El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

octubre 11, 2006

Una letra de Hammill

Fe infantil en el Fin de la Infancia


La Existencia es un estado por el que pasamos,
un truco sonámbulo para la mente y el corazón;
es desesperante, lo sé, pero debo seguir adelante
y tratar de marcar un comienzo
para ver más allá de la supervivencia diaria acechada por la muerte final.
Si creyera en esto como la suma de la vida a la que hemos llegado,
no desperdiciaría mi aliento.
De algún modo debe haber algo más...

Hubo un tiempo en que se sentía más de lo que se sabía;
pero ahora, atrincherado en mi terquedad,
bajo una luz más terrenal, un pensamiento resuena en mi mente:
vivimos, morimos... y entonces?

En el principio hubo orden y destino;
pero ahora ese camino llegó a su límite,
y de rodillas no es la manera de enfrentarse al futuro, sea cual fuere.
Aunque las fuerzas que nos pusieron donde estamos
permanecieron eones en imperturbable gracia,
nosotros también vestimos el rostro de la Creación.

Mientras la antimateria absorbe y pulsa periódicamente
el pimpollo se abre, la flor muere, todo espacio es historia viviente.
Parece que aunque el tiempo deba traicionarnos todavía estamos vivos,
y aunque no veo ningún Dios que nos salve, aún sobrevivimos
a través de los siglos de progreso,
que no nos lleva demasiado lejos.
Todo es ilusión! Todo es falso...
todavía no sabemos lo que somos.

Pero riendo, esperando, rezando, bromeando; Hijo del Hombre;
con la mirada cabizbaja pero los corazones exhultantes, somos granos de
arena;
y aunque en su momento el mar nos querrá para sí,
somos las rocas que cimientan el futuro – sobre nosotros crece!
Quizá no estaremos ahí para compartirlo, pero creo que puedo soportarlo
si la próxima vida es mejor.
Incluso si hay un Cielo cuando morimos,
la felicidad eterna tendría tan poco sentido como la mentira
que siempre viene como respuesta ante la pregunta:
"¿por qué miramos a través de los ojos de la Creación?"

A la deriva, sin curso,
está muy solitario aquí,
nuestra única conjetura:
qué yace detrás de la oscuridad.
Sin embargo creo que puedo aferrarme a una esperanza,
pensar en una vida que signifique más que la mía propia;
sueños de algo más grande de lo que somos.
Tiempo y Espacio cargan pesadamente sobre mis hombros...
Cuando toda vida culmina, ¿quién puede asegurar
que cierta fuerza mutada no permanezca?

Aunque las torres de la ciudad se nos niegan a nosotros, hombres de arcilla,
sabemos que alcanzaremos las alturas alguna vez.
Asustados en el silencio; asustados pero pensando con claridad,
déjennos contar las estrellas!

Más viejos, más sabios, más tristes, más ciegos, mírennos correr:
más rápido, más lejos, más duro, más fuerte; aquí viene...
ampollas de color, astillas de imágenes gravitan
hacia el centro y en un resplandor final se desintegran.
El Universo ahora llama
y el Hombre debe también tomar Su lugar;
sólo unos pocos últimos segundos
para vagar en el vacío.
Y los niños que nosotros éramos avanzan,
la reencarnación fija su ahora perfeccionada canción,
y finalmente somos librados de las ataduras de la Creación.

Todos los bromistas y carceleros; todos los drogadictos y negreros también;
toda multitud que haya bailado una alegre melodía...
humanos podemos ser todos, pero sobre la Humanidad debemos elevarnos,
en nombre de toda fe, esperanza y amor.
Hay un tiempo para todos los peregrinos, y un tiempo para los falsificadores
también;
habrá un tiempo en que todos nos pararemos solos y desnudos,
desnudos frente a las galaxias... desnudos pero vestidos en la perspectiva:
cuando alcanzamos el Fin de la Infancia debemos empezar de nuevo.

Y aunque oscura es la autopista,
y la distancia a la cima rompe mi corazón,
aunque nunca vaya a verlo, todavía cumplo mi parte,
creyendo que lo que nos espera
es el Cosmos comparado con el polvo del pasado...

¡En la muerte del mero Ser Humano la vida comenzará!



Peter Hammill, 1971.
Título original: Childlike Faith in Childhood's End
Versión castellana de Martín Leonard.

5 comentarios:

inx dijo...

Guauuuu, Tino. Hacía falta algo así.

Anónimo dijo...

mirá vos, te gusta Hammill
Pero Still Life es del 76, me sorprende
Si te gusta tanto, tengo otras cosas

Tino Hargén dijo...

asi es Inx, las letras de Hammill son muy impresionantes.

Julieta, gracias, tengo todo de Van Der Graaf Generator y bastante de Hammill solista. Ademas soy especial cultor del rock progresivo en general.

Anónimo dijo...

ahhh claro, eso incluye a los tres libros, soy pura ingenuidad
Asumo que en algún momento todos encontraremos el centro, el objetivo, digamos, dejando de lado la supesta superioridad

Anónimo dijo...

¿Tiene algo que ver con el fin de la infancia de Arthur Clarke?
A mí también me gusta Hammill. A veces me parece un poco denso. ¿Viste que en Skin hay una canción hermosa en la que menciona a Borges y a Escher? La próxima podemos dedicarle un tiempo a hablar de rock "progresivo". Te adelanto que me gusta más Génesis que Yes (afirmación boba excelente para empezar a polemizar).