El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

julio 04, 2007

Blog-ontologías

Omar Genovese conjugó en Nación Apache el verbo Desblogar. Me produjo un efecto de aceleración de la descomposición natural de algunos deseos. Es habitual que durante la práctica prolongada de este hábito de bloguear nos ataquen ciertas anoxias repentinas que vuelven morada la piel que hasta hace instantes sangraba púrpura de vida. Lo siguiente lo dejé como comentario:


Pareciera que el blog tiene ese destino en sus genes; crecer hasta demostrar que sólo puede desvanecerse y dejarnos a oscuras sin explicaciones, tal vez por su mismo exceso, por su gratuidad cómplice de la confusión. Nos obliga a una exposición demasiado directa a los rayos del vacío, nos pone demasiado cerca y lejos de todos los reflejos, no se puede todos los días sostener la escena de la propia dignidad. Demasiada luz para para poder sentarse a esperar los ecos.

Por otra parte, cuesta mucho acostumbrarse a un formato que se emancipa de modo tal que no podemos controlar su definición; pagamos caro su falla genética: el blog es una especie que no sabe volverse objeto. Juega a ser proceso, evento, continuidad, ilusión, corte, rayo, todo menos objeto.
Nota: Blogger me impide acceder al código para poner links. Help!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mì me molesta un poco esa reflexiòn, algo cansado, del instrumento sobre el instrumento mismo; asì como detesto esa neurosis que, elevada a su dècima potencia, hace del lenguaje una discusiòn claustrofòbica consigo mismo, tambièn me irrita esa especie de incesto de tribu mediàtica. A los blogs hay que usarlos, cuando se quiera y se tenga ganas para hablar de otra cosa que no sea "la esencia" del blog mismo. No hace falta desblogar.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Leonardo

Creo que son instancias de un mismo hecho. A poco de empezar esto hace dos años y en el medio de una ola de debates sobre “el blog” en la que participaba escribí “tenemos que hablar a través del blog y no del blog”, precisamente porque comparto las limitaciones que vos ves a la excesiva reflexión endogámica de medios y no de fines. Pero sucede que en el devenir del blogueo como verbo, como acción -el blog se convierte entre otras cosas en blogueo- acontecen instancias diferentes que modifican esa postura que uno pretende sostener como referente básico. Por un lado el blog es un medio que nos instala –no siempre debido a nuestra voluntad conciente- en una lucha por convertirlo en objeto, porque se nos vuelve objeto en tanto nos sumergimos demasiado en él, y ante eso cada tanto uno rebota y suceden especies de estados de fastidio cíclicos –por no decir crisis cíclicas que suena excesivo-. Primero se cree y se siente que el blog es un medio como cualquier otro supongamos que te permite hacerle el amor a todos los demás, pero hay momentos en que nos asalta como una súbita toma de conciencia de que estamos cometiendo cierta incestuosidad y que tal vez sea dudoso que podamos salir de ella.
Por otra parte, hay una necesidad de reflexionar sobre el medio que aparece como tema en si mismo, ya que no se peude evitar reconocer que está sucediendo algo especial: estamos haciendo al mismo tiempo la construcción del mensaje pero también la del mismo medio-blog-internet-página-sitio, un medio que está en plena maduración en el mismo momento que te permite expresar tu mensaje. A diferencia de otros medios estables, adultos y maduros, el blog te llama a pensar sobre él a causa de que todo en él es descubrimiento, adolescencia, primera experiencia, novedad, desarrollo.

Gracias por comentar
un abrazo