El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

abril 21, 2006

Los derechos de los bloggers

La noticia que aparece aquí me hizo literalmente saltar de la silla, ya que pone en escena una situación sobre la que pensé varias veces y sobre la cual he escrito en algunas oportunidades.

El asunto es, por si no tienen ganas de leer la crónica enlazada de Clarín, que la conocida compañía informática Apple acudió a la justicia estadounidense para denunciar a tres bloggers por publicar información confidencial de su empresa. Hasta ahí algo usual, una empresa decide litigar respecto a la información que algún medio publica porque considera que va contra sus intereses o viola algunos de sus derechos. Pero más allá de las razones que tengan Apple y los que publicaron la información acerca de este asunto específico, lo más significativo para mí viene después, porque parece que:

“un juez de un tribunal menor de California dictaminó el año pasado que estos 'bloggers' no están protegidos por la ley que permite a los periodistas no revelar la identidad de sus fuentes de información”.

¡¡¡Guauuu!!!

Digamos que lo que se desprende sencillamente de este concepto es que un ciudadano que se expresa a través de un blog, o ejerce la labor conocida como periodismo a través de él, más allá de lo que diga, merece la calificación denigratoria de “blogger” que sería algo así una categoría cívica peligrosamente menor, mezcla de ciudadano de segunda y periodista de cuarta que no goza de los derechos que si gozan los llamados -mediante una interesante definición- “periodistas tradicionales”.
Si este criterio prosperara sería como encontrarnos con un elefante blanco de injusticia en el ropero; una escena de aberrante desigualdad ante la ley. Habría que reconocer que los medios periodísticos y los periodistas que trabajan para ellos, poseen fueros o privilegios vedados para el resto de los mortales ciudadanos.


En oportunidad de debatir por ahí el tema de las firmas en Internet sostuve que pedirle a un blogger, dado su desconocimiento del medio y del alcance de sus derechos, las mismas actitudes que a un periodista profesional era un error, porque me imaginaba la desprotección que conlleva su exposición en su condición de paria corporativo; alguien que no tiene gremio que lo defienda, ni sindicación ni pertenencia a agrupación oficial alguna. Porque aún el más humilde y desconocido de los ciudadanos que publica un semanario de 50 ejemplares en un pueblito llegado el caso -si es que al menos está afiliado a alguna de las entidades o asociaciones de prensa- puede hacer valer sus derechos a semejanza de un medio comercialmente importante, pero un blogger estaría "desprotegido". Si a esto se sumara que para la ley su condición de ciudadano se degradara por considerarse que su medio de publicación no forma parte de la realidad, estaríamos cercanos al abismo. Los bloggers se convertirían en minusválidos sociales de pleno derecho y se sentaría un precedente nefasto de su vulnerabilidad que serviría de base para instigar a su silencio o a la pérdida de su independencia.

Obviamente que no estoy a favor de ningún tipo de impunidad para el que publica sus ideas en un blog. Sólo aspiro a que los ciudadanos que ejerzan el periodismo o publiquen sus ideas por medio de un blog –un medio por otra parte absolutamente legal, sin ningún grado de clandestinidad- no tengan ni más ni menos derechos y responsabilidades que el resto de los ciudadanos que ejercen el periodismo o lapublicación por cualquier otro medio. El criterio del juez californiano implica un brutal contrasentido: para hacerlos imputables de un supuesto delito si se los considera con suficiente entidad periodística, tanto que deben responder por lo publicado como cualquier “periodista tradicional”, pero a la hora hacer valer sus derechos de defensa se les niega esta condición.


Otro tema relacionado que dejo para otra oportunidad, es el debate acerca del alcance de los derechos al secreto periodístico sobre las fuentes en el marco de la libertad de prensa. Cada tanto resuena por todas partes como sucedió el año pasado ante el caso de la periodista estadounidense Judith Miller que fuera sometida a proceso judicial y encarcelada por negarse a rebelar su fuente de información en un caso considerado de defensa nacional por la identificación de un agente secreto de la CIA.

4 comentarios:

Jorge Alberdi dijo...

Justamente por eso yo no revelo todo lo que sé, y mi blog tiene un deliberado aspecto frívolo...
para no comprometer a mis fuentes...
Un abrazo

Tino Hargén dijo...

Seguro, pero yo igual lo obgligaría a Ud. a revelar las fuentes que hacen que su blog sea el que más ratonea a las bloggers de habla hispana...:-)

Abrazo

Anónimo dijo...

Yo votaría por las revelaciones de Alberdi.

marcelo dijo...

Nunca dejarán de sorprendernos las necro-noticias surgidas en el ya imparable país del norte.
Sería un despropósito que las fuentes de información periodísticas no puedan ser reservadas, a juicio y criterio del periodista o redactor de prensa.
Por eso nosotros, que en una de ésas somos uno y en una de ésas somos veinte, firmamos de modo corporativo.
De todos modos, el mundo está patas para arriba. Eso es sabido.
Un abrazo,