Frente a la ascendente consagración de Cucurto, refutable seguramente para muchos por las más variadas razones literarias, pero irrefutable a la luz de las ideologías culturales imperantes que validan toda condición del acceso, se expone un interesante ejemplo del funcionamiento del aparato regresivo de la cultura.
Se podrá decir que los ascensos mediáticos sin sustentación artística carecen de un valor tan significativo como es el reconocimiento de los pares y de los referentes más prestigiosos en una determinada actividad. Hoy día quién es lanzado al estrellato por medio de alguna operación de mercado poco disimulada, en principio sufrirá la ausencia de ese tipo de reconocimiento calificado, pero no es algo que vaya a durar demasiado; siempre aparecerán “pares” autorizados dispuestos a justificar cualquier éxito con sesudos análisis, y el sujeto tarde o temprano será admitido, máxime si su conducta se mantiene dentro de una presentable corrección política. Es que muchos creen que justificar el éxito siempre ayuda a estar más cerca de él. Ahora puede que la primera haya sido Beatriz Sarlo, apostemos a quién será el próximo en legitimar con honores artísticos a Cucurto, la función recién empieza.
Se podrá decir que los ascensos mediáticos sin sustentación artística carecen de un valor tan significativo como es el reconocimiento de los pares y de los referentes más prestigiosos en una determinada actividad. Hoy día quién es lanzado al estrellato por medio de alguna operación de mercado poco disimulada, en principio sufrirá la ausencia de ese tipo de reconocimiento calificado, pero no es algo que vaya a durar demasiado; siempre aparecerán “pares” autorizados dispuestos a justificar cualquier éxito con sesudos análisis, y el sujeto tarde o temprano será admitido, máxime si su conducta se mantiene dentro de una presentable corrección política. Es que muchos creen que justificar el éxito siempre ayuda a estar más cerca de él. Ahora puede que la primera haya sido Beatriz Sarlo, apostemos a quién será el próximo en legitimar con honores artísticos a Cucurto, la función recién empieza.
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Ponerle un nombre a los que hacen este trabajo es todo un problema. Otras opciones son: “autorizadores intelectuales”, “validadores o autenticadores de títulos y productos”, como esos títulos de Perito Mercantil dados por la “Academia Rosita” del barrio que consiguen el sello de “Reconocidos por el Ministerio de Educación” o las lociones para el pelo hechas con agua destilada y colorante barato que consiguen el sello de “Especialidad Medicinal Autorizada por Salud Pública”
5 comentarios:
¿Despachantes de chapa?
Vale Inx, y lo de despachantes suena bien gráfico....
deanmé algo de Cucu. Dónde se consigue? ya que es para amenizar y nunca comprar. algún provecho podré encontrarle.
se me ocurre una nosesuda legitimación que puede tener resultados tremendos. o se convierte en sesuda ilegitimación o me convierto en Cucu II y todos felices.
Insisto, sin leerlo, el cucu y Efraim Reyes se parecen (?)
Aydesa, mejor una Cuco II, tiene más onda, del diseño gráfico a bailando flamenco por un sueño ;-)
Jorge, Efraín Reyes? Es flaquito..
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