarle el balón. El jugador que pretende progresar con el balón puede ser embestido, derribado y luego literalmente aplastado contra el suelo por la cantidad de jugadores rivales que quieran, con los riesgos de lesiones graves que ello implica. La libertad que otorgan las reglas del juego en el uso de la violencia física a los jugadores en estos rucks, que generalmente se desencadenan tras un tackle defensivo al jugador que lleva el balón, es excesiva, por lo que los riesgos a los que están sometidos todos son muy altos, y peor aún los más pequeños que se hallan desprotegidos y expuestos.

En torno al lamentable deceso del joven Migliore vendrán explicaciones sobre que no hubo “deslealtad“ en la maniobra que le produjo la muerte, que se trató de un “accidente” pero sonarán a excusas inconsistentes frente a un deporte cuya misma esencia reglamentaria exalta luchas en extremo violentas y desiguales que de ningún modo se solucionan con la declamada “caballerosidad” que por más que sea sincera en su intención a menudo se pierde en el fragor de la lucha como queda demostrado en los partidos donde abundan golpes de puño, aplastamientos, codazos, pisotones alevosos y tackles altos. Aclaro que estas reflexiones las hago en el marco de una visión crítica de los deportes cuya esencia es inter-destructiva y que no miden los excesivos riesgos a los que exponen a sus practicantes, caso del boxeo por ejemplo, contracara “humilde” del rugby. Y esta reflexión crítica se ajusta a sus reglamentos y a los responsables de su vigencia, pero no significa en modo alguno un desprecio sobre los jóvenes deportistas que emprenden estas actividades con sincera entrega, pasión y entusiasmo motivados por un natural estímulo del medio donde crecen. Obviamente suena a vana ilusión soñar con cambios reglamentarios que disminuyan los riesgos y privilegien la habilidad con la pelota por sobre el poder de la fuerza bruta, en un deporte de fortísima tradición donde esa exhibición de hiper-musculosos que van a la caza de una presa indefensa constituye precisamente su condición emblemática.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Tino, un placer leer a alguien que defiende su postura con argumentos claros y razonados. Ayer leia los comentarios que hacian en La nacion online y daban verguenza ajena.
No se si has practicado el deporte, pero por lo menos opinas con conocimiento.
Yo lo he jugado por 10 anios y no voy a defenderlo, pero si quiero decir que jugue alrededor de 500 partidos, asi como vi muchos mas(es un calculo arbitrario) y jamas tuve una lesion grave, ni ningun companiero o contrario, tuvo una lesion grave.
Con esto no quiero decir que no sea un deporte rudo, pero no me parece que sea violento, aunque es un limite muy delgado del que hablamos.
Me parece que la violencia pasa por la mala intencion, y si bien creo que en el rugby esta aumentando, es solo un correlato de lo que pasa en la sociedad.
No por esto ultimo hay que dejar que la violencia aumente sin hacer nada para controlarla, pero creo que la solucion pasa por una toma de consciencia mas que de una modificacion de los reglamentos, aunque tal vez algo haya que modificar, pero no en su escencia.
Si seria bueno que sea obligatorio que haya una ambulancia y un medico en cada partido, por ejemplo, como deberia haber en cada partido de muchos otros deportes.
Por ultimo, y aqui me adentro en otro terreno, creo que los rugbiers son conscientes de los peligros que corren, y que en definitiva son ellos los que elijen jugarlo, asi como muchos elijen fumar, manejar, hacer alpinismo, todas cosas que pueden conducir a la muerte, y con esto no quiero tirar la pelota afuera, pienso que hay que hacer todo lo posible para evitar accidentes, pero hay cosas que escapan al control de nosotros, entre ellas las desgracias

Tino Hargén dijo...

Pablo, gracias por escribir y comentar.

Muchas de las cosas que planteás me parecen acertadas, sobre todo cuando te referís a como la violencia que impera en la sociedad puede influir en cierto descontrol a la hora de practicar deportes. Yo agregaría la presión adicional que representa el profesionalismo; ya no está en juego solo el honor deportivo sino mucho dinero en carreras europeas y mucha fama mediática. Es cierto que en todo el mundo se juegan muchos partidos y deberíamos ponderar los casos graves en relación a la cantidad de matches que se disputan y jugadores participantes, pero lei que en los últimos años ha habido 5 muertes en el rugby Argentino, eso es demasiado, y al menos amerita un llamado de atención profundo. Donde veo la mayor ceguera es en no querer admitir la brutalidad intrínseca de las reglas del rugby y el descontrol reinante en algunos partidos, en muchas declaraciones de gente allegada al deporte que insisten en culpar a la “falta de preparación” por ejemplo. Y volviendo al tema de las reglas, acá considero que hay un error de concepto; porque es el aumento incesante de la preparación la que desborda los reglamentos y aumenta los riesgos ya que se alcanzan perfomances físicas que implican exponerse a cruces o situaciones violentas con niveles inéditos de velocidad y potencia. Pasa en el fútbol, un deporte que no es de contacto, donde cada vez la mayor preparación y velocidad de juego hace que haya más fricciones. No hay “preparación” suficiente para soportar golpes en la cabeza.


Saludos

Anónimo dijo...

Hola Tino, creo que tenes razon cuando mucha gente ve para otro lado y ni siquiera reconoce que el rugby esta mas violento que antes, por eso hablaba anteriormente de una toma de conciencia.
En cuanto a los reglamentos, el rugby es un deporte bastante vanguardista en cuanto a eso, cambia constantemente los reglamentos para favorecer el juego, aunque no tengo muy en claro si lo hace para que sea menos peligroso.
Lo que si tengo en claro es que seria imposible cambiar el reglamento de forma que no haya golpes en la cabeza, ya que para que ello ocurra, no podria haber tackles y seria imposible jugar, por lo menos, al rugby como lo conocemos, seria un deporte escencialmente distinto.
Por ultimo, y con respecto a las 5 muertes que mencionas, no meconstan que hayan sido esa cantidad, y si se que esta es la primera que se produce por un golpe, recuerdo de 2 en los ultimos anios (Gomez Cora y un jugador de Los Tilos) que se murieron por problemas coronorios
Saludos