El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

junio 03, 2007

Tabaco con dulce de leche

La soledad de este domingo se dibujaba con gnc. Es un país a pilas, efímero y atado con alambre, como dice un taxista desesperado al que entrevista un notero de TV mas desesperado aún. Un país monstruoso, avariento de extremismos y enviciado de desequilibrios, que va masticando su pendular atrofia entre la cavernaria incivilización de un hay que matarlos a todos y la idiota insensatez del hay que perdonarlos a todos. El menor viento fresco desencadena trágicas insuficiencias de fluidos básicos, es una aglomeración de nervios de una precariedad anonadante, tan subdesarrollada que lastima la piel con el apático devenir de su firmeza.


Los comensales de la gran ubre de vaca podrida se entretienen en juegos electorales, vacían sus manos en urnas maquilladas y cruzan destinos con gerentes derechosos y demonizados, delfines oficiales de educativo plumaje y sonrientes putoides en pleno concubinato con gordas apocalípticas bajo el aroma del mejor perfume francés..

Pero en los almanaques del paraíso la fecha guarda una excepción a la quiebra. Una academia amada, pura gloria y resignación, pura irracionalidad apasionante, vuelve a surfilar un retazo de su puntilla vencedora. Entre finas hebras de rodaje, desolladas sus sirenas en cruentas sangrías, desechos sus portentosos reservorios en fastuosas orgías dirigenciales, se abre de nuevo el pecho intacto para soplarse una caricia.. Tal vez más allá de la perfecta insuficiencia del porvenir una pata de rata entre las manos es todo un banquete. Me bebo por eso el vino del mejor viñedo, el que rompa este presupuesto magro de cien guineas por milenio, porque veo la llamarada de una cabellera, de habituales movimientos rocallosos, crispar un grito de felicidad como el que se deja ver en un ballet de ballenas. Y esa primera bengala no decae en su poder de dar sombras a los rostros rivales, y tras noventa minutos de destellos vulcanizados, un tardío pero certero brote de pediculosis invade el área final.

El cuchillo entre los dientes se me derrite como caramelo, pero tiene un inédito gusto a tabaco con dulce de leche.

2 comentarios:

werte dijo...

camarada Tino, no le quise decir nada en su momento pero su template anterior era casi asesino, y me alegro de la mudanza.
Y por lo visto habrá que aguantarse a los monos aulladores veinte días más.

Anónimo dijo...

tovarich werte, hubiera dicho nomás que su consejo iba a ser bien recibido y arropado aquí. El template anterior fue tan sólo un pecado de verano, una experiencia psicodélica con el ácido equivocado. Aparte de andar para la mierda con Firefox me cansó enseguida. Este nuevo rostro en cambio es hecho en casa, a pura transpiración.

En esto 20 días veremos como se izquierdizan las derechas o se derechizar las izquierdas...todo un lío, no?