El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

abril 26, 2006

Más allá del séptimo viento

Más allá del séptimo viento
en pos de la elegancia del secreto
Arranco…

Entre árboles vencidos
me escondí de la luz de la luna
a destiempo
Colaboré en la formación del vacío
Calmé mi sed en un arroyo evaporado
y la huella abismal de
las honduras hastiadas
me delató ante la Corte
de los esfuerzos

Los horizontes de medianoche
siempre me confirmaron
el viejo rumor
de la ineternidad
Los sabores efímeros
como si fueran
una sed circular de pronto aburrimiento

Me refugié
bajo las sombras caídas
y me acariciaron las hojas débiles de
un fervor casi otoñal
Los elefantes del apocalipsis
nublaban la seca sospecha
de estar ascendiendo
El agua llegó hasta las narices del cielo
y en la despoblada memoria
quedó inundado el refugio…

Las miradas sin marcas
Los premios desiertos
La agresión solidaria
El orgullo por el desperdicio
La primavera de la espera
La urgencia y la paciencia empatadas
Los ecos infames
que se burlaban de las decisiones

Mi alma se quedó cruda
porque en tantos años
no aprendió a cocerse
baja la llama
de una pasión
intermitente...

8 comentarios:

MUNDOGUSANO dijo...

es lo que popularmente conocemos como "romper el hervor"...
es catastrófico dentro de una cocina...

Anónimo dijo...

Nunca es tarde para cocinar un alma. Y siempre habrá comensales dispuestos a degustarla. Eso sí, elija bien tanto cocinero como convidado al banquete.

Anónimo dijo...

¿Y no será que su alma, hoy, es gallina de dos herbores (como dice mi abuela)?

Vero dijo...

Me gustó, mucho, Tino. Todo el poema es pasional de manera intermitente. Nostalgias de incendios.

Tino Hargén dijo...

Gracias a todas por los comentarios. A mi me resulta particularmente dificil dejar comentarios sobre poemas que leo, asi que valoro más los aportes recibidos.

Una buena parte de lo que escribi y escribo en este modo tiene que ver con la toma de conciencia de mis estados ¿existenciales?, con la evolución del indicador de mi energía vital. Y cuando uso el término pasión lo hago en un sentido general, de pulsión vital dirigida hacia algún objeto y en alguna dirección que abarca lop afectivo, lo romántico, lo creativo, hasta lo laboral.

La pasión o al menos su versión más comúnmente aceptada tiene que ver con incluir y enfocar algo a la vez ignorar y excluir todo lo demás, ese noción me molesta, me huele a especialización, a obsesión. Y creo que la pasión se mide por su intensidad abstracta y no por estrecewz de foco. Lo intermitente creo tiene que ver en mi caso más con los vaivenes de esos focos que se imposibilitan, que con el fluctuante descenso o ascenso de su pura intensidad.

Carlos dijo...

a mí también me gustó.

Anónimo dijo...

Tino, comparto con vos eso de no sentir que un poema sea "comentable". Mi sensación es que te llevan más "hacia adentro". Pero me sumo al paradójico coro de los que expresan que han sido conmovidos: colaboro en la formación de un vacío.

Vero dijo...

Lo difícil, me parece, de comentar un poema es que en realidad uno comenta menos el poema que a sí mismo. Se podría decir que pasa con todo lo que uno comenta, pero bueno, en todo caso esto se exacerba con la poesía ¿no? Nostalgias de incendios, dije yo, pero hablaba, claro, de mí, de quién si no, mucho más de mí al leer el poema que del poema en sí.